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Bolsonaro: el elefante en la sala de la cumbre del Mercosur
Que “se ha avanzado”, que “está cerca de finalizarse” y que aspiran a que se firme “el próximo año”. Las palabras fueron dichas este lunes durante la cumbre de cancilleres del Mercosur en Montevideo, aunque podrían haberse escuchado exactamente un año atrás cuando en Buenos Aires los bloques sudamericano y europeo negociaron el tan ansiado acuerdo de libre comercio en el marco de la conferencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Y ahora la nueva fecha marcada es el 2019. O al menos, ese es el objetivo de Uruguay, Argentina y Paraguay, según manifestaron los cancilleres Rodolfo