Camilo dos Santos

Argentina está “danzando al borde del abismo” y “las cosas se pueden poner mucho peor”

El analista político Sergio Berensztein afirmó que hay “un problema de gobernabilidad” con el riesgo de que se imponga la confrontación con interés electoral entre los políticos

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31 de agosto de 2019 a las 05:01

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Es la sexta crisis en 44 años, con la particularidad que en 1995 se pudo frenar antes del precipicio, cuando Carlos Menem gana la elección en mayo de ese de año. De todas formas, los desequilibrios macroeconómicos estaban y ante la incertidumbre respecto al resultado de las elecciones el mercado descontaba una salida traumática.

Más de dos décadas después los problemas económicos y la incertidumbre política son dos ingredientes que vuelven a combinarse. El resultado de las elecciones primarias en Argentina fue inesperado y eso disparó una corrección rápida en el mercado que descontó lo que finalmente ocurrió: el default como algo inevitable.

Con esa idea el analista argentino Sergio Berensztein abrió el viernes su presentación sobre la realidad política del país vecino y el impacto de las PASO sobre la economía. El experto apuntó que el problema central de estas crisis es que cuando “se espiralizan” son difíciles de contener.

“Aun con un liderazgo político legítimo puede ocurrir que el sistema tarde mucho en reequilibrar las variables porque siguen los comportamientos de protección de parte de los ahorristas y la enorme desconfianza en el sistema financiero. Y sobre todo si hay algún evento que lleve a contagio de esta crisis cambiaria a una crisis bancaria la recuperación es mucho más costosa y requiere mucho más tiempo”, explicó durante una conferencia organizada por Sura Inversiones en Piso 40.

Para el analista, el riesgo de Argentina es que está “danzando al borde del abismo” y “las cosas se pueden poner mucho peor”. Según dijo, el problema central pasa porque Mauricio Macri es un líder “muy debilitado” y  hay un candidato como Alberto Fernández que está muy fortalecido pero que no es el presidente.

Camilo dos Santos

Desde su punto de vista, la brecha de 60 días que separa a las elecciones de octubre  “son una eternidad”. “Al ritmo de retiro de depósitos  que estamos sufriendo ahora esto termina obviamente con control de capitales, alguna clase de cepo y un desgaste aun mayor desde el punto de vista político para la hasta ahora “coalición gobernante”.

“La dinámica de crisis no solo puede escalar, sino que al mismo tiempo puede determinar las características de la política argentina por bastante tiempo”, apuntó.

Berensztein dijo que si la clase política advierte los costos que puede tener para la sociedad y para ellos mismos una profundización de la crisis, se puede pensar  en una salida coordinada que evite el peor escenario, aunque sea imperfecta. “Para el propio Fernández si efectivamente gana la elección, controlar la situación luego de una crisis tan profunda puede ser muy complicado”, afirmó.

En ese sentido, puntualizó que Fernández está tratando de “acotar el daño”  y evitar que la situación se complique a pesar de las restricciones que posee: no es presidente y tiene tensiones internas que limitan su margen de maniobra.

Para el politólogo, hoy el “presidente real” de Argentina es Fernández. “El establishment local e internacional desfila de manera permanente por su sede de campaña y ya está tratando de acomodarse a algo que los votantes todavía no decidieron”.

En los papeles el Frente de Todos ganaría en primer vuelta, controlaría las cámaras y la mayoría de las provincias, incluso con más diferencia de la obtenida por Cristina Fernández en 2011.

Gobernabilidad y confrontación

Para Berensztein, el nuevo ministro de Hacienda Hernán Lacunza logró convencer a Macri de que la próxima elección “está jugada”, y que lo importante es “evitar un estallido”, asegurar la gobernabilidad y empezar a coordinar con el otro equipo para acordar algunos parámetros, entre ellos, proteger las reservas del Banco Central.

Pero en el medio llegó la movilización espontánea del sábado pasado en apoyo al gobierno, que no cayó bien en La Habana donde estaba Cristina.

“Cristina vio el video, se enojó y se rompió ese principio de coordinación imperfecta entre las partes. La crisis se espiralizó de nuevo. Lo electoral y la gobernabilidad están enfrentados, porque Cristina lo que sintió fue que la Argentina burguesa se levantaba otra vez como en 2008”, afirmó.

“Argentina puede estrellarse una vez más o ir a una salida mínimamente coordinada. En el mejor de los casos vamos a un camino muy complicado, sinuoso, resbaladizo y lleno de obstáculos peligrosos. Pero si dejamos de focalizar en lo electoral y focalizamos específicamente en la gobernabilidad se puede evitar el peor escenario”, finalizó Berensztein.

 

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