Montevideo City Torque, Rentistas y Deportivo Maldonado, los tres clubes que lograron el ascenso a la Primera división el año pasado, tienen la particularidad de que son Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), un modelo de gestión que en los últimos años ha tomado fuerza en el fútbol uruguayo.
Instituciones que han apostado a ese mecanismo y han obtenido buenos resultados, tanto en la cancha como en estabilidad financiera, como Boston River y Plaza Colonia, son un ejemplo a seguir en lo que es la aplicación de esta figura administrativa.
¿Qué es una SAD? A grandes rasgos, y en Uruguay, una SAD es un instrumento que permite a un club cederle la administración de su activo deportivo, en estos casos el activo fútbol, si bien puede ser para todas las disciplinas, a un grupo inversor o a un inversor, por un tiempo determinado.
Todo está estipulado en la Ley 17.292 de 2001 (ver apunte), donde se establecen todos los puntos que se deben cumplir para formar una SAD. Además de eso, el club y los inversores acuerdan por su cuenta cómo será su vínculo.
En Uruguay, unos de los referentes en el tema es Adrián Leiza, abogado y docente, dirigente de Liverpool y delegado del club en la AUF, quien ha incursionado en el Derecho Deportivo y trabaja en el asesoramiento y creación de SADs desde que comenzaron en el país, con Deportivo Maldonado como primera experiencia, y con Plaza Colonia y Rentistas como casos más recientes. Consultado por Referí, explicó cómo es el modelo uruguayo, donde se da libertad a las instituciones para elegir si optan por este mecanismo, algo que en otros países es obligatorio al entender que los clubes profesionales son empresas y deben administrarse de esa forma.
“Hay un contrato entre la asociación civil con la SAD que se crea. La SAD va a ser la titular, porque se le transfiere el activo fútbol y va a ser la que va a estar registrada en la AUF, va a manejar el TMS, realizar las transferencias, recibir los derechos de los premios de la Conmebol, las entradas y todo”, contó Leiza. “¿La asociación civil qué recibe a cambio? Eso depende del acuerdo que hagan. Puede ser un porcentaje de las utilidades anuales, un porcentaje de las transferencias… Y es por un plazo determinado acordado, son proyectos a largo plazo”, agregó.
En Boston River, por ejemplo, están constituidos como SAD desde 2010. “El club atlético, que sigue siendo hasta hoy el espíritu, lo que quería era participar del fútbol profesional tratando de poner la mínima cantidad de dinero y que el inversor haga sus negocios con jugadores y demás, pero que mantenga el estamento del fútbol, que es carísimo”, dijo a Referí Roberto Perdomo, presidente de la SAD Boston River, cuyo grupo inversor lo encabeza el venezolano Edmundo Kabchi, también al frente de Albacete de España.
El acuerdo estipulado entre ambas partes indica que la SAD tiene el 90% de la participación y el club atlético el otro 10%. “El secreto es que le da seguridad al inversor, que tiene la mayoría del paquete accionario y sabe que la última palabra va a ser la de él. Sin perder la identidad del club, que participa”, agregó Perdomo.
A la hora de firmar los acuerdos entre los grupos y los dirigentes de los clubes se establecen ciertos puntos, como que se mantengan el nombre del equipo -a nivel administrativo, como indica la ley, se le agrega el termino SAD-, los colores y la identidad del club, así como los beneficios a los socios.
Recientemente, Torque pasó a llamarse Montevideo City Torque, en un cambio de nombre para incluir la ciudad y el “City”, una característica de todos los clubes que forman parte de dicho grupo.
Cuando la SAD comienza su funcionamiento, los inversores se hacen cargo de mantener el activo fútbol y de desarrollar su modelo de negocio, con la posibilidad de tener éxito o no. “Los accionistas tienen que poner cuando falta plata. Si el club no genera, el accionista tiene que bancar el presupuesto anual del club”, indicó Leiza. “Hay riesgos para el inversor. Puede que no transfiera jugadores y no gane un peso. El fútbol no es una ciencia exacta, podes estar tiempo sin vender un jugador. Aunque si trabajas las juveniles bien, es difícil que pase eso porque en Uruguay siempre salen jugadores”.
