Golpeado por un nuevo descenso, acuciado por las deudas y último equipo de la Segunda División Profesional en comenzar a entrenar de cara al torneo que no inició debido a la pandemia del coronavirus, Rampla Juniors se embarcó en un ambicioso proyecto de transformación que pretende hacerlo volver a sus raíces de "cuadro duro y corajudo, criollo, altivo y melenudo como la furia del mar", como dice la canción de Enrique Soriano.