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Atención integral a la primera infancia

Tenemos que hacer de las políticas de la primera infancia un fuerte de los servicios sociales de nuestro país (etapa de gran vulnerabilidad y de gran oportunidad).
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29 de enero de 2024 a las 05:04

Diferentes documentos estratégicos presentan a la primera infancia como prioridad del actual Gobierno. Entre ellos, el Compromiso por el País, la Ley de Urgente Consideración (Ley N° 19.889, del 9 de julio de 2020), la Ley de Presupuesto Nacional 2020-2024 (Ley N° 19.924, del 18 de diciembre de 2020), la Ley de Rendición de Cuentas 2020 (Ley N° 19.996 del 3 de noviembre de 2021), la Ley de Rendición de Cuentas 2022 (Ley N° 20.212, del 6 de noviembre de 2023).

La Ley de Rendición de Cuentas 2020 (Ley N° 19.996, de 3 de noviembre de 2021), dio origen al Programa de “Atención Integral a la Primera Infancia”. Propósito: fortalecer las “políticas, programas y acciones destinadas a la atención integral de la primera infancia”.

La primera infancia es un período de la vida que abarca desde el nacimiento a los seis años. Comprende dos ciclos. El primero de ellos se extiende desde el nacimiento a los 36 meses y el segundo desde los 3 a los 6 años de edad. Ciclos que constituyen un período crítico en el desarrollo del cerebro y el potencial para aprender. Empezando por los «períodos críticos» de crecimiento y desarrollo cerebral en los que se activan y estimulan circuitos cerebrales complejos que resultan luego fundamentales para el funcionamiento cognitivo-intelectual y el desarrollo de las capacidades sociales, lingüísticas y emocionales. Etapa de la vida en la que el niño empieza a organizar su mente, construir su relación con la realidad exterior, construir las bases de su socialización, y construir la capacidad de aprender.

Corregir desigualdades que surgen en la primera infancia requiere centrarse en intervenciones fundamentales. Intervenciones basadas en la evidencia empírica que surge de investigaciones en la primera infancia: atención prenatal; visitas continuadas a domicilio; educación y atención en la primera infancia; programas de crianza; y los primeros años de escolarización.

Consideremos la realidad de niños y niñas que no tuvieron la oportunidad de un buen comienzo en la vida y en los años de la infancia. Crecieron con carencias de importancia durante los años de crianza asociadas a las circunstancias de la vida familiar diaria; con claro predominio de lo negativo sobre lo positivo. Ni que hablar en casos extremos de abandono y negligencia y si coexisten otros factores de riesgo (violencia intrafamiliar, maltrato, abuso).

Algunos ya vienen marcados desde antes de nacer. Previo al nacimiento, el ambiente químico del embrión está ligado al medio interno de la madre. A través del cordón umbilical le “llegan” todos los nutrientes que necesita el embrión. Obviamente los cambios químicos en el medio interno de la madre (alcohol, marihuana, pasta base, otras drogas, etc.), impactarán.

Los servicios para la infancia y la familia no existen en el vacío. Los programas y servicios se prestan en entornos a menudo complejos, en los que las realidades (pobreza, abusos y maltratos intergeneracionales, etc.) influyen en los procesos y los resultados. Es promover una mirada de bienestar de los niños, las familias y las comunidades que va más allá de un enfoque centrado en la protección. Es actuar en base a un enfoque orientado también a mitigar y abordar las causas del contacto con el sistema de protección. Los modelos centrados en la prevención hacen hincapié en la intervención temprana. Abordan las causas profundas del contacto de un niño o una niña con los servicios de protección.

Significa tener en cuenta los numerosos factores y consideraciones contextuales en las que funcionan y viven los niños, las familias y las comunidades. El objetivo es lograr un sistema de protección plenamente funcional que sea resultado de los efectos combinados e interactivos de un sistema de servicios y prestaciones y no de un componente aislado del sistema. El trabajo interinstitucional, con énfasis en la salud, el cuidado y la educación, es fundamental para garantizar la protección.

Requiere coordinar esfuerzos para atender y proteger de mejor forma. Supone establecer un efectivo mecanismo de cooperación intersectorial. Un trabajo integral, articulado y coordinado entre organismos. Proyectos transversales que faciliten la coordinación interinstitucional. Convenios con los distintos organismos con el propósito de generar un efectivo SISTEMA de protección. Es, en breve, un enfoque de coordinación y seguimiento de la atención integral a la primera infancia.

Desde el INAU trabajaremos en la identificación de líneas de fortalecimiento para el Plan CAIF; una política de Estado con más de tres décadas de trayectoria que atiende actualmente a 60.000 niños y sus familias brindando una atención integral: cuidados, educación, alimentación y promoción familiar. Implicará analizar cobertura, apertura de centros, procesos administrativos, gestión, infraestructura, procesos de la atención y servicios prestados por las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), resultados. Procuraremos además mejorar los sistemas de información y la coordinación interinstitucional con otros organismos.

El INAU:

* en acción intersectorial coordinada con otras Instituciones, es respuesta de protección para aquellos niños y niñas con mayor chance de acumular atrasos en su desarrollo desde muy temprano en sus vidas; desde su nacimiento o incluso antes.

* es brindar servicios de educación y cuidado infantil en los Centros de Atención a la Infancia y la Familia (CAIF). Es necesario mejorar la captación de los menores que hoy no asisten a ninguna institución de atención a la primera infancia, aprovechando al máximo la capacidad ya instalada y disponible.

* es respuesta de protección a aquellos niños, niñas y adolescentes que se ven impedidos de vivir con su familia de origen. Es dar respuesta en base familiar y comunitaria a niños, niñas y adolescentes, que han perdido el cuidado familiar

* es brindar un ámbito familiar transitorio mientras se realizan acciones para restablecer las capacidades de cuidado y condiciones adecuadas para la convivencia de los menores con su familia de origen. De no ser posible la revinculación, se determina la posibilidad de una familia adoptiva.

* es fortalecer las funciones parentales. Siempre que sea posible, los niños deben poder permanecer en sus propias familias. Sin embargo, muchas familias necesitan apoyo y ayuda para poder cuidar bien de sus hijos. Por lo tanto, el núcleo de una estrategia para responder a los niños vulnerables debe ser fortalecer la capacidad de las familias para cuidar y proteger a sus hijos.

* es promover y brindar cuidados adecuados para bebes de 0 a 12 meses, que pierden o ven deterioradas las capacidades de cuidado de sus familias de origen.

* es atención directa de niños, niñas y adolescentes que han vivido experiencias de violencia, abuso y maltrato.

Guillermo Fossati (Ph.D)

Presidente del INAU

 

 

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