"Somos profesionales", dicen en la NASA cada vez que se pregunta si los astronautas han mantenido relaciones sexuales durante sus largas estadías en la Estación Espacial Internacional. No obstante, hay astronautas que dicen lo contrario, como el italiano Paola Nespoli, quien ha estado dos veces en ese laboratorio espacial.
Para salir de dudas, National Geographic le preguntó al famoso astrofísico Neil deGrasse Tyson cómo serían las relaciones sexuales en ingravidez. Parece que nada cómodo. La responsable es la tercera ley de Newton: "Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria". Es decir, si se empuja a la pareja, esta devuelve el empuje con la misma fuerza.
"En un entorno de gravedad cero vas a necesitar unas correas. Probablemente haya gente que ya está equipada con estas cosas de todos modos (...) Cuando flotas en el espacio y te mueves hacia alguien, entonces rebotan. El movimiento se preserva, no hay fricción. Necesitas algo que los mantenga juntos", dijo deGrasse Tyson, según consigna el sitio Gizmodo.
La NASA no prohíbe la actividad sexual durante los viajes espaciales, aunque los horarios rigurosos, espacios rigurosos y el monitoreo constante desde la Tierra no contribuyen a crear el mejor ambiente.
La pregunta que todavía no tiene respuesta es si es posible gestar y dar a luz a un hijo en el espacio. Un estudio de la Universidad de Montreal con plantas concluyó que la ingravidez daña el transporte intercelular, por lo que se supone que un feto humano podría crecer con múltiples problemas neuronales y del corazón.
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