Este miércoles se llevó adelante el Semanario Internacional: Hacia un Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en Uruguay. El encuentro contó con la palabra de varios expertos, como la exministra de Justicia de España Pilar Llop y la abogada, consultora en derecho penal y política de Colombia Ana Linda Solano.
Durante el encuentro, la política española comenzó recordando la experiencia negativa que tuvieron en España al conjuntar el Ministerio de Justicia con el Ministerio del Interior y explicó que esto se debió a que son "instituciones que responden a principios y funcionamientos muy distintos en su manera de actuar".
"El Ministerio del Interior está encargado del orden público, la seguridad. El Ministerio de Justicia, tiene otras competencias que miran mucho más hacia las cuestiones relativas a derechos humanos", explicó.
En este sentido, señaló que le "sorprendió" que la eventual creación de esta cartera estuviera en "este nivel de discusión pública" en Uruguay, cuando "todos" los países de la Unión Europa y varios de la región ya tienen instalada esta institución.
Llop señaló después que siempre que estén unidos bajo un mismo centro el Ministerio de Justicia y el Ministerio del Interior, "Justicia siempre sale perdiendo".
"Siempre se dice que la Justicia no da rédito político. Pero yo creo que esto no hay que mirarlo en términos de rédito político, sino en términos de rédito humano", aseveró después.
Finalmente, señaló que Uruguay tiene la "oportunidad" de crear un Ministerio de Justicia de "nueva generación" que se convierta "ejemplo" para todos los países de la región.
Luego, tomó la palabra Solano, la abogada y consultora en derecho penal de Colombia que inició su discurso comentando los peligros del crimen organizado y su nivel de "gobernanza" en las personas en lo local.
"Esto tiene además una trascendencia global, porque son las economías ilícitas, muy poderosas, que funcionan facilitadas por redes de corrupción y por las plataformas y los servicios financieros, de abogados, de brokers, las que los legitiman y los permiten. Pero todo empieza en estos ecosistemas locales criminales", explicó.
Tras esto, se refirió particularmente a Uruguay y señaló que es una sociedad "muy atractiva" con el puerto para muchas formas "no violentas de expresión de la criminalidad" que con el tiempo y con ese "efecto globo", luego puede terminar también en situaciones "violentas".
Así, recordó que otros países que "tradicionalmente" no tenían problemas con el narcotráfico o el crimen organizado, comenzaron a sufrir estos esquemas de "corrupción" poco a poco, con por ejemplos jueces investigados.
En este marco y previo a una escalada de este problema, Uruguay está en un momento "muy pertinente" para tener este tipo de instituciones, como el Ministerio de Justicia, que puedan responder a "estas formas modernas y transnacionales de criminalidad".
"En una lógica como esta, donde hay amenazas reales, riesgos de criminalidad en lo local y en lo transnacional, un Ministerio de Justicia se encarga de hacer coherente la oferta del Estado en materia de justicia, que sea proporcional y que sea coherente", afirmó.
"Entonces, ¿por qué importa un Ministerio de Justicia? Pues genera esa rendición de cuentas. Cuando muchos tienen la responsabilidad, ninguno tiene la responsabilidad, se diluye, se pierde o no se ve", señaló.
En este sentido, destacó también el papel que ocupa la cartera en la gestión carcelaria y penitenciaria o también su valor para garantizar el "Estado de derecho" de un país.
"Tienen una oportunidad muy especial, muy única, en un contexto de criminalidad compleja y adaptativa", aseguró.
Para cerrar, destacó que en Colombia el Ministerio de Justicia es un "puente" entre las ramas del Poder Judicial y el Estado con el que se puede "intentar combatir esta amenaza común" de crimen organizado.