¿Qué es el burnout, el trastorno por agotamiento laboral, y cómo se combate?

Este año, la OMS lo incluyó dentro de la categoría de "enfermedad" y como uno de los causantes de algunos trastornos mentales

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04 de junio de 2019 a las 05:04

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Llega un momento en que todo transcurre a la misma velocidad, en que el trabajo se transforma en la medida de una vida estática y sin sobresaltos, un momento en que el sopor y el estrés se entremezclan y nos llevan a límites físicos y mentales difíciles de superar. La distancia a la licencia se hace eterna y el cansancio se acumula sobre los hombros, haciendo que cada día sea más difícil de sobrellevar que el anterior. Y cuando llega el fin de semana, poco se puede hacer para recuperarse. En este marco es que realizamos esfuerzos extras para lograr estar a la altura de las expectativas laborales, y cuando eso se prolonga es que llega una de sus peores consecuencias: el burnout.

Catalogado recientemente como enfermedad y uno de los causantes de trastornos mentales por la última Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, el burnout –“quemado”, en inglés– se puede resumir como cansancio acumulado y prolongado durante mucho tiempo. El síndrome es definido por la OMS como “un agotamiento físico y mental debido al estrés crónico asociado con el trabajo y el desempleo” entrará en vigencia como trastorno a partir de 2022, y surge cuando el individuo no consigue administrar de manera adecuada las responsabilidades y cuestiones laborales. 

También nombrado como síndrome de desgaste emocional, los expertos aseguran que afecta al 10% de los trabajadores de manera más leve y a entre el 2% y el 5% en sus etapas más agravadas, según publicó El País de Madrid hace pocos días.

Algunos de los síntomas que se pueden manifestar por la enfermedad son una permanente falta de energía o agotamiento excesivo, menos involucramiento con el trabajo o sentimientos negativos e indiferentes hacia él,  además de que el desempeño se reduce considerablemente. A diferencia de lo que se cree normalmente, sentir cansancio o estrés laboral de manera intermitente no es una señal de burnout, y que este solo se manifiesta en determinados escenarios. 

Según recoge El Cronista, la psicóloga Mónica Muruaga, autora del libro Preparados, listos, out, establece que el burnout se diagnostica cuando el desgaste se prolonga entre uno y tres años seguidos, cuando aparece la ira, el enojo y una tensión permanente, y cuando la autoestima y la iniciativa bajan considerablemente y llevan al rendimiento laboral a niveles muy por debajo de lo normal. Muchas veces, este trastorno se manifiesta a mitad de año, dado que es el momento en que las expectativas y esperanzas del comienzo comienzan  a diluirse en la rutina. Al mismo tiempo, las metas se van acortando y el desconcierto emocional se hace más palpable, por lo que es probable que el desánimo y la sobreexigencia terminen siendo detonantes para contraerlo. 

Cómo afrontarlo

Hay unas cuantas técnicas que permiten gestionar el estrés diario y, así,  prevenir la posibilidad de “quemarse” por el trabajo.

En primer lugar, hay que saber que esto es un trastorno grave que, en ocasiones, puede acarrear consecuencias severas para el organismo –entre ellas la muerte por estrés crónico y agudo–, por lo que se recomienda pedir ayuda profesional. Aún así, es necesario realizarse un chequeo médico una vez por año que incluya una evaluación psicológica adecuada.

En el terreno más privado, una buena estrategia es generar una red de contención cercana y familiar, a través de la cual se pueda aceptar la posibilidad del fracaso y donde la vulnerabilidad no sea vista como un problema. También es crucial saber que para dar grandes pasos primero es necesario alcanzar objetivos pequeños que permitan reconquistar la confianza en uno mismo.

Sirve –y mucho– desconectarse del trabajo fuera de horario, dejar de hacerle caso a la casilla del mail o el grupo de Whatsapp laboral, así como también definir bien cuáles son las batallas que peleará en ese terreno. No se deje llevar por discusiones sin sentido que solo le aportarán más estrés del que tiene.

Cuando se pasa por un período de burnout, la energía es lo primero que se compromete. Por eso mismo, sea hace casi imprescindible cuidarla en medio de las situaciones negativas; dedicar tiempo al ocio y a las actividades familiares con frecuencia ayudan a renovar este aspecto.

Y aunque no lo parezca, el burnout también tiene mucho que ver con la comida. Mantener una alimentación balanceada y mantener un estado físico aceptable pueden hacer mucho para que no caigas en el espiral del agotamiento crónico.

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