Albert Ramdin se convirtió en marzo en el primer representante del Caribe en quedar al frente de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Y, como tal, el ex canciller de Surinam señaló a Haití como prioridad durante su mandato, al asumir formalmente el cargo este viernes en una reunión extraordinaria del organismo en Washington, en la que delineó sus objetivos y se comprometió a seguir los acontecimientos en Venezuela.
"No podemos ser pasivos, debemos ser audaces, pertinentes y eficaces", dijo Ramdin, que ocupará el puesto en el que estuvo el uruguayo Luis Almagro durante diez años, y prometió una "nueva era" en el organismo, con reformas internas, así como el apoyo a "una hoja de ruta" para Haití.
"En ningún lugar del Hemisferio están más amenazados la democracia y el Estado de derecho, la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo que en Haití", señaló. El país más pobre de América Latina y el Caribe está sumido en una crisis política y en una ola de violencia de grupos armados a la que intenta poner fin una misión internacional de apoyo a la seguridad liderada por Kenia.
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"Haití ocupará un lugar prioritario en nuestra agenda en el futuro previsible", afirmó Ramdin, diplomático de carrera de 67 años, que fue elegido en marzo por unanimidad, después de que el candidato paraguayo, el canciller Rubén Ramírez Lezcano, se bajara de la carrera por falta de apoyo.
La OEA "dará prioridad (...) al apoyo de una hoja de ruta integral que aborde los desafíos inmediatos de seguridad en Haití, al tiempo que impulse reformas de gobernanza a largo plazo", añadió.
Ramdin recordó que el mandato del Consejo Presidencial de Transición que gobierna Haití concluye el próximo febrero, por lo que advirtió: "No tenemos mucho tiempo".
Hace unos días, el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, pidió a la OEA que dé "un paso al frente" y lidere una misión internacional en Haití porque la situación "está a punto de dar un giro muy dramático", consignó la agencia AFP.
La situación en Venezuela
El surinamés también se comprometió a llevar a cabo un "monitoreo de los acontecimientos en Venezuela", un país que dejó de formar parte de la OEA en 2019, dos años después de haber solicitado formalmente su salida. La crisis en Venezuela fue, a su vez, una importante prioridad para Almagro.
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Ramdin saluda al presidente del Consejo Permanente de la OEA, el brasileño Benoni Belli
EFE
"La región enfrenta desafíos que deben abordarse de manera proactiva. La democracia, en muchos países, está bajo presión, enfrentada a oleadas de desinformación, polarización, corrupción e inestabilidad económica", advirtió Ramdin.
"No podemos ser pasivos, debemos ser audaces, pertinentes y eficaces" porque "la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo no son sólo nuestros pilares de trabajo, son el latido del corazón" de las Américas, insistió en un discurso en español e inglés.
Tal como lo había hecho al ser elegido en marzo, el nuevo secretario general de la OEA apostó al multilateralismo, una visión que choca con la mirada que tiene Donald Trump sobre las relaciones internacionales. "La OEA es, en mi opinión, la prueba de que, unidos, somos más fuertes. En estos tiempos desafiantes, la OEA se erige como un faro de esperanza, demostrando que, a través del diálogo respetuoso y la cooperación, podemos afrontar las complejidades de nuestra época", apuntó.
El ex canciller de Surinam se comprometió a presentar "un proceso de reorganización (de la OEA) a finales de julio" y espera implementar "una estrategia de movilización de recursos" para tener "una financiación estable", en un momento de crisis presupuestaria en la entidad.
El perfil del nuevo secretario general de la OEA
Durante la elección, Ramdin, que fue secretario general adjunto de la OEA entre 2005 y 2010, se ganó de entrada el respaldo de los Estados miembros del Caribe. Más uno extra de fuerte peso simbólico: el de China, observador permanente de la OEA sin voto. El ex canciller se presentó como el candidato de centro izquierda con una mirada crítica hacia el gobierno de Trump.
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El saliente Luis Almagro felicita a su sucesor al frente de la OEA, el surinamés Albert Ramdin, tras la elección en el organismo.
AFP
Ramdin llevaba cinco años como ministro de Exteriores de Surinam, que es el menos poblado de los países independientes sudamericanos, con poco más de 600.000 habitantes. Ese pequeño país tiene reservas de oro y petróleo, fue colonia holandesa y se ubica entre Guyana y Guyana francesa.
El diplomático surinamés hizo carrera en la OEA, en Washington, adonde llegó como embajador en 1997. Después se incorporó a la estructura del organismo para ejercer como asesor principal del entonces secretario general, el colombiano César Gaviria. Ascendió a secretario general adjunto de la OEA bajo el liderazgo del chileno José Miguel Insulza. Ramdin pertenece al Partido de la Reforma Progresista, de línea socialdemócrata.
En su discurso de presentación en la OEA, en febrero, Ramdin dijo ante los delegados de la OEA que los problemas que se enfrentan hoy en día requieren "algo más que cambios en las políticas". "Exigen un cambio en la forma en que nos relacionamos unos con otros. Debemos fomentar la empatía, la comprensión y el respeto. Debemos reconocer que las luchas de uno son las luchas de muchos, y que nuestra fuerza colectiva radica en nuestra capacidad de mantenernos unidos", agregó.
El surinamés sustituye al diplomático uruguayo Luis Almagro, quien se despidió la semana pasada deseando que las "capacidades políticas" de la organización igualen a las "futbolísticas" en la región.
Durante su mandato, previsto hasta 2030, Ramdin dirigirá la organización creada en 1948, junto a la colombiana Laura Gil, quien asumirá a partir del 17 de julio como subsecretaria general. Es la primera vez que este cargo recae en una mujer.
