Leonardo Carreño

¿Es una pelota de cuero o una mesita de luz?

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18 de marzo de 2021 a las 18:33

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La comisión sobre reforma previsional está a punto de entregar el primer informe, que es de diagnóstico, y ni siquiera para describir el problema hubo consenso político, lo que habíamos advertido en esta columna, el 4 de junio. Ahora comienza el trabajo de redactar el nuevo régimen, y de eso te quiero hablar en esta entrega de Rincón & Misiones.

El simulador de vuelo anduvo relativamente bien, pero ahora llegó el momento de volar. La comisión de técnicos encargados del diseño de una reforma integral del sistema jubilatorio concluye en estas horas el diagnóstico que tenía encargado, para lo que no le alcanzó el plazo previsto por ley y precisó de estirar eso con la prórroga que tenía como chance adicional.

No es la mejor señal. La reforma no debe ser hecha de apuro, y precisa mucha fundamentación y trabajo de precisión, pero tres meses eran más que suficientes para describir el estado de situación y los puntos débiles, que ya los venía destacando el gobierno pasado a través de su entonces ministro de Economía y hoy senador por la oposición.

Claro que no alcanzaba con decir “esto está mal y hay que cambiarlo”, sino que se precisaba una trabajo que fuera soporte de argumentos para delinear los cambios, pero visto la urgencia desde el punto de vista fiscal, económico y social que conlleva la reforma, y dado que este proyecto obligará al oficialismo a una construcción de consenso no lineal en el Parlamento, todo el tiempo que se pierde, es … tiempo perdido.

Hay tramos del diagnóstico que ni vale la pena hacer, porque si dependen de un cambio constitucional eso es casi imposible, y lo prioritario es concentrarse en lo que puede y debe salir como ley, pero si eso hubiera estado al alcance, lo primero que se debería hacer es cambiar el nombre a la Caja de Jubilaciones, que pomposamente se llama Banco de Previsión Social, cuando ni es un banco ni nada que se le parezca.

Tanto no es banco, que el gremio de AEBU para ampliar masa de asociados ha intentado lugares insólitos como cajeras de supermercados, con el argumento de que su tarea es del tipo de negocio financiero, pero no se han metido con el BPS, aunque se llama “banco”.

Eso es anecdótico en cuanto al nombre, pero el BPS precisaría cambios de estructura y funcionamiento, más allá de la modernización lograda en los años posteriores a la reforma que creó la “historia laboral” y las AFAP, que obligó a ese ente a procesar registros en serio sobre los aportes de los trabajadores.

Este viernes termina la etapa de diagnóstico y comienza la de trabajar en la reforma, sobre lo que ya hay avances en el seno del gobierno respecto a los lineamientos para seguir.

Los objetivos quedaron claros en los debates de campaña y fueron expuestos con claridad en la “LUC” (Ley de Urgente Consideración Nº 19.889), cuando a la comisión le indica que tenga en cuenta los siguientes aspectos:

a) razonable seguridad de ingresos a los afiliados, mediante aportes y adecuado financiamiento;

b) sustentabilidad de sistema a mediano y largo plazo;

c) contemplar los sesgos generacionales

d) transición con reconocimiento de derechos adquiridos o en curso; y

e) una tributación asociada a las prestaciones de los diferentes regímenes.

La reforma es un desafío grande para la política, y el propósito está dado por tres metas

1) en 1995 se había logrado abatir el déficit creciente del BPS, pero modificaciones posteriores revirtieron logros y dejaron al sistema expuesto a impacto fiscal no sostenible;

2) la creación de cuentas personales, con capitalización de ahorros tuvo aceptación masiva, pero sin que los afiliados tuvieran educación financiera adecuada, e información clara sobre el régimen (porque las normas imponen que la información sea enredada, y la forma que le imponen a las AFAP para reportar a sus afiliados, es la peor posible).

3) las jubilaciones deben ser “justas”, es decir, tener correspondencia con el esfuerzo de aportes personales en toda la vida laboral, lo que se logró con la creación de AFAP pero no abarca todo el sistema.

***

¿Y cómo sigue la tarea de esta comisión?

Hasta ahora fue de tipo deliberativo, con visita de delegaciones que iban a dar su visión, con análisis de documentos y de proyecciones de datos, pero ahora se para a la construcción de una propuesta.

Hay una creencia equivocada sobre este grupo de trabajo, que viene desde su nombre. No es un “comité de expertos” en el tema, sino que es una “comisión” de representantes políticos, con experiencia o conocimiento en el tema.

Aunque la ley establezca la necesidad de que sean “expertos”, lo relevante es que están ahí no por ser las personas que más sepan del tema sino en representación de … sea del gobierno, de partidos políticos oficialistas, de la oposición, y de representantes de sindicatos, de gremio de pensionistas y de cámaras empresariales.

Dada esa conformación del grupo, y en función de lineamientos políticos del Frente Amplio, desde antes de comenzar los trabajos ya se sabía que era imposible el consenso para la reforma. Lo mismo ocurre con el representante de trabajadores, como delegado del PIT-CNT, porque ahí ya está clara la postura contraria al sistema mixto actual, por oponerse a las administradoras privadas (que el oficialismo siempre ha querido mantener).

La duda puede estar en la delegación del gremio de pasivos, ONAJPU, porque la integración de masa de afiliados ha cambiado, pero en la conducción política de jubilados prima una postura alineada al PIT-CNT.

Ni para el diagnóstico es posible un acuerdo.

Si frente a una pelota de cuero, las partes no se pueden poner de acuerdo en que se trata de una pelota de cuero, es claro que no habrá estrategia común para definir si en “un tiro libre” hay que enfocar al arco, tirar un centro o hacer un pase al costado.

Ahora comienza un trabajo profesional delicado, riguroso, exigente, pero ya se sabe a lo que se apunta, y eso no debería tener dificultades complejas para llevar a un papel. Luego, el Poder Ejecutivo lo tomará como base para redactar un proyecto de ley que enviará al Parlamento en la segunda mitad del año.

El consenso era una quimera y por si quedaba alguna duda, eso ya quedó plasmado en la etapa de describir “una pelota de cuero”. Ahora sí; ahora comienza el partido.

Soy Nelson Fernández, periodista y Analista Económico, columnista de El Observador. Hasta aquí, esta nueva entrega de Rincón y Misiones, la newsletter exclusiva para suscriptores Member de El Observador para entender mejor la realidad económica y los temas que tocan nuestro bolsillo, y contar con mejor información para tomar decisiones.

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