Tres familiares de un paciente que murió en el Hospital Pasteur en la noche de este lunes ingresaron al centro de salud cuando conocieron la noticia de la muerte del hombre; ocasionaron destrozos, agredieron, insultaron y amenazaron a médicos, enfermeros y funcionarios.
"A raíz de una persecución policial hubo un siniestro de tránsito y una persona ingresó politraumatizada grave; luego fue derivada a tomógrafo", dijo a El Observador Martín Biasotti, presidente de la comisión interna del hospital. En esa sala, sobre las 8 de la noche, mientras se le hacían análisis para determinar las lesiones internas, el paciente tuvo un paro cardíaco, por lo que fue traslado al CTI para su reanimación. Murió tras una hora de frustrados intentos.
El hombre era un delincuente que, según dijeron fuentes policiales a El Observador, era perseguido por un patrullero porque había robado una moto. Fue en esa huida que chocó con "dos autos" y quedó gravemente herido.
Poco después de morir en el hospital, entró su hermano acompañado por un hombre y una mujer. "Decime que no murió, decime que no murió", gritaba este hombre dentro de las salas del CTI –a las que está prohibido el ingreso–, según contó Biasotti. Luego de la confirmación de la muerte, comenzaron las agresiones: rompieron dos vidrios y tiraron al suelo un monitor y un cardiodesfibrilador. "Una enfermera fue golpeada, un compañero de conserjería fue tomado del cuello y otra trabajadora tuvo un pico de presión", agregó Biasotti.
La Federación de Funcionarios de Salud Pública decidió un paro de 24 horas en reclamo por "el compromiso asumido por la dirección del Hospital Pasteur de brindar medidas de seguridad", de acuerdo a un comunicado del gremio, en el que también se expresa la "solidaridad para con los usuarios que fueron testigos y rehenes de una situación lamentable".
Por su parte, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) negó que hubiera personas lastimadas, y declaró que se produjeron "destrozos materiales". "Si bien los daños fueron solo materiales, lo importante es que no resultaron lesionados ni los trabajadores ni los usuarios que estaban en el lugar", dice el comunicado oficial.
El texto agrega, asimismo, que las autoridades "expresan su total solidaridad con los trabajadores que tuvieron que soportar esta situación de violencia mientras cumplían funciones".
Alarico Rodríguez, gerente general de ASSE, dijo a radio Sarandí que, además, quedaron dos salas inhabilitadas por los daños.
Tras los desmanes, llegó la policía con "varios efectivos", según Biasotti, que se quedaron varios horas para "garantizar" la seguridad a los trabajadores. El principal agresor –el hermano del fallecido, y uno de los dos que quedaron detenidos tras el ataque– fue atendido en enfermería porque se había lastimado la mano al romper los vidrios. En ese momento, dijo el sindicalista, amenazó al personal.
La Fiscalía solicitó una prórroga para los dos indagados por las agresiones, y planea llevarlos a juicio este miércoles.
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