Alfredo Cabrera: "Al BPS se lo percibe peor de lo que es"

¿Cuál va a ser la impronta de su gestión?

El BPS antes de que yo asumiera acababa de aprobar un plan estratégico 2021-2024. Ahí están los grandes lineamientos que definió la institución para el período y que yo voy a tratar de ejecutar con mi impronta personal. Me interesa adelantar los temas de vivienda, darle un nuevo contenido al Plan Ibirapitá, instrumentar la reforma de la seguridad social si finalmente se aprueba. Ese sin duda va a ser el gran desafío, y entregar al final del período un BPS que sea más eficiente, menos burocrático, más transparente y más cercano a los usuarios.

En cuanto a números, ¿con qué BPS se encontró? ¿Cuáles son los números actuales? ¿Ya está proyectado el déficit para 2021? El expresidente Hugo Odizzio había estimado un rojo cercano a los US$ 640 millones para 2021.

Valorando la palabra estimado, porque el año todavía no se ha terminado, vamos a manejar números similares, un déficit del orden de los US$ 650 millones, aproximadamente. Se mantiene más o menos en los términos previstos.

¿Cómo hacer para bajar ese déficit? Es una cifra elevada.

Está claro que el gobierno tomó un camino que fue crear la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS) para reformar la seguridad social, y en ese diseño establecido el BPS no tiene la carga de diseñar el nuevo sistema sino de instrumentarlo una vez que esté operativo. No va a existir un sistema de seguridad social que no tenga aportes estatales. Con la realidad demográfica actual y futura, pensar en un sistema de reparto que sea equilibrado es imposible, o sea que naturalmente la asistencia financiera va a seguir existiendo. La reforma busca mejorar la posición y la sustentabilidad de todo el sistema, pero no se plantea como un objetivo a corto plazo que el sistema no requiera asistencia. La asistencia se va a seguir dando. Ahí es importante destacar que a veces se confunde el déficit o la asistencia financiera para jubilaciones con un concepto operativo, se dice “bueno, sí, el banco gasta bien o gasta mal o gasta mucho o gasta poco”, cuando en realidad el costo operativo del banco con relación a la ejecución presupuestal global es del 1,95%. O sea, es muy pequeño el costo operativo con relación a la ejecución presupuestal. Yo creo que la reforma tiene claro el objetivo de que, a largo plazo, el sistema encuentre puntos de equilibrio y sea sustentable y eficiente. El banco va a acompañar ese proceso con su gestión.

¿Cómo está la morosidad de las empresas con el BPS? ¿Manejan datos del impacto de la pandemia? ¿Cuántas empresas se dieron de baja y cuántas abrieron?

En los últimos 36 meses se ve una línea pareja en el tiempo de la cantidad de empresas con caídas que coinciden con los momentos de la pandemia. Abril-mayo del 2020, notoriamente caídas, y, después, una línea promedial que mejora, que recupera los niveles actuales, que tiene incluso puntos altos y después se estabiliza. Hoy estamos con una variación de 1,95% más en relación con octubre de 2020. Otro indicador podría ser la caída de los beneficiarios del seguro de desempleo que, aunque no necesariamente que haya menos personas en seguro de desempleo, quiere decir que haya más empresas, porque puede ser la misma empresa que tomó más gente. Seguramente también hay empresas que están comenzando. Creo que hay una tendencia de recuperación que es constante. En octubre de 2021, había 285.632 empresas registradas en el BPS.

¿Hay forma de atacar el núcleo duro de informalidad del empleo, que hoy todavía está por encima del 25%?

La informalidad es un dato de la realidad de todos los sistemas. Cuando asumí hice referencia a algunas formas de trabajo nuevas, muchas de ellas como una forma de salida en épocas de pandemia que, por eso mismo, a veces comienzan de manera informal. Queremos ayudar a que aquellos que encontraron un negocio en la informalidad puedan formalizarse. No es nuestro interés clausurar o inspeccionar para clausurar un nuevo emprendimiento. La realidad es que los emprendimientos muchas veces, si siguen adelante, requieren ser formales para ampliar su horizonte de negocios. Si alguien hace comida en su casa y les vende a amigos, es una cosa. Pero si luego quiere vender al almacén de la esquina o a una pequeña cadena de supermercados, necesariamente va a tener que ser formal porque le van a exigir boleta, porque la cadena le va a exigir que se formalice para hacer todo el proceso. Nosotros queremos educar a la gente y a los emprendedores a que definan su negocio en el marco de la formalidad. La realidad es que hay un porcentaje de informalidad que siempre existe y que nosotros tenemos que tratar de llevarlo a lo menor posible. Para ello tenemos que inspeccionar, educar, informar y convencer de los beneficios de la formalidad. Básicamente es eso. Creo que sin duda el sistema tiende a la formalidad y hay un porcentaje de informalidad que va a existir: no existe un sistema que tenga el 100% de formalidad. Hay que intentar con la coacción, pero también con la educación y con la información, que los emprendimientos se formalicen.

