Uruguay le permitió a la conductora de televisión argentina Susana Giménez ingresar al país pese a que no trajo a personas varadas ni tiene la residencia confirmada, dos requisitos vigentes que fueron emitidos por decreto en marzo, pero sobre los que el Poder Ejecutivo hace una interpretación de su aplicación al no haber varados en Argentina y al estar en proceso el trámite de registro civil.
La diva de los teléfonos viajó desde Buenos Aires a Montevideo el sábado en un vuelo privado junto a su hermano Patricio y luego se trasladó hacia Punta del Este para instalarse en La Mary, su mansión de Rincón del Indio, pese a la cuarentena obligatoria que rige en su país y al cierre de fronteras vigente en Uruguay.
El ministro del Interior, Jorge Larrañaga, aseguró este miércoles en una entrevista con el programa Arriba Gente de Canal 10 que Giménez “ingresó legalmente” y que no se le hizo “ninguna excepción” por ser una persona pública. Esto se basa en que la norma de la diplomacia uruguaya es asimilar al residente con aquellas personas que tienen ese documento en trámite.
El vuelo fue autorizado el viernes 22 de mayo por la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) de Argentina, para viajar en la aeronave Lear Jet 60, Matrícula LV-FVZ, de la firma Baires Fly.
Se realizó al día siguiente, el sábado 23 a las 15 horas desde Aeroparque en Buenos Aires hacia el Aeropuerto de Carrasco. “Traslado de 2 ciudadanos argentinos con residencia en Uruguay”, dice el documento oficial divulgado por el portal NA.
Sin embargo, Giménez no tiene la residencia confirmada en Uruguay, sino que la comenzó a tramitar en la semana previa al viaje, luego que el Ministerio del Interior le negara un arribo, según contó Larrañaga. “Hace unas semanas atrás le negamos el ingreso a ella y su hermano porque no estaban en su condición reglamentaria”, expresó.
El ministro agregó que la diva inició los trámites de residencia ante el consulado uruguayo en Buenos Aires y que por eso la autorizaron a entrar. “Pueden ingresar los uruguayos y extranjeros con residencia o trámite de residencia”, dijo específicamente acerca de la normativa de cierre de fronteras, aunque en realidad el texto no incluye a texto expreso a quienes están tramitando el pedido.
El decreto del Poder Ejecutivo N° 104/020 del 24 de marzo de 2020 señala en sus artículos 1 y 2 que se autoriza al ingreso al país únicamente a los “ciudadanos uruguayos” y “extranjeros residentes”, y no hace mención a quienes estén tramitando la residencia. Pero en el gobierno interpretan que esa redacción incluye a quienes la están solicitando, y aseguran que ya ocurrió con otros casos que no trascendieron públicamente.
Giménez mostró ante los funcionarios de Migraciones la solicitud de residencia, lo que le permitió ingresar, de acuerdo con fuentes del Ministerio del Interior.
“La saqué hace... Llamé al consulado, dije cómo era, me dijeron si tenía residencia... Todo el mundo sabe que tengo residencía acá (en Uruguay), entonces te dan el permiso. Ahora estoy en cuarentena, en mi casa, pero con los perros", señaló la diva en una entrevista con TN en la que agregó que tenía "que pagarle al personal" que trabaja en sus casas. "Jardineros, caseros, gente que tiene que cobrar y tengo que hacer cosas. En Buenos Aires no tengo nada que hacer. Aparte, pedí permiso", siguió argumentando.
El artículo 4 del mismo decreto señala que los vuelos comerciales o privados de transporte de pasajeros “solo podrán ingresar al país en caso de trasladar a uruguayos varados en el exterior”.
Susana Giménez no trajo a ninguna persona que estuviera varada en Argentina, pero su vuelo igual fue autorizado. ¿Por qué? Desde la oficina del canciller Ernesto Talvi dijeron a El Observador que no hay uruguayos varados en ese país, por lo que se permitió el vuelo. De hecho, mencionaron que no era la primera vez que ocurría, ya que semanas atrás se autorizó un vuelo privado proveniente de San Pablo que tampoco trajo varados uruguayos porque no había ninguno en Brasil.
Las medidas de restricción del espacio aéreo uruguayo continúan vigentes y para que un vuelo pueda aterrizar debe solicitar autorización al menos 72 horas antes a la Dinacia que a su vez deriva el pedido a la Cancillería, la cual es la encargada de analizar si cumple con todos los requisitos y si los pasajeros que llegan están entre los contemplados en los decretos.
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