"La forestación prometió y cumple"

El presidente de la Sociedad de Productores Forestales afirmó que los bosques implantados ocupan el 5% del territorio pero ya generan el 13% de las exportaciones

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26 de julio de 2012 a las 15:25

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¿Cómo define el momento que vive la forestación en Uruguay?
Está en su etapa de desarrollo, mostrando buenos resultados y con un excelente potencial. Es un sector que prometió generar valor para Uruguay y que está cumpliendo con creces. De acuerdo a un informe de Opypa, fue el más dinámico en la generación de empleo en los últimos 15 años, un empleo de calidad, no sólo por la tecnología aplicada, sino por las certificaciones internacionales que se exigen a todo el sector forestal. Además, contamos con un alto porcentaje de mano de obra femenina, por ejemplo en los viveros. Empleamos a más de 21.000 personas en todo el país, con un fuerte componente descentralizador. Solo el 5% del territorio lo ocupan los bosques implantados, pero el sector ya genera el 13% de las exportaciones. Contamos con más de 885 mil hectáreas de bosques plantados y eso es sólo el 22% del área declarada de prioridad forestal. Es una ejemplar política de Estado, apoyada por todos los partidos políticos desde su creación y que logró posicionar al país en el tablero mundial de la madera. La responsabilidad ahora está en generar las condiciones para no limitar su crecimiento, para seguir generando valor para el Uruguay.

¿Cómo se está comportando la demanda desde el exterior?
Uruguay está logrando meterse en el mapa forestal mundial. La madera para pulpa de celulosa va a la cabeza por su calidad y volumen, pero también estamos logrando buenas colocaciones de madera sólida. El eucaliptus “made in Uruguay” está siendo valorado en los mercados internacionales. Obviamente que la crisis internacional comenzó a afectarnos desde sus inicios en 2007, primero la caída del mercado de la construcción en Estados Unidos y luego la crisis en Europa, que afectó la demanda de madera a nivel mundial. El momento de auge económico que vive nuestro país no condice con la realidad del mercado internacional y eso se traduce en una compleja ecuación para los exportadores de madera, para el sector forestal en su conjunto. La buena noticia es que tenemos ventajas comparativas que nos permiten ser optimistas en el largo plazo. Hay que seguir trabajando para lograr las mejoras de eficiencias necesarias.

¿Cómo impacta en el sector el ICIR?
Genera un cambio más en las reglas de juego, deteriora la confianza de los actores del sector agropecuario en general. El problema no solo está en lo que cueste el impuesto, esto se suma a otros cambios que se han ido imponiendo, de los cuales siempre sale damnificado el que intenta producir y eso es una mala señal para los que hacen cosas. Debemos ser muy cuidadosos, la globalización también juega este partido y los que sientan que Uruguay no es confiable o no cumple lo que promete buscarán otros lugares donde les ofrezcan esas garantías. Tenemos ejemplos de países que se han encargado de generar esas reacciones en los inversionistas.

Dados ciertos cambios decididos desde el gobierno y el precio de la tierra, ¿son más constantes los programas de fomento?
Tenemos que separar las cosas y ser cuidadosos con generar relaciones causa-efecto que no reflejen la realidad. El precio de la tierra se disparó a consecuencia de la situación económica mundial. Es una variable determinante para el desarrollo y el amplio crecimiento de los programas de fomento. La otra variable que influye es la mayor confianza que se está teniendo en el sector y en su futuro promisorio. Quien forma parte de un programa de fomento es porque cree en el sector. Si bien la integración productiva se viene dando desde el impulso forestal en el país, los programas de fomento son inclusivos y logran maximizar beneficios para las partes que intervienen. La empresa que planta obtiene la madera fruto de la plantación y el propietario del campo se beneficia en una buena renta por su tierra, diversifica su producción y riesgo y obtiene sombra y abrigo que potenciará su producción pecuaria.

