Temen que se repitan atentados a edificios de la Policía

En ninguno de los casos hubo heridos, pero el gobierno interpretó ambas situaciones como un mensaje de la delincuencia organizada, y las autoridades del Ministerio del Interior ven estos episodios con "natural preocupación" porque temen que puedan "ocurrir más atentados" de este tipo, según dijeron a El Observador fuentes de la cartera. 

Se trata de una nueva modalidad de ataque –a los que debe agregarse una amenaza de bomba a la seccional de Toledo esta semana, que debió ser desalojada por protocolo–, que no se había registrado durante la administración de Eduardo Bonomi (2010-2019), según lo indicaron integrantes del equipo del exministro.

La amenaza de que el primer ataque podía ocurrir había llegado a mediados de abril, luego de un operativo que culminó con la detención de un integrante de la banda de Los Ricarditos. Este hombre, que fue imputado por narcotráfico el 17 de ese mes y enviado a prisión preventiva, anunció ante los policías que iba a producirse el atentado contra la sede de la Brigada Antidrogas, por lo que fue uno de los primeros indagados por los oficiales de la Dirección Nacional de Inteligencia. De hecho, este recluso fue interrogado por el fiscal Diego Pérez el 29 de mayo, y es uno de los principales sospechosos de estar involucrado en el episodio.

Para el ministro Jorge Larrañaga "es evidente" que ese atentado se trató de un "aviso narco", como lo aseguró 19 días antes de que ese hombre fuera trasladado desde el penal de Libertad ante el fiscal Pérez. Al ser entrevistado en el programa Séptimo Día de Canal 12 el ministro afirmó: "No vamos a dar un paso atrás, vamos a tener una actitud de absoluta firmeza".

Las hipótesis de los investigadores apuntaron desde un comienzo contra Los Ricarditos, una banda que ha cobrado poder en Cerro Norte, en donde una semana anterior al ataque la Justicia había ordenado el allanamientos a unas 15 bocas de droga, a solicitud de la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero.

Por la investigación sobre el ataque a la sede policial de Las Piedras todavía no ha habido detenidos. En este caso no hubo una advertencia previa, indicaron a El Observador fuentes de la Jefatura de Policía de Canelones. 

"Una de las balas impactó en la puerta y la traspasó, y las demás fueron a la ventana. Fue todo muy rápido", señalaron los informantes. El caso, que comenzó investigándose en el departamento canario, pasó a manos de la Dirección de Hechos Complejos.

Larrañaga se trasladó la mañana siguiente al ataque al lugar, y dio una conferencia de prensa en la que aseguró que el gobierno iba a responder reafirmando su lucha contra los narcos. "Este tipo de acontecimientos, que mucho lamentamos, no indican otra cosa de que estamos en el trabajo muy fuerte e implacable contra todo lo que sea narcotráfico", sostuvo el secretario de Estado, y subrayó: "Vamos a seguir insistiendo y pegando en el narcotráfico grande, en el narcomenudeo, porque de eso depende la paz pública y la seguridad de nuestra gente y nuestra familia".

La visita del ministro ese día tuvo como efecto el "refuerzo de la moral" a los funcionarios policiales de la sede atacada. "Es una unidad netamente represiva, y no se achicó nadie: al otro día ya estaban llevando adelante allanamientos", dijo el jefe de Canelones, Víctor Trezza. "Eso no significa que se vayan a hacer locuras, pero seguimos trabajando, y la visita del ministro cayó muy bien al personal, al igual que mi presencia y la de la fiscal Verónica Bujarín", añadió.

Bujarín, la fiscal del caso, se negó a dar detalles sobre la indagatoria de este atentado. Ante la consulta de El Observador, se limitó a decir que la investigación "viene bien". "Pedimos bastantes diligencias investigativas, estamos en proceso", declaró.

Los motivos 

El director nacional de la Policía, Diego Fernández, tiene la convicción de que las agresiones a las sedes policiales son "el resultado natural" de la nueva línea del Ministerio del Interior de salir "a ganar la calle", de acuerdo a lo señalado a El Observador por allegados al jerarca.

Entre los cambios registrados en ese sentido, figuran la centralización del diseño del Programa de Alta Dedicación Operativo por parte de las jefaturas, el refuerzo del patrullaje, y una directiva a la Brigada Antinarcóticos de priorizar el combate a las bocas de droga, tal como lo reconoció la fiscal de Estupefacientes Mónica Ferrero.

Otros jerarcas de la policía incluso van más allá y entienden que "los avisos" de la delincuencia también responden a una situación de "incremento de las acciones de lucha directa" al narcotráfico por parte del Ministerio del Interior y la fiscalía, razón por la cual esperan que las bandas organizadas sigan respondiendo con golpes y amenazas.