Nacional > ENTREVISTA

Bergara: División entre el FLS y el MPP "es una caricatura para simplificar"

El precandidato cree que se viene un proceso de "recomposición" de grupos en el FA y se "ilusiona" con obtener el apoyo de una parte del mujiquismo
Tiempo de lectura: -'
02 de noviembre de 2018 a las 21:17

Para Mario Bergara, la falta de apoyo del Frente Líber Seregni (FLS) a su candidatura ya es “un dato de la realidad” en el que ni siquiera vale la pena detenerse. Aunque no oculta que le “hubiera encantado” tener el apoyo del bloque astorista, el economista que acaba de renunciar a la presidencia del Banco Central para iniciar una campaña desde el llano insiste en que los tiempos están cambiando y que tanto el país como el Frente Amplio (FA) tienen que prepararse para ello.  

Mientras tanto, algunos dirigentes que respaldan su candidatura apuntan a lograr el apoyo de al menos una parte del MPP, y para ello quieren contar con el aval del expresidente José Mujica. El martes, el senador Enrique Pintado (alejado de Asamblea Uruguay) se reunió personalmente con Mujica y le planteó que el sector otorgue libertad de acción y acompañe todas las candidaturas. El expresidente prefiere esa posibilidad a apoyar en bloque la candidatura de la ministra Carolina Cosse, según fuentes políticas.  

En entrevista con El Observador, Bergara afirmó que las diferencias entre el FLS y el MPP suelen responder a “caricaturas”, dijo que va a haber una “recomposición” en el Frente Amplio y opinó que faltó liderazgo para realizar reformas en educación. 

¿Por qué decidió ser precandidato?

Visualizamos que el Frente Amplio está en un proceso de renovación, que arranca por la renovación programática. Si no cambiamos la visión del mundo y reformulamos la agenda de gobierno, vamos a estar equivocándonos, porque nos enfrentamos a un mundo cada más incierto y volátil, con la dinámica tecnológica que además lo atraviesa todo. La agenda de políticas tiene que tomar nota de esto. 

¿Sentía que esa necesidad de renovación no estaba siendo representada en los precandidatos?
No vamos a hablar en la negativa por ninguno de los otros precandidatos. Lo planteamos en términos de que sentimos que podemos contribuir en ese debate que lleve a una renovación en la visión del mundo en el FA y a una renovación de la agenda programática, después de haber implementado en esencia una agenda que estaba basada en la visión de hace 15 o 20 años. 

Ha mencionado también la necesidad de renovar los liderazgos. ¿Cómo cree que se va a dar ese proceso?

Concebimos el proceso electoral como una herramienta asociada a la renovación política del FA y de sus liderazgos. El trípode Vázquez-Mujica-Astori ha sido una estructura de líderes absolutamente exitosa desde el punto de vista política y de gobierno, pero va dando paso a la necesidad de renovar. La legitimación electoral del proceso de renovación de líderes en el FA también es importante, y por eso decidimos participar.


Pensando hacia adelante en el escenario de que no gane la interna, ¿existe la posibilidad de buscar un espacio dentro del FLS pese a que no apoyó su candidatura? 

Yo creo que en el FA de hoy, sin desconocer el rol de los aparatos sectoriales, el proceso de renovación política también implica una suerte de barajar y dar de nuevo. Antes el eje eran partidos ideológicos fuertes, pero ahora hay una realidad distinta. Quedan algunos partidos ideológicos pero con menor incidencia, y después más bien es una suerte de estructuración alrededor de los líderes. Por algo se habla del vazquismo, astorismo y mujiquismo. En la medida en que esa estructura de liderazgos va dando paso a otra, va a haber un poco una recomposición de los grupos y las orientaciones en el Frente.
 
En ese barajar y dar de nuevo, ¿cree que debería reformularse la estructura del FA?

No creo que sea razonable plantearlo en medio del proceso electoral. Después habrá instancias para discutir si la estructura actual es la más adecuada para el nuevo FA que necesitamos. Obviamente hay grados de insatisfacción con el funcionamiento orgánico y con las cuestiones de representatividad. Puede requerir una revisión, sin duda.  

¿Le ilusiona un eventual apoyo del MPP?

Va a ser difícil que el MPP tenga un candidato al que apoye unánimemente. Creo que hay distintos sectores con opiniones diversas, y algunos pueden ver mi opción con buenos ojos. En la medida en que se confirme que Mujica no va a estar compitiendo, pienso que es saludable que los distintos grupos se expresen. Yo no sé si tengo la ilusión de que el MPP me apoye en bloque, pero sí de que aquellos sectores que ven con buenos ojos mi candidatura en algún momento puedan expresarlo políticamente.

Muchas veces se pone de un lado al FLS y del otro MPP. ¿Cree que puede romper con eso?

Esa es una caricatura para simplificar el análisis. Muchas veces no es buen reflejo de lo de verdad pasa.
 
¿No hay en el FA efectivamente dos grandes bloques con visiones distintas?

En algunas cosas sí y en otras no. Yo no me atrevería a decir que hay dos visiones. El FLS y MPP han estado alineados en muchos asuntos en los que han sido otros los grupos con opiniones diversas. Cuando uno mira la historia del FA, el MPP siempre fue un aliado en los procesos de la política económica, aunque sepamos desde qué lugar se para cada uno. Cada instancia presupuestal siempre se resolvió con un acuerdo entre el FLS, el MPP y otros grupos. El Frente está lleno de opiniones diversas en todos los temas y los alineamientos de esa diversidad no son siempre los mismos. No siempre el conflicto estaba dado en clave de FLS y MPP.