¿La falta de desarrollo logístico es la gran debilidad?
Sí, eso compromete la eficiencia a la que hacíamos referencia. La virtud del sector es que llevamos trabajo al medio rural, descentralizando en todo el país, pero lo que se produce hay que sacarlo de alguna forma, si no contamos con sistemas logísticos y de transporte eficientes, esa ecuación se hace inviable. No contar con el tren para movilizar la madera condena y condiciona a zonas forestales del país a recibir nuevas inversiones y posibles polos de desarrollo industrial. Es mucho lo que estamos perdiendo por no contar con un sistema logístico más eficiente. También los puertos están llegando a sus topes en el manejo de cargas. La competencia por el espacio para operar en los puertos se hace muy difícil con un producto voluminoso y de poco precio relativo a su volumen.

¿Cómo evalúan la inversión que desarrolla Montes del Plata?
Es muy buena para el sector y mejor para el país. Como productores forestales es muy bueno tener más opciones donde colocar nuestra producción. Las empresas que respaldan el proyecto son de primer nivel internacional, eso reafirma lo acertada que fue la estrategia que se delineó con la política forestal en estos 25 años desde la aprobación de la ley 15.939. Con esta nueva planta y la de UPM funcionando a plenitud Uruguay posee una buena base para continuar diversificando y maximizando el aprovechamiento del bosque. Tener fluidez en la colocación de madera para pulpa permite viabilizar otros productos del bosque y eso es necesario para desarrollar otros eslabones de la cadena. La forestación no se traduce solo en plantas de celulosa, son un eslabón fundamental, pero hay otros que hay que ver cómo han cambiado. Hay que preguntarle a los carpinteros qué madera usaban hace 10 años y que usan hoy, en qué proporción usan madera de bosques uruguayos y cuánta es importada. Muchos se sorprenderían con las respuestas y el cambio que generó la forestación en Uruguay en muebles y productos que usamos a diario.

¿Es posible una apuesta firme a generar energía con la biomasa que, por otra parte, es un recurso sostenible?
Somos optimistas en la posibilidad de generar energía con biomasa, tenemos que adecuar las políticas para lograrlo. Uruguay tiene una ventaja comparativa para generar energía proveniente de fuentes renovables, cuenta con agua, sol, viendo y madera. Las primeras tres son económicas, pero no las controlamos, en cambio la gran virtud de la madera es su confiabilidad. Es muy importante contar con un sistema regular de abastecimiento para la generación de energía. Creemos que esa ventaja todavía no es reconocida, ni valorada a nivel de políticas de estado para incentivar el uso de la madera. Hay muchas industrias en nuestro país que tienen a la madera como su principal fuente energética, evidentemente éstas sí valoran la confiablidad que les da éste insumo. Tenemos que buscar los mecanismos para trasladar esto a la matriz energética del país.

¿Qué visión, como presidente, tiene sobre la función que debe desarrollar la SPF?
La Sociedad de Productores Forestales está abierta a la participación de todos los interesados en desarrollar la forestación en nuestro país. Promovemos las plantaciones con un enfoque sostenible, desde lo económico, lo social y lo ambiental, para ser capaces de producir un insumo que pueda ser generador de valor para todo el país. Representamos a más del 75% del área plantada y pretendemos seguir siendo facilitadores en el desarrollo de la actividad forestal. Somos conscientes de la importancia del sector en la generación de empleo, por eso promovemos la calidad del empleo, la capacitación y el desarrollo de políticas que nos permitan ser un sector atractivo para captar gente talentosa y con interés en superarse. Con nuestro trabajo hacemos un aporte importante al medio ambiente, del cual debemos ser responsables y cuidadosos, sin perder el enfoque en la producción. Nacimos impulsados por una política de estado y como actores directos, sentimos la responsabilidad de transmitirle al sector político y a la población en general, lo que a nuestro entender puede potenciar el crecimiento de la cadena forestal nacional y también señalar los caminos que puedan limitar el desarrollo del sector, con un enfoque constructivo, nos proponemos desarrollar el Uruguay forestal del futuro. Estamos convencidos de que es el trabajo en conjunto entre el sector político, el sector privado y la academia lo que hará que el sector forestal en su totalidad camine hacia un mismo rumbo. Hoy, 25 años después de que se votara la ley forestal, y con una realidad totalmente distinta en cuanto a crecimiento y posicionamiento del país en el mercado de la madera mundial, seguimos apostando a la industria forestal, a su gente, a todo el país.

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