¿Segundos afuera? Candidatos a vice del PC y el FA

El escenario del PN contrasta con el de los demás partidos. Contra lo que yo esperaba el Partido Colorado no proclamó su fórmula presidencial. Ernesto Talvi, otro de los grandes ganadores de la elección, prefirió hacer una pausa para analizar mejor la información, estudiar escenarios y construir acuerdos con los demás sectores antes de dar este paso. Esta decisión, a simple vista, parece una oportunidad desperdiciada (me apresuro a decir que no lo es). La historia de las primarias en Uruguay sugiere que los partidos que sellan su oferta electoral la noche misma de la elección primaria envían una señal de madurez y unidad que los termina beneficiando electoralmente. El propio PC fue el que patentó esta “tecnología” política en abril de 1999 cuando se abrazaron la noche de la primaria Jorge Batlle y Luis Hierro López, a la postre, ganadores del primer balotaje de la historia electoral. 

Sin embargo, la parsimonia de Talvi tiene tanto sentido como la celeridad de Lacalle Pou. El nuevo líder del PC hubiera logrado, sin dudas, un golpe de efecto significativo acordando el domingo de noche con Sanguinetti (ganancia en el corto plazo). Pero, probablemente, la incorporación del ex presidente en la fórmula hubiera terminado limitando el potencial electoral de los colorados (pérdida en el mediano plazo). Talvi ha dicho que el 60% de sus electores no votaron a los colorados en octubre del 2014. Viene argumentando, además, que no se conforma con ser el candidato de los colorados. Va por todo. Aspira a que el PC desplace al PN del segundo lugar. Se tiene confianza para ser el más votado en un eventual balotaje con Daniel Martínez, el candidato del FA. Mirado desde este punto de vista, la cuestión de si Sanguinetti es el mejor nombre para completar la fórmula presidencial colorada adquiere una importancia especial. No manejo información de opinión pública tan precisa. Pero es perfectamente posible que la incorporación de Sanguinetti sea un obstáculo para captar votos de electores nacionalistas y frenteamplistas en octubre y noviembre. 

Talvi, pese a la insistencia de periodistas y analistas, no maneja este argumento públicamente. Muy por el contrario, todos lo hemos escuchado referirse con enorme consideración al ex presidente Sanguinetti. No me consta tampoco que lo maneje en privado. Pero me parece obvio, a esta altura, que la lógica que está por detrás de su resistencia a incluirlo en la fórmula presidencial tiene que ver con la búsqueda de un candidato que no genere resistencias en electores que, en 2014, optaron por otros partidos. Si uno sigue este razonamiento termina descartando a Pedro Bordaberry. Se ganó un gran respeto por su actuación parlamentaria. Pero ya ha demostrado que no logra convencer a votantes blancos (mucho menos frenteamplistas) de dar el salto al PC. Con la misma lógica, y si el razonamiento anterior es correcto, se puede descartar otros dirigentes de gran trayectoria y reconocida seriedad como José Amorín Batlle o Tabaré Viera. 

También en el FA ha incertidumbre y por razones parecidas.  La fórmula Martínez-Cosse tiene mucho sentido en la medida en que reúne a los dos candidatos más votados cumpliendo con el requisito tan apreciado en la izquierda de la paridad de género. Sin embargo, también los dirigentes frenteamplistas tienen mucho para pensar antes de tomar una decisión. También este caso, como en el del PC, la fórmula del “manual”, genera dudas más que razonables. Si algo quedó claro es que, pese a tener respaldos políticos muy distintos, Martínez y Cosse tienen demasiado en común. Sobra énfasis en la gestión y Facultad de Ingeniería. Falta pasión y clase obrera. Por eso mismo, el nombre de Andrade circula abundantemente en las redes sociales frenteamplistas. 

Desde luego, la opción por Andrade es arriesgada. El principal peligro, mirado desde un punto de vista muy habitual en los análisis políticos, es el de desplazar demasiado “hacia la izquierda” la oferta electoral frenteamplista. Este argumento, desde mi punto de vista, es muy discutible. Se dijo lo mismo hace diez años cuando José Mujica fue electo candidato a la presidencia. Como todos sabemos, el FA fue reelecto sin ningún problema. Andrade puede aportarle al FA lo que le falta: entusiasmo, ilusión, autoestima. Ha demostrado poder defender la obra de gobierno de la izquierda mejor que nadie. Ha dejado claro, asimismo, que sabe cómo criticar a los partidos fundacionales. Martínez viene haciendo una ronda de contactos. Pronto sabremos qué deciden.