El Premio Nobel de la Paz otorgado a María Corina Machado, líder de la oposición venezolana, respalda los esfuerzos por restablecer la democracia en Venezuela. En un contexto marcado por la continuidad de Nicolás Maduro en el poder, tras unas elecciones empañadas por contundentes denuncias de fraude, persecución sistemática a la oposición y violaciones de derechos humanos, el galardón envía un mensaje de rechazo al modelo autoritario que domina al país.
El Comité Nobel noruego destacó el papel de Machado en la articulación de una oposición unificada que concurrió a las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 con el objetivo de impulsar un cambio político por la vía democrática. Asimismo, subrayó la movilización ciudadana de miles de voluntarios, formados como observadores electorales, cuya labor fue clave para recolectar las actas de votación y documentar el triunfo de la oposición frente al oficialismo.
María Corina Machado fue excluida de la contienda presidencial por decisión de los poderes bajo control del chavismo, pero su respaldo al candidato Edmundo González Urrutia resultó decisivo para movilizar al electorado opositor. Tras la proclamación de Maduro como reelecto por parte del Consejo Nacional Electoral, sin prueba alguna del escrutinio, el régimen reprimió las protestas y detuvo a miles de opositores. Machado, pese a las amenazas, permaneció en Venezuela y pasó a la clandestinidad.
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El candidato opositor Edmundo González Urrutia junto a María Corina Machado
Yuri CORTEZ / AFP
El veredicto del Comité del Nobel hace un diagnóstico severo sobre la situación del país al señalar que “Venezuela ha pasado de ser un país relativamente democrático y próspero a convertirse en un Estado brutal y autoritario que ahora sufre una crisis humanitaria y económica. La mayoría de los venezolanos viven en la pobreza extrema, mientras que unos pocos en la cima se enriquecen”.
“La maquinaria violenta del Estado se dirige contra los propios ciudadanos del país. Casi 8 millones de personas han abandonado el país. La oposición ha sido sistemáticamente reprimida mediante el fraude electoral, el enjuiciamiento legal y el encarcelamiento”, añade el Comité del Nobel.
La lectura política
El politólogo Jesús Castellanos considera que el reconocimiento tiene un valor simbólico significativo en el contexto actual, en el que Machado continúa impulsando un proceso de cambio político. “Desde el punto de vista emocional, infunde nuevas esperanzas, no solo en el liderazgo de Machado, sino en la propia lucha por el retorno a la democracia. Las expectativas crecientes son un valor capital en este tipo de luchas: la fe en la posibilidad de un cambio”, asegura.
“Desde el punto de vista político del régimen, esto eleva aún más los costos de apresar a María Corina Machado”, añade. Además, considera que el reconocimiento es una señal de “la relevancia que se le está dando al tema Venezuela” en la comunidad internacional.
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Erick Obermaier, consultor en comunicación política, indica que “lo único que tiene que negociar un gobierno como el de Maduro es la mejor forma de irse. Es evidente que el mundo occidental, democrático, liberal, desde su expresión más neutral, como lo es Noruega, hasta la más beligerante como la de Donald Trump en Estados Unidos, han reconocido que es un régimen sin legitimidad política y cooptado por una naturaleza criminal”.
Luis Remiro, politólogo con especialización en relaciones internacionales, destaca que el premio es “un reconocimiento a todos los años de lucha de los venezolanos en contra de un proceso, un régimen que progresivamente se ha hecho más represivo, más autoritario, y, por otro lado, un reconocimiento explícito de que el gobierno de Nicolás Maduro es efectivamente una dictadura”.
Barcos en el Caribe
La distinción a Machado se concreta en momentos en que Estados Unidos acusa a Maduro de liderar el llamado Cartel de los Soles, una organización que cataloga como narcotraficante y en la que, según Washington, participan altos mandos militares venezolanos. En paralelo, el gobierno estadounidense aumentó la recompensa por información que conduzca a su captura, mientras el Pentágono desplegó buques en aguas del Caribe, frente a Venezuela, como parte de una operación antinarcóticos que ha destruido cuatro lanchas rápidas presuntamente cargadas de droga.
La envergadura del despliegue militar excede con creces lo necesario para interceptar embarcaciones rápidas vinculadas al narcotráfico, lo que ha llevado a varios analistas a plantear que el verdadero objetivo es ejercer presión sobre el gobierno de Maduro hasta provocar una fractura interna.
Mientras funcionarios del Departamento de Defensa justifican ante el Congreso el despliegue militar como parte de un “conflicto armado” contra los carteles de droga, el mandatario venezolano sostiene que se trata de un intento de cambio de régimen promovido por Washington, una acusación que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha negado.
Donald Trump habla ante militares -30-9-25 - AFP
Luis Remiro considera que el Premio Nobel a María Corina Machado podría fortalecer la narrativa internacional sobre la necesidad de una transición política en Venezuela. En sus palabras, el galardón puede “allanar más el camino para una operación ‘Causa Justa’ en Venezuela. Una legitimación más de que Venezuela necesita ser ‘liberada’, de alguna manera, de la dictadura”.
Pero el reconocimiento también abre interrogantes. Remiro advierte que está por verse cuál será la posición de Machado, ahora Premio Nobel de la Paz, frente a temas sensibles como la destrucción de embarcaciones en el Caribe por parte de Estados Unidos —acciones que, según diversas denuncias, han operado como ejecuciones extrajudiciales— o ante la eventualidad de una intervención militar estadounidense en territorio venezolano.
La unidad
En el plano interno, el veredicto del Comité Nobel destaca el papel de Machado en la unificación de la oposición venezolana. No obstante, Remiro advierte que ese fue “un momento de alguna manera coyuntural con respecto a las elecciones del 28 de julio del año pasado”, y que “ahora mismo difícilmente pudiéramos decir que estamos hablando de una oposición cohesionada”.
Agrega que con el paso del tiempo y ante la imposibilidad de hacer valer el triunfo de González Urrutia han surgido voces dentro de la oposición “cuestionando la actual estrategia, que parece recaer sobre todo en toda esta presión militar que está ejerciendo Estados Unidos sobre Venezuela”.
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La opositora venezolana María Corina Machado en una marcha por Caracas contra la reelección de Chávez, el 3 de agosto.
EFE
Pese a las tensiones internas y los cuestionamientos estratégicos, el de Machado sigue siendo el liderazgo más potente dentro de la oposición y mantiene su convicción de que el fin del régimen de Maduro se aproxima. En un comunicado difundido tras recibir el Premio Nobel, aseguró: “Hoy estamos muy cerca de alcanzar nuestro objetivo. Este premio es un impulso único que inyecta energía y confianza a los venezolanos, dentro y fuera del país, para completar nuestra tarea”, y añadió que “es un firme llamado para que la transición a la democracia se concrete de inmediato”.
La dirigente aprovechó para darle un carácter regional a la coyuntura. “Nuestro pueblo entendió que no puede haber Paz sin Libertad, y que conquistarla y defenderla requiere una enorme fuerza moral, espiritual y física. Venezuela será libre, y este logro propagará coraje y esperanza por todas las Américas”, concluyó.