Marenco, comandante de la Fuerza Aérea: “Confiamos en la Justicia y en la separación de poderes”

Marenco -de habla veloz y vehemente y ojos bien abiertos- dijo, en cambio, que tiene una relación “correcta” con el presidente y el ministro de Defensa, Jorge Menéndez y le restó importancia a los efectos de la reforma de la caja militar en el personal subalterno, la que tanto criticó Manini Ríos. Pero reiteró la exigencia de lograr un “incremento significativo” en el presupuesto para la FAU, que hoy está atada a -en ocasiones- interceptar aviones con “avionetas” y seguir volando cazas que tienen más de 40 años de antigüedad y varios accidentes en su haber.

Usted sabía los desafíos a los que se iba a enfrentar cuando asumió en febrero. ¿Cuál es el principal?

Este año en particular se retiraron tres oficiales generales y eso implica un cambio importante en la fuerza, porque hay que armarlo nuevamente. Ascendió gente y se cambiaron casi todas la posiciones de los comandos.

Suponía que se iba a referir a lo presupuestal, que fue de lo que habló en su último discurso.

Sí. En 2018, la distribución de nuestro presupuesto fue de 63% de remuneraciones, el 18% en funcionamiento y el 19% en inversión. Lo dije y, como se nota, no es muy alto el peso de las remuneraciones. Nosotros otorgamos mucho en inversiones, pero las inversiones se destinan básicamente en recuperar material viejo y no para adquirir nuevo, porque el monto de lo que invierte el Estado no da como para comprar material nuevo. Estamos todo el tiempo manteniendo el material que tenemos. En general, el material aeronáutico está pensado para 25, 30 años y el 40% del nuestro está por encima de los 40. Un 20% más de 30 años y el otro 40% más de 20. A medida que el material es más viejo es más difícil conseguir repuestos o son cada vez más caros y gastamos más parte de nuestro presupuesto en eso. Lo que antes nos salía 100 ahora nos sale 300. Esa es la realidad.

¿Cuántos aviones tiene la FAU?

Tenemos un total aproximado de 80 aeronaves, y somos capaces de poner en servicio entre el 35 y 40% diariamente. Lo demás están en mantenimiento tratando de recuperarlos o directamente no las estamos utilizando

En el 106° aniversario de la FAU dijo: “Los costos operativos que nos impone esta realidad se incrementan a diario y nuestra eficiencia se ve reducida de manera significativa”, dijo. El problema presupuestal de las Fuerzas Armadas es histórico, pero esta situación que usted retrata parece de urgencia, ¿no?

Para nosotros no es una situación de emergencia, porque por más que tengamos esas restricciones podemos seguir manteniendo nuestras capacidades y lo que el Estado pide de nosotros. Por ejemplo, ayer a las dos de la mañana salió un traslado sanitario al aeródromo de Mercedes de una persona de 63 años con una disección de aorta. Era de noche, salimos con un helicóptero y a veces tenemos limitaciones meteorológicas. 

Ahora, si usted dice que su “eficiencia se ve reducida de manera significativa” quiere decir que hay tareas que no pueden cumplir.

Eh… (Duda). A veces tenemos que decir que no.

¿A qué cosas?

A algunos traslados sanitarios, porque no tenemos el material adecuado, o las condiciones en los aeródromos o las condiciones meteorológicas no se adaptan al material que nosotros tenemos o a las condiciones en que están. 

Los aviones Cessna A-37 Dragonfly  fueron denunciados por el exministro Eleuterio Fernández Huidobro  en 2015 como  “aviones de museo” y sin embargo la FAU los sigue usando. ¿No van a ser reemplazados? Son aviones con más de 40 años de servicio y en 2016 se cayeron dos de ellos y los dos pilotos fallecieron; tuvieron otro accidente en 2004, cuando se murieron dos pilotos, y otro  en la década del 80, que tuvo cuatro muertos.

Tenemos ocho de esos aviones, pero apuntamos a mantener operativos seis, pero podemos mantener operativos en los hechos a tres o cuatro. El año pasado conseguimos realizar una inversión importante, aunque modesta, en cuanto al cambio de los asientos eyectables. No es lo que nosotros queremos, porque desearíamos cambiar esos aviones.

¿Pero no es un peligro que los sigan volando?

No, en realidad si nosotros cumplimos la parte de mantenimiento como tiene que ser, no implica mayor peligro. 

¿Por qué cree que se posterga tanto la compra de nuevos aviones?

Porque es una inversión importante y cuando competimos por los recursos del Estado es difícil para nosotros mostrar muchas veces que esas inversiones son necesarias. 

¿Y por qué cree que la sociedad y el sistema político no lo entienden?