En su libro “Las nuevas reglas de juego” (2015) mencionaba a la educación como materia pendiente de reformas. ¿Lo sigue viendo así?

No considero que la educación sea un desastre ni que no se haya hecho nada. Al contrario, se han hecho cosas y en la dirección correcta, incluso pensando en este mundo que tenemos hoy con tanta impronta tecnológica. El Plan Ceibal, las tecnicaturas, la descentralizacion geográfica son ejemplos de ello. Pero está claro que hay una reforma más integral del sistema educativo que va a tener que nutrirse de opiniones diversas. Hay muchos aportes que están contribuyendo a eso, pero creo que ese proceso va a requerir orientación política y liderazgo político para poder implementarse a tiempo.

Ahora, ¿no es eso lo que prometía el FA en la campaña pasada? 

No es lo mismo. Tenemos que reflejar las cosas que se han hecho bien, las que han quedado a mitad de camino y hay que seguir profundizando, y las que no hemos podido hacer. Hay cosas que no hemos podido avanzar, a veces por confusión conceptual, a veces porque la sociedad va cambiando más rápido de lo que uno piensa, y a veces porque aun sabiendo qué orientación debe tener la reforma no hemos sabido darle la conducción política necesaria. 

En el caso de la educación, ¿qué ocurrió para que no se pudiera efectivizar una reforma?

Nunca hay una sola explicación. Quizá faltó desde el Frente Amplio más contundencia en cuanto a la orientación de hacia dónde queríamos ir en el terreno educativo. Hay también un tema del liderazgo del proceso, que se inició de manera más débil que otros procesos que requerían liderazgo político y lo tuvieron, como la reforma tributaria de 2007. Ahí había liderazgo político muy fuerte, que es un ingrediente fundamental para que una reforma sea exitosa. Creo que en estas cosas tuvimos más debilidad y eso ha hecho que no hayamos logrado implementar una reforma de manera integral. 

¿Qué tan necesario es el ajuste fiscal en el próximo gobierno? 

La semántica es importante. No es lo mismo decir que hay que adecuar las cuentas fiscales en un punto y medio del PBI que hacer ajustes que son cuatro o cinco o seis puntos del PBI. Un ajuste fiscal es tres o cuatro veces más grande. 

¿No son entonces cuestiones de magnitud?

No. Son cosas distintas. Esto es una adecuación y ni siquiera hay que esperar al primer año del gobierno que viene para resolver esto. El gobierno ya está planteando que tiene que bajar el déficit fiscal de 4% a 2,5% arrancando desde ahora. 

Los analistas privados afirman que los números del gobierno pecan de optimistas.

Sobre los pronósticos de crecimiento y demás, la vida dirá. En general los pronósticos de crecimiento de 2005 para acá no han sido muy erróneos. Quizá hubo alguna perturbación con la crisis global, donde cayó el mundo entero.

Tres grupos de desencantados
El día que lanzó su precandidatura dijo que buscaría "aportar algo de encanto a los desencantados". ¿A qué desencantados apuntará en la campaña?
Para nosotros hay tres grandes fuentes de desencanto. Hay un grupo que pensaba que los cambios sociales y económicos se iban a ir dando de forma más acelerada. Un segundo grupo de repente tienen la sensación de que se les exige un aporte sustancial en el terreno tributario y que los resultados del gasto público no son los esperados. Después hay un tercer grupo que le demanda al Frente Amplio una postura más contundente en los temas de ética y corrupción.
¿Con quiénes concuerda?
Creo que algunas cosas son de recibo. Es entendible que pueda haber insatisfacción con respecto a cómo se han resuelto algunas políticas del lado del gasto público, porque es cierto que los resultados en esta última etapa vinculados a atacar los temas de la pobreza no han sido del todo satisfactorios. Hay que reconocer que tenemos dificultades para abordar todas las facetas multidimensionales que tiene el núcleo duro de pobreza que va quedando. Existen más de 600 programas de políticas sociales, pero estamos siendo ineficientes en ese terreno. Hay una descoordinación importante en el abordaje de estos temas a nivel institucional. En cuanto a la ética, creo que el FA está a tiempo de dar mensajes claros. Si los informes del Tribunal de Conducta Política (TCP) muestran la existencia de faltas éticas de gravedad, el FA tiene que actuar en consecuencia, y en los casos que corresponda incluso llegar a la inhabilitación electoral, sin duda eso es lo que hay que hacer. Con esa contundencia el Frente Amplio va a poder dar un poco de encanto a esta franja de desencantados.  
¿Y los que reclaman el cambio por izquierda?
Mi visión es que hay que dar un debate. Lamentablemente hay experiencias en América Latina que con las mejores intenciones y con orientación progresista optaron por vías que pensaban podían ser más veloces, pero los resultados no han sido buenos. Creo que más allá de intenciones, la izquierda se mide en función de sus resultados, del bienestar de la gente y de la ética; no se define en base a quién se para en el pedestal más alto o al que grita más fuerte.
 

 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...