Un hombre de 35 años, vecino de un pequeño pueblo gallego de Ourense, ha logrado acceder a una herencia millonaria tras demostrar con una prueba de ADN sin precedentes, que es hijo biológico de un empresario gallego fallecido en 2011.
La insólita prueba
Fue su hijo quien decidió demostrar judicialmente quién era su verdadero padre. Así, contrató a un reconocido abogado, y juntos llevaron el caso a los tribunales tras obtener, de una manera insólita, una prueba irrefutable: el ADN de su abuelo paterno.
Uno de los detectives contratados por el despacho siguió al abuelo durante una de sus visitas a Orense y, en tres días, logró obtener la prueba cuando el hombre escupió en la vía pública. Esta acción fue completamente legal, siempre que cumpliera tres requisitos: "Debe recogerse en un lugar público, tener una finalidad lícita y no tener valor económico. No se puede obtener una muestra de sudor de un reloj, por ejemplo", "Debe recogerse en un lugar público, tener una finalidad lícita y no tener valor económico. No se puede obtener una muestra de sudor de un reloj, por ejemplo",
"Es curioso cómo algo tan poco higiénico y desagradable como la saliva en la calle puede ser tan valioso para resolver un conflicto hereditario" "Es curioso cómo algo tan poco higiénico y desagradable como la saliva en la calle puede ser tan valioso para resolver un conflicto hereditario"
, agrega Osuna.
La muestra, cuidadosamente sellada y custodiada, fue enviada a un laboratorio, donde se confirmó lo que ya sospechaban: la certeza era del 99%. Con esta evidencia, pudieron presentar el caso ante el juez, quien solicitó en tres ocasiones, sin éxito, que el abuelo repitiera la prueba en el tribunal.
Esa negativa, junto con el resto de pruebas aportadas por Osuna—testigos, documentos y fotografías que demostraban un razonable parecido físico—, llevó al juez a dictar sentencia a favor de su cliente.
Quién era el padre
El padre del nuevo heredero, era un empresario gallego que residía en México y falleció en 2011. El progenitor pasaba temporadas en Galicia, nunca reconoció al joven como su hijo, lo que le impidió acceder a la herencia. Tras años de incertidumbre, el demandante contrató al abogado sevillano Fernando Osuna y a un equipo de detectives privados para obtener pruebas concluyentes sobre su origen. La estrategia resultó ser efectiva: tras realizar un seguimiento al abuelo, lograron recoger la muestra de saliva necesaria para la prueba de ADN.
Una cuantiosa herencia
El tribunal, tras valorar la evidencia presentada, reconoció al demandante como hijo legítimo del empresario, lo que le otorga derechos hereditarios sobre el patrimonio del fallecido.
La cuantía exacta de la herencia no ha sido revelada, se estima que asciende a varios millones de euros.
Este caso ha generado gran interés mediático debido a la inusual forma en que se obtuvo la prueba de filiación y a las implicaciones legales que conlleva y prueba la importancia de la tecnología y la investigación privada en la resolución de casos legales complejos.
