"Podemos hablar de todas sus diferencias: Milei es libertario y Trump un estatista, uno se autodescribe como anarcocapitalista y el otro probablemente no sepa lo que es el anarcocapitalismo, y así sucesivamente. Pero a Trump le atrae la idea de un mini-Trump, con una afinidad natural con un país grande e importante de la región como Argentina", explica.
Consultado por los motivos del valor que Trump le da esa alianza con Milei, Berg le responde a El Observador USA. "Es un go-to para Trump, para su mentalidad. No tiene un colega que vea las cosas como él en México, tampoco en Brasil o en Colombia. Dentro de los grandes países de la región, sí lo tiene en la Argentina de Milei. Le gusta esa amistad, el hecho de que haya un tipo que dice 'soy el Trump de Argentina', vaya al encuentro de CPAC y use el gorro de Make Argentina Great Again. A la administración republicana, pero a Trump especialmente le gusta la idea de la imitación", opina.
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"A Trump le gusta esa amistad, que haya un tipo que dice 'soy el Trump de Argentina', vaya al CPAC y use el gorro MAGA", dice Berg.
Sobre las razones menos personales del vínculo, el politólogo estadounidense explica que la Casa Blanca ve la oportunidad de tener una relación más profunda por primera vez en mucho tiempo con Argentina.
"Observo la relación entre Argentina y EEUU desde hace muchos años. En la primera administración de Trump, hubo promesas de una relación más cercana entre Washington y Buenos Aires. Trump y el entonces presidente Mauricio Macri incluso se conocían. Ellos trabajaron en el real estate. Trump hizo una inversión con el padre de Macri en Manhattan. Pero con Milei hay un alineamiento ideológico mayor, de tal manera que la firmeza de la relación puede ser aún más fuerte", agrega.
Da como ejemplo la posibilidad, sugerida por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, de que EEUU abra una línea de crédito directa para Argentina ante riesgos de crisis y shock externo.
Trump y el entonces presidente Mauricio Macri incluso se conocían. Ellos trabajaron en el real estate. Trump hizo una inversión con el padre de Macri en Manhattan. Pero con Milei hay un alineamiento ideológico mayor, de tal manera que la firmeza de la relación puede ser aún más fuerte Trump y el entonces presidente Mauricio Macri incluso se conocían. Ellos trabajaron en el real estate. Trump hizo una inversión con el padre de Macri en Manhattan. Pero con Milei hay un alineamiento ideológico mayor, de tal manera que la firmeza de la relación puede ser aún más fuerte
Sobre las tensiones que puedan aparecer en la bilateral, Berg dice que la misma cercanía entre Trump y Milei le permite a EEUU dar un empuje en temas muy difíciles, como el swap de monedas vigente entre Argentina y China.
"No existió esa presión en la primera presidencia de Trump. Si preguntan a los funcionarios argentinos, la línea directa de crédito china es muy importante para poder defender su moneda en los mercados internacionales, fortalecer sus reservas y solvencia. Pero desde el punto de vista de los Estados Unidos, todavía estamos empujando. Y es producto de la proximidad entre países, de la cercanía de los dos presidentes", reflexiona el profesor.
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En una fuerte señal de apoyo, el secretario del Tesoro Scott Bessent abrió la puerta a una línea de crédito directa para Argentina ante riesgos de crisis.
"Dentro de los países del hemisferio occidental, básicamente hay cuatro en los que China ha avanzado más rápido: Argentina, Brasil, Perú y Chile. La competición de poder entre Estados Unidos y Beijing no va a dejar a nadie a salvo en la región, pero la rivalidad va a estar especialmente caliente en algunos lugares. Esos lugares son puntos focales para la administración de Trump", detalla
"La Casa Blanca ve que Lula da Silva, Dina Boluarte y Gabriel Boric tienen otro nivel de alianza con China distinta a la de Milei. Puede que se decepcionen con la posición de Milei hacia China al final, pero todavía tienen mucha esperanza. Ven posible forjar alianzas más profundas y luego hacer cosas estratégicas para alejar a China vía Argentina por primera vez en mucho tiempo", agrega.
¿La alianza de Trump y Milei incluye un posible acuerdo de libre comercio entre EEUU y Argentina?
No lo sabemos porque ningún país ha logrado negociar aranceles aún con EEUU. Los japoneses estuvieron en Washington, los surcoreanos también. Veremos qué sucede con algunas de estas negociaciones. Pero no tenemos un ejemplo de lo que Trump quiere hacer con los aranceles.
Una facción de la administración de Trump quiere obtener ganancias de los impuestos comerciales entre países. Quieren que la recaudación sirva para hacer recortes de impuestos desde el Congreso. Pero otro sector, que puede incluir a Trump, ve las tarifas como un instrumento para negociar. Y no sabemos cuál es el que va a ganar. Si son un instrumento para negociar, entonces los países que han ofrecido 0x0 probablemente obtendrán un acuerdo. Pero si es una mezcla de que queremos negociar, pero también queremos ingresos, entonces va a ser una mezcla mucho más complicada.
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"La Casa Blanca ve que Lula da Silva, Dina Boluarte y Gabriel Boric tienen otro nivel de alianza con China distinta a la de Milei", le dijo Berg a El Observador USA.
Historial de la relación de EEUU y Latinoamérica
Para Berg, Estados Unidos siempre consideró a Latinoamérica como un lugar crucial. Desde los padres fundadores de EEUU, la región fue vista como estratégica para la seguridad nacional, ya que la cercanía geográfica podía traer amenazas externas. A medida que EEUU crecía en poder global, la idea de ser una potencia dominante implicaba ser hegemónico en el continente. Además, existía una fuerte motivación ideológica: promover la democracia y la estabilidad política en una región cercana.
A lo largo del siglo XX, Latinoamérica tuvo una relevancia estratégica durante las intervenciones en la Guerra Fría, la lucha contra el fascismo y el comunismo. Sin embargo, desde los años 80 y 90, la región empezó a ser considerada como de segunda o tercera prioridad. La política exterior de EEUU se desvió hacia el Medio Oriente y otras partes del mundo, dejando a Latinoamérica en un segundo plano.
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Para el politólogo, desde los años 80 y 90 América Latina empezó a ser considerada como de segunda o tercera prioridad hasta la reciente llegada de Trump.
El cambio de paradigma con Trump
Según Berg, el giro más significativo se produce con la administración de Trump, que ha puesto a Latinoamérica nuevamente en el centro de su política exterior. Este cambio es el "nuevo paradigma" que Berg menciona. En particular, destaca la designación de personas con vasta experiencia en Latinoamérica en cargos clave. Entre ellos, el secretario de Estado, Marco Rubio, quien tiene una larga trayectoria en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado y un profundo conocimiento de la región, particularmente desde su base en Miami, que es un microcosmos de Latinoamérica.
Berg subraya que, nunca antes en la historia de EEUU, el número uno y número dos del Departamento de Estado habían tenido tanto vínculo con Latinoamérica. Chris Landau, el ex embajador de EEUU en México, es otro ejemplo de cómo la administración de Trump ha integrado a figuras con un conocimiento profundo de la región.
Factores que explican el giro en Latinoamérica
Berg identifica varias razones por las cuales Latinoamérica ha vuelto a ser un foco para EEUU:
El personal en cargos clave: la administración Trump ha puesto a personas con experiencia directa en Latinoamérica, lo que ha permitido dar un enfoque renovado a la región.
La competencia con China: Berg menciona que una de las razones principales de este nuevo interés por Latinoamérica es la necesidad de EEUU de contrarrestar la creciente influencia de China en la región. A través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta, China ha aumentado significativamente su presencia económica en Latinoamérica, realizando inversiones en infraestructura, minería, y energía, lo que representa una amenaza para la hegemonía de EEUU en su "patio trasero".
Estrategia de seguridad y economía: la administración Trump está enfocada en asegurar la estabilidad económica de EEUU mediante el fortalecimiento de sus vínculos con Latinoamérica. Esta relación también es vista como crucial para enfrentar desafíos globales, como la competencia tecnológica con China.
Prioridades políticas de EEUU
Berg resalta algunas de las principales áreas en las que la administración Trump está trabajando activamente con Latinoamérica:
Migración: la migración se ha convertido en uno de los temas centrales de la política exterior de EEUU hacia Latinoamérica. Trump ha enfatizado que los países latinoamericanos tienen la obligación de gestionar sus propios flujos migratorios y que, si no lo hacen, EEUU utilizará diversas herramientas para presionarlos.
Lucha contra el narcotráfico: esta es otra de las grandes prioridades de la administración, especialmente en países como México y en toda Centroamérica. Las relaciones en este ámbito han sido claves para la cooperación en la seguridad regional.
Banderas de EEUU y China. AFP.webp
Minerales críticos: en el contexto de la transición energética y las necesidades estratégicas de defensa, Latinoamérica es vista como una fuente clave de minerales raros y esenciales para las tecnologías de EEUU, como baterías y componentes electrónicos. La administración Trump busca asegurar estos recursos para no depender de China.
Competencia económica con China: EEUU está decidido a limitar el acceso de China a recursos estratégicos en Latinoamérica, buscando alianzas con países que ofrezcan una alternativa más alineada con los intereses estadounidenses.
Seguridad económica: la administración Trump también está interesada en reforzar las cadenas de suministro y en maximizar su comercio con Latinoamérica. A medida que se reestructuran las cadenas de valor globales, EEUU está buscando a sus aliados en la región para asegurarse de que no se queden atrás en la competencia con China.
El panorama en Latinoamérica: desafíos y oportunidades
Berg reconoce que, aunque el giro hacia Latinoamérica es evidente, aún existen desafíos. Los países de la región, que durante años han sido neutrales o han alineado sus intereses con China, se enfrentan a un dilema complicado al ser forzados a elegir entre EEUU y China. En este sentido, países como Brasil, que han mantenido una relación cercana con China, podrían no ser tan receptivos a las ofertas de EEUU, ya que la relación con China ya está profundamente arraigada.
Por otro lado, el politólogo sugiere que hay muchos países en la región que están más dispuestos a alinearse con EEUU, especialmente aquellos con gobiernos de derecha o centroderecha, como Colombia, Chile y Argentina. Estos países ven en EEUU una oportunidad para fortalecer sus economías y garantizar su seguridad regional.