Por ese motivo, los acuerdos son a largo plazo, de 10 o 15 años, para tener un tiempo que permita establecer bases y luego recoger los frutos. Desarrollar y vender futbolistas es la gran apuesta.
Rentistas es uno de los últimos clubes que se transformó en SAD en 2018, logrando el ascenso en su primer año bajo ese formato. Nicolás López, presidente de Rentistas SAD, indicó a Referí que el grupo que encabeza lo forman empresarios y capitales uruguayos. “El proyecto es formar jugadores, crecer en la fábrica de jugadores, porque esto es una empresa”, señaló.
El contrato que firmaron es por 15 años. Desde entonces se hicieron cargo del fútbol vinculado a AUF y del complejo deportivo, en el que ya realizaron obras. “Estamos mejorando toda la infraestructura del club”, destacó López.
Eso se repitió en Boston River, que mejoró su predio, y también en Torque, que presentó su futuro centro deportivo de primer nivel que construirán en Canelones.
“La infraestructura es lo más importante para generar jugadores y después vender”, dijo López.
Otra opción de negocio para los inversionistas es la opción que de que un grupo empresarial más poderoso les compre la SAD o firmen un acuerdo. “Buscar un acuerdo con algún grupo del exterior es a lo que apuntamos. El fútbol uruguayo tiene interés de muchos países de Europa, acá los jugadores salen de debajo de las piedras y por eso estamos buscando un grupo comercial extranjero. Pero no es algo de un día para otro”, dijo López.
En Plaza Colonia formaron su SAD en 2015 con un contrato por 10 años con opción a cinco más. Carlos Manta y Chiqui García están al frente del grupo inversor, haciéndose cargo de los gastos e inversiones. ¿Cómo es su reparto de los beneficios del fútbol? Los ingresos que genera el fútbol por TV, venta de entradas y espónsores son para la SAD. Los ingresos por venta o préstamos de jugadores y partidas de la AUF que da por superávit de la selección los reparten, con un porcentaje menor para el club.
Por otra parte, el contrato los obliga a jugar en Colonia. Tienen que utilizar el escudo del club, los colores del club, pero hay un detalle que protege la cantera: el 50% del plantel de Primera debe estar integrado por jugadores del departamento de Colonia, y el 50% debe ser de jugadores subidos de formativas. Hay futbolistas que cumplen las dos condiciones.
Cuando termina la SAD, al club le quedarán todas las inversiones que se hayan hecho en su complejo deportivo, más los ingresos que puedan recibir en los porcentajes acordados, en caso de que así sea, y también con una institución que no tuvo gastos por el fútbol durante los años en que estuvo compitiendo.
Con cinco equipos de Primera en este formato de gestión, Boston River, Plaza, City Torque, Deportivo Maldonado, Rentistas, y otras en Segunda, Rampla Juniors, Juventud de Las Piedras, Albion e IASA, este modelo cobra fuerza en el fútbol uruguayo. ¿Es la opción para lograr estabilidad? “Nosotros no encontramos otra manera para poder subsistir en el fútbol profesional”, dijo Perdomo, quien indicó que con los ingresos fijos de Boston River, con la TV y otros, solo cubren el 30% de un presupuesto “no muy alocado”.
Para López, de Rentistas, es “la alternativa” para los clubes en desarrollo. “La SAD hace que los que estamos adentro, como respondemos con nuestro patrimonio, seamos responsables con el gasto y con la inversión”, agregó. “Venimos a acompañar el crecimiento del fútbol desde nuestro granito de arena con Rentistas y creemos que es el camino para el fútbol. Por algo en Europa la mayoría de los clubes son SAD. Para mí, viene por ahí y va a terminar ahí, si no es inviable”.
Leiza, por su parte, consideró que el instrumento “es bueno” y que, “como todo”, depende de cómo se maneje. “La ventaja es que permite a los clubes desprenderse de la parte del fútbol y que la maneje alguien con solvencia económica, que potencie al club y que mañana cuando se vaya deje un club saneado, porque como no va a tener actividad, ni los déficits mensuales y va a recibir algún dinero, ese dinero lo vaya destinando a una caja de ahorro y que mañana pueda crecer”, agregó sobre el modelo de gestión que se impone en el fútbol uruguayo.
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