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BCU volvió a subir el colchón de capital que solicita a los bancos para enfrentar “años malos”

El nuevo aumento del colchón de capital contracíclico fue definido por el Banco Central el pasado 29 de junio
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04 de julio de 2023 a las 05:03

El Banco Central del Uruguay (BCU), volvió a subir el colchón de capital que tienen que tener los bancos para enfrentar posibles cambios de ciclo. A julio de 2024 el colchón de capital contra cíclico deberá llegar a 0,75% de los activos ponderados por riesgo. La modificación anterior realizada a principio de año había dispuesto esa exigencia en 0,5% de los activos a enero de 2024.

 El “colchón de capital” y Basilea III

A principios de diciembre del año pasado, el BCU publicó una nota metodológica para la implementación del colchón de capital contra cíclico (CCC) en Uruguay. El documento explicó que después de la crisis internacional de 2008 uno de los factores mencionados como altamente desestabilizadores de la economía fue la propagación de los shocks de naturaleza financiera desde el sector bancario a los mercados financieros y a la economía real, amplificando su impacto.

La crisis, añadió, también puso en evidencia la prociclicidad del requerimiento de capital por riesgo de crédito, lo que fomentó la introducción de nuevas herramientas macroprudenciales con un enfoque contracíclico.

Expuso que en el marco del estándar para requerimiento de capital bancario conocido como Basilea III se introdujo una serie de elementos que operarían de forma contracíclica, entre los que se destaca el colchón de capital.

Ese capital se requiere en períodos en los que hay crecimiento económico y del crédito, etapa en la que se generan los riesgos, para liberarlo en la fase baja del ciclo cuando se materializan las pérdidas.

El BCU identificó cuáles son los objetivos de ese colchón de capital en Uruguay.

Por un lado, absorber pérdidas de los bancos en la fase baja del ciclo mediante un colchón de capital que se construye en la fase de alza. Por otro, contribuir a reducir el impacto de las pérdidas de los bancos sobre el crédito en la fase baja, mitigando su propagación al sector real y su amplificación cuando el impacto retroalimenta al propio sector financiero.

Esos dos objetivos son finalmente indistinguibles, ya que la absorción de las pérdidas a través del colchón contracíclico es lo que permite mitigar la reducción del crédito bancario.

“Con esta nueva suba se está construyendo un colchón de recursos en cada institución bancaria para cuando vengan los años malos”, escribió el economista José Licandro en su cuenta de Twitter.

El análisis técnico

Un informe  técnico de la Superintendencia de Servicios Financieros señaló que la economía está en fase de recuperación, y esta se ha consolidado en 2021 y 2022 sustentada en el crecimiento de las exportaciones y la inversión. Sin embargo, advirtió que  en el último trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023 las exportaciones de rubros relevantes han sentido el impacto combinado de los shocks de precios de commodities a la baja y la sequía, lo que ha afectado negativamente las exportaciones de rubros relevantes como la soja y la carne.
Por otro lado, afirmó que en EEUU hay una inflación núcleo persistente determinada por una demanda robusta, a pesar del rápido aumento de la tasa de interés de política monetaria de la Reserva Federal. Esto “eleva la probabilidad de recesión” en ese país, a la vez que se alarga la duración de tasas elevadas, explicó. “Eso implica mayores riesgos de mercado y de crédito en los mercados financieros de los países desarrollados y emergentes en el mediano plazo. El aumento de dichos riesgos se ve amplificado en una economía con un mercado de crédito parcialmente dolarizado”, dice el reporte.
Además da cuenta que el aumento del crédito, tanto en dólares como en pesos, ha acompañado la recuperación de la economía, y de un modo acompasado a la evolución del PIB. Eso aumento ha alcanzado diferentes segmentes (consumo, familias y vivienda. “No obstante, hay un porcentaje importante de empresas con deudas con el sector financiero, que en la muestra de empresas relevadas por los balance publicados por la Auditoría Interna de la Nación, es del 5%, que mantiene unos costos financieros por encima del 50% del margen de ventas”, dice el informe.
A partir de ese análisis, el BCU sostuvo que los componentes incluidos en la metodología “sugieren que se debería requerir fondos por el CCC, por lo que se fija en 0,75%, que resulta de la suma de 0,25% fijado en junio de 2022, 0,25% en diciembre de 2022 y 0,25% en junio de 2023”.
“En los próximos semestres se volverá a considerar la evolución de la actividad económica, del crédito, de los riesgos, y en especial el contexto financiero internacional para evaluar dichos riesgos como indica la metodología del CCC, y de acuerdo al análisis se determinarán los requerimientos de capital contracíclico para los próximos períodos”, agrega.

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