Yo no estoy diciendo que no lo entiendan, lo que digo es que por suerte nosotros vivimos en una zona de paz. Pero eso también es una dificultad para quien tiene que tomar las decisiones, que es el sistema político.

Igual ustedes tienen un desafío importante y es el control aéreo  ¿no?

Sí, el control de las fronteras es un desafío para nosotros. Afortunadamente la FAU ha trabajado desde hace mucho tiempo y ha potenciado su sistema de vigilancia y control del espacio desde 1990.

¿Con cuáles aviones interceptan?

Con las aeronaves que tengamos disponibles.

¿Cuáles pueden ser sino son los Dragonfly?

Pueden ser los PC-7 o a veces lo hemos hecho con aeronaves Cessna, lo que se dice vulgarmente avionetas.

¿Pero cómo se logra disuadir a alguien con eso?

No es lo ideal interceptar con Cessna. Pero a veces lo que ocurre es que al final es un avión privado que fue de una estancia a otra y que la única falta que cometió fue no elaborar su plan de vuelo; entonces nosotros solo le tomamos la matrícula y vemos qué pasó.

Pero ese tipo de avión es muy lento.

Sí, es lento y a veces no podemos realizar la interceptación porque la tiene que hacer una aeronave con más performance.

¿Les ha pasado que no han podido interceptar?

Sí, ha pasado. Nosotros monitoreamos alrededor de 30.000 vuelos privados por año, dejando por fuera a los vuelos comerciales y militares. De esos, que requieran seguimiento especial o que tengamos que prestarles atención especialmente son unos 100 por año. Y de esos 100, hacemos de unas 10 a 15 intercepciones por año.

¿Y si el piloto no quiere aterrizar, qué hacen?

Lo único que hacemos es seguirlo. Generalmente no aterrizan en nuestro país sino que retornan por donde vinieron y nosotros los acompañamos hasta la frontera.

Usted ha dicho que proyecta reducir la cantidad de aviones.

Sí. Pensamos reducirla casi a la mitad. Pasar de 80 a 40 o 50 y tratar de que la flota sea más homogeneizada, porque tenemos diferentes tipos de aeronaves y eso logísticamente es un problema. Si lo logramos, vamos a bajar los costos.

¿Cuánto tiempo va a llevar la ejecución de ese plan?

Es a mediano o largo plazo: 25 años.

¿Tiene inquietudes sobre el proyecto de la Ley Orgánica? A la FAU le va a significar una reducción en el número de oficiales. ¿Qué otra cambio le va a implicar?

La reducción numérica de oficiales no es grande para nosotros porque ya nuestra fuerza es pequeña. Pero sí en otros aspectos, como en la carrera funcional y administrativa. Lo estamos mirando con atención, porque entendemos que hay cosas que pueden afectarnos de manera importante, sobre todo en la ampliación de los tiempos de la carrera del personal superior: se van a aumentar la cantidad de años de trabajo para la jerarquía y eso tiene que corregirse. Nosotros necesitamos gente joven para realizar esta función. Lo hemos planeado y esperamos que nos reciban (en el Parlamento) para plasmar nuestro punto de vista.

¿Qué relación tiene en este momento con el presidente Vázquez y el ministro de Defensa, Jorge Menéndez?

Tengo una buena relación con ambos. Una relación correcta.

¿Cómo tomó la decisión del presidente de destituir a Manini Ríos? 

Está dentro de las reglas del juego democrático. No es usual, pero es normal.

¿Afectó en algo a la Fuerza Aérea? 

No, tenemos una excelente relación con las otras fuerzas. Tenemos algunos intereses compartidos, pero otros divergen.

¿Usted también confía en la Justicia?

Sí, por supuesto.

¿No cree que, como dijo Manini Ríos, hoy los militares no tienen las “garantías del debido proceso” y son condenados con base en “conjeturas o convicciones inadmisibles sin pruebas fehacientes, fraguadas o inventadas”?

No me voy a referir tanto a Manini Ríos como a las críticas que realizó. Nosotros, como institución del Estado, respetamos la separación de poderes  y confiamos en la Justicia, como no debe ser de otra manera.

 ¿La reforma de la caja militar afectó el ánimo de la tropa al entrar en vigencia el recorte de los privilegios? 

Cambiaron las condiciones. En realidad, los efectos se van a ver dentro de unos años. Pero nosotros entendemos que las condiciones de trabajo dentro de la fuerza son más importantes que las condiciones de retiro, y una mano va de la otra. 

La actividad privada para los pilotos militares es muy tentadora. ¿Cómo se puede competir con eso?

Sí, pero en el último año la gente que se fue ha sido la misma que otros años y siguen entrando más o menos lo mismo. La reforma no nos afectó de gran manera. Era algo que había que hacerse.