¿Cómo evalúa las críticas al BPS, que aumentaron de cara a la elección del 28 de noviembre, en cuanto a que es un organismo burocrático del que se sabe poco y del que se informa poco? ¿Cómo se revierte eso?

Estamos realizando algunos estudios de imagen y de percepción de la población respecto al BPS para tener un punto de partida más científico sobre cómo nos ven y qué perciben, a favor y en contra, sobre la actividad de la institución. Tengo la sensación de que muchas veces nos perciben peor de lo que somos, que a poco que se conoce todo lo que el banco hace se da cuenta que algunos comentarios pueden ser injustos. No obstante, también es cierto que uno debería mirar las cosas en perspectiva. Tenemos 1,2 millones de personas, sin dudas debe haber un porcentaje de insatisfacción en una población tan grande de personas atendidas. A mí me preocupa normalmente si me dicen que en una sucursal trataron mal una persona, no la atienden, llama y no le atienden el teléfono o se quiere agendar y no hay agenda. Eso me pone muy mal, pero también lo tengo que mirar en la dimensión de la institución y todo lo que hace.

¿Y respecto a las elecciones del próximo 28 de noviembre?

La gente debe valorar la posibilidad de elegir y tener un representante directo en el Directorio. Es una gran oportunidad de poder participar eligiendo a representantes y más en una elección como esta en la que hay opciones en todos los órdenes. Es una elección para la que yo invitaría a la gente a que se informe, a que intente averiguar cuáles son las opciones que propone cada uno de los candidatos y elija. En un momento donde estamos manejando una reforma de la seguridad social, en que según algunas encuestas la gran mayoría de los uruguayos creen que es un tema importante, creo que es una gran oportunidad para las personas de poder elegir. A mí me gusta votar, me parece que siempre es una cosa que es buena y que en realidad uno tiene el derecho y en cierta forma la responsabilidad, la obligación de informarse y tratar de participar. El BPS va a hacer una campaña en la última semana para tratar de suplir la falta de información que pueda existir en algunos niveles.

Asumo que usted prefiere mantener la obligatoriedad de las elecciones.

A mí me parece que son temas lo suficientemente importantes para que la gente opte por participar. Si hay listas únicas muchas veces uno no encuentra sentido a la obligatoriedad del voto porque no se puede elegir, pero en un caso como este donde en cada uno de los órdenes hay más de una opción, me parece que es un ejercicio de democracia muy positivo que hay que aprovechar.

La CESS aprobó sus recomendaciones de reforma del sistema previsional. ¿Cuál es su opinión al respecto?

El proceso de la CESS ha sido muy interesante, abierto, largo, donde se ha escuchado a todos los actores sociales y las instituciones. Se han hecho rondas con expertos, los partidos han puesto a las personas que más saben del tema para integrarlo, me parece que como forma de encarar un proceso de reforma ha sido muy bueno. A grandes rasgos, comparto las conclusiones de la comisión, sin meterme en los temas chicos. Hay temas en los que me parece que hay un consenso. En el aumento de la edad de jubilación existe consenso, aunque puedan aparecer opiniones discordantes. Los sistemas del mundo tienden a eso. El promedio de jubilación de los uruguayos es superior al mínimo legal. Nadie se jubila en el momento que tiene el derecho a hacerlo sino que sigue trabajando algunos años más. Me parece muy positivo todo el trabajo de la CESS.

La implementación de la reforma en el BPS pasa a ser el gran desafío.

Sin dudas. Estar a la altura de instrumentar con éxito el nuevo sistema. Tenemos mucha confianza. Le hemos expresado a la CESS que estamos capacitados para asumir las responsabilidades que nos puede llegar a poner el nuevo sistema sobre la mesa y lo decimos con el aval de nuestros servicios. Esto no es una expresión de voluntad del presidente del BPS, sino la expresión de lo informado por nuestros servicios, que son muy buenos, muy formados y de muy buena calidad técnica. Nuestro objetivo es convertirnos en asesores provisionales, que podamos, a partir del nuevo sistema, asesorar a las personas que vengan a jubilarse sobre qué es lo más conveniente, cuáles son las opciones que tiene, cuáles son las posibilidades que merecen. A nosotros nos gustaría poder dar un servicio de información y de asesoramiento y no solo un trámite de mostrador; ese es el desafío que tenemos por delante. .

El expresidente Odizzio hablaba de que la reforma jubilatoria es un gran desafío comunicacional. La gente no entiende de qué va ni su importancia….

El BPS tiene que ser transparente y la gente tiene derecho a entender a qué tiene derecho, a qué no, cuáles son sus opciones. Y en eso fallamos, me consta que fallamos, que muchas veces a las personas les cuesta hacer un trámite, ingresar a saber cuál es la información que requiere, cuáles son los requisitos. Nosotros somos autorreferenciales, hablamos hacia afuera con cosas internas nuestras, códigos, sistemas, y tenemos que terminar con todo eso. Tenemos que ser muy transparentes y las personas tienen derecho a entender. La persona que viene a hablar con nosotros tiene que irse sabiendo con exactitud cuál es su situación, cuántos años tiene, cuál es su aporte, cómo será su jubilación.