IMM respondió a las preguntas de los vecinos sobre el corredor Garzón

"Preguntar por escrito, ¿dónde la viste?". Así reaccionó Juan De Paula, un veterano delegado de la industria frigorífica, cuando se enteró del sistema de preguntas en la reunión que se llevó a cabo en la nueva terminal multimodal de Colón. Allí, unos 100 vecinos se reunieron con Gerardo Urse, director del Plan de Movilidad Urbana de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM), con Hugo Bosca, director de Tránsito de la IMM y con concejales de la zona 12, para hablar tanto de la terminal como del corredor Garzón, por el cual dentro de aproximadamente dos semanas comenzarán a circular ómnibus urbanos y suburbanos. La obra lleva ya casi 17 meses de retraso y la inversión original es de US$ 23 millones en este tramo.

"No les sirve porque un vecino como yo puede venir y encararlos", prosiguió molesto De Paula, mientras se dirigía a la avenida Eugenio Garzón, ayudado por un bastón. El hombre aseguró que, en 2007, se encadenó cuatro días para que Tabaré Vázquez aprobara una ley "para gente que estaba en la dictadura" y por la cual se jubiló. "Que estos monos no me vengan a decir lo que es la zona, lo que es pelear y lo que es luchar. Ellos están por el lomo nuestro. Por lo menos que nos dejen preguntar", sentenció.

Lo cierto es que después de una extensísima presentación -el encuentro estaba pactado para las 19 horas y Urse comenzó a leer preguntas de los vecinos pasadas las 21 horas- la mitad de quienes habían asistido a la reunión ya no se encontraban en sus asientos. En un comienzo, el intercambio se iba a desarrollar en el piso superior de la terminal. Sin embargo, una plaqueta del ascensor se rompió y, como no funcionaba, no había accesibilidad para personas discapacitadas, por lo que los vecinos debieron cargar ellos mismos las sillas hasta la planta baja. Allí -primero improvisadamente sobre dos planchas de espumaplast, después sobre una pantalla- un proyector fue mostrando powerpoints y videos, donde se explicaban detalles de la obra y los nuevos recorridos de varias de las líneas.

Las preguntas por escrito de los vecinos fueron de todo tipo y color. Varios de los comentarios felicitaban a las autoridades por la nueva obra. Sin embargo, una vecina se quejó porque venían construyendo hace meses "y 15 días antes de la inauguración se pusieron a hacer educación vial". Urse aseguró que esto no era así. "Hace mucho tiempo que empezamos, ahora estamos reforzando", manifestó. Dijo que están yendo a las escuelas hace meses y que, a partir del 8 de diciembre, habrá durante dos semanas una fuerte presencia del cuerpo inspectivo de la IMM, tanto en el carril como en la terminal.

"Además van a haber 80 promotores, en los dos turnos, trabajando continuamente en todo el carril y en la terminal, informando a los pasajeros cómo se utiliza el corredor, los cambios de línea y las líneas nuevas. Van a estar durante todo el horario que haya transporte público", explicó. Estos promotores estarán debidamente identificados con remeras.

Otro vecino sugirió que se pusieran rejas detrás de las paradas, para obligar a los transeúntes a cruzar por los semáforos. Urse respondió que van a implementar una "fuerte campaña" educativa para que la gente no cruce por lugares indebidos. "En otros países latinoamericanos sí se colocan rejas a lo largo del carril. Nosotros vamos a apostar a no tener que colocar rejas en todo el corredor. Quizás en algunos puntos necesariamente haya que colocarlas. Esperemos recurrir a otros métodos", precisó.

Algunos detalles de la terminal
La IMM espera que por la multimodal Garzón circulen unos 30 mil pasajeros diarios, distribuidos en 2579 viajes diarios correspondientes a 22 líneas.

El área de servicios, de unos 1150 m², contará con plaza de comidas y un área de usos múltiples en el segundo nivel. En cuanto a la seguridad, en toda la terminal operará un circuito cerrado de televisión y audio. Además habrán hidrantes, mangueras, detectores de humo y botones de pánico. El edificio de monitoreo, de acceso restringido, tiene cuatro plantas. Allí trabajarán aproximadamente diez personas, estimó Urse.

En la construcción intervinieron inicialmente 80 trabajadores, aunque se alcanzó un pico de 125 operarios. El costo total del edificio fue de 115 millones de pesos.

Por su parte en el corredor Garzón (que tiene 14,3 kilómetros de longitud) habrá 15 paradas y 23 semáforos. Las luces de los semáforos funcionarán con lámparas LED, lo que permite un 90% en la reducción del consumo, mayor visibilidad y servicio continuo.

Además habrá artefactos peatonales, inéditos en Uruguay, que indicarán el tiempo que le queda al peatón para cruzar. Habrá semáforos especiales, tanto para peatones como para los ómnibus.