26 de octubre 2025 - 12:49hs

En la primera etapa de una gira asiática, donde se espera que cierre un acuerdo comercial con China, el presidente estadounidense, Donald Trump, se reunió con su homologo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al margen de la cumbre de la ASEAN en Malasia. El encuentro, calificado de “excelente” por Lula, se centró en la resolución de tensiones comerciales y políticas bilaterales.

Después de que en julio Trump impusiera aranceles del 50% a Brasil en represalia por la condena contra el ex presidente Jair Bolsonaro, Lula había dicho que el vínculo bilateral estaba en su peor momento en 200 años. Pero el cruce de ambos mandatarios en la ONU y la conversación que mantuvieron el mes pasado alivió un poco la tensión y permitió que se llegara a este encuentro.

“Deberíamos llegar a acuerdos satisfactorios para nuestros dos países”, aseguró Trump al presidente brasileño en la capital malasia, Kuala Lumpur. “Creo que acabaremos teniendo una muy buena relación”, subrayó.

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Los aranceles como tema central

“Tuve una excelente reunión con el presidente Trump este domingo por la tarde en Malasia. Abordamos la agenda comercial y económica bilateral con franqueza y de forma constructiva. Acordamos que nuestros equipos se reunirán de inmediato para buscar soluciones a los aranceles y las sanciones contra las autoridades brasileñas”, escribió Lula en una publicación en la red social X.

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El tema central de la reunión fue el arancel del 50% que Estados Unidos impuso a las exportaciones brasileñas. “Fueron 45 minutos de conversación muy positiva, muy productiva. Los presidentes trataron todos los asuntos”, dijo el el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, después del encuentro y comentó que durante la reunión Lula urgió a su par estadounidense a levantar esta medida.

“El presidente Trump declaró que daría instrucciones a su equipo para iniciar hoy mismo una negociación, porque espera que esto se resuelva muy rápidamente”, afirmó Vieira.

Los equipos de Donald Trump y Luiz Inácio Lula da Silva en Malasia. AFP

La imposición de los aranceles que entraron en vigor en agosto, fue una represalia de la administración Trump ante la condena a 27 años de prisión del expresidente Jair Bolsonaro, amigo personal del magnate republicano, declarado culpable de liderar una trama golpista para anular los resultados de las elecciones de 2022.

Trump dijo que se debía “en parte a los insidiosos ataques de Brasil a las elecciones libres y a los derechos fundamentales de libertad de expresión de los estadounidenses”.

El canciller brasileño insistió en que el arancel “no es justo” ya que Brasil mantiene un déficit en su balanza comercial con Estados Unidos.

Bolsonaro con Trump - EFE

Petición para suspender las sanciones contra De Moraes

Además de la agenda comercial, Lula solicitó a Trump la suspensión de la aplicación de la Ley Magnitsky contra el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Alexandre de Moraes, su esposa y otros ciudadanos brasileños.

La administración Trump también estableció sanciones económicas contra varios altos funcionarios, entre ellos el juez de Moraes, del Tribunal Supremo, para castigar a Brasil por lo que denominó una “caza de brujas” contra Bolsonaro.

De Moraes no sólo fue el responsable de la condena contra el ex presidente brasileño, sino que también acumuló duros cruces con Elon Musk y declaró estar en una cruzada contra lo que el propio juez define como “el populismo digital extremista”.

Con la Ley Magnitsky, el gobierno de EEUU puede sancionar a individuos extranjeros vinculados a violaciones de derechos humanos o corrupción.

Lula y Donald Trump. AFP

Lula-Trump: cronología de un acercamiento

Después de varios meses de tensión, Trump se mostró en septiembre abierto a un acercamiento con Lula. "Me cuesta un poco decir esto, porque debo confesar que, cuando yo entraba, el líder de Brasil salía. Nos vimos, yo lo vi, él me vio y nos abrazamos", contó sobre su cruce con el presidente brasileño en la Asamblea General de la ONU que se celebró en Nueva York.

"De hecho, acordamos que nos reuniríamos la semana que viene. No tuvimos mucho tiempo para hablar, solo unos 20 segundos", aseguró, y apuntó que Lula "parecía un hombre muy agradable". "Le caí bien. Él me cayó bien, pero solo hago negocios con gente que me cae bien", añadió.

Aunque ese encuentro no se llegó a concretar, sí se dio una conversación por videollamada el 6 de octubre, que el líder MAGA describió como "muy buena". El gobierno brasileño, por su parte, aseguró que ambos líderes mantuvieron una charla "amistosa" durante media hora y "recordaron la buena química" que tuvieron en Nueva York.

Lula describió la conversación como una oportunidad para "recuperar" las relaciones amistosas entre "las dos mayores democracias occidentales" y su vice, Geraldo Alckmin, dijo que fue "mejor de lo esperado".

Trump en la Asamblea General de la ONU - AFP

En una entrevista que había dado antes de viajar a Nueva York, el presidente brasileño había expresado su voluntad de negociar con Trump y aseguró que no tenía ningún problema personal con su par estadounidense. "Él no es el emperador del mundo", apuntó. "Los dos presidentes de dos países no necesitan estar ideológicamente alineados. Lo que debemos hacer es ejercer la responsabilidad presidencial. Él es presidente de un país y yo de otro. La relación entre jefes de Estado no tiene ideología. Tenemos los intereses del pueblo al que representamos", dijo a BBC.

Un nuevo mandato para Lula

Durante su gira por el sudeste asiático, Lula reveló además el jueves que tiene la intención de presentarse a las elecciones del año próximo. "Voy a disputar un cuarto mandato en Brasil", afirmó durante una rueda de prensa conjunta con su par indonesio, Prabowo Subianto.

"Mi mandato termina a finales de 2026, pero estoy preparado para disputar otras elecciones", añadió el presidente brasileño, que cumplirá 80 años el lunes, pero dijo sentirse "con la misma energía que cuando tenía 30".

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Con Bolsonaro fuera de la carrera electoral, la derecha ya está empezando a barajar nombres para su candidato, entre ellos el gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, y la ex primera dama Michelle Bolsonaro. Uno de los hijos del ex mandatario, el diputado Eduardo Bolsonaro, había anticipado hace unos meses a El Observador USA que analizaba también una posible candidatura.

"Hay una posibilidad, aunque yo no me haya presentado como candidato a presidente, o esté haciendo eventos o campañas. Me siento muy contento con los resultados de dos encuestas recientes: una de Paraná Pesquisa y otra de Futura, que muestran que estoy empatado con Lula en la segunda vuelta o incluso con una ventaja de 4 o 5 puntos sobre él. Eso es motivo de gran satisfacción", aseguró en Miami al margen de un encuentro de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, en inglés), el principal foro de la derecha en Estados Unidos.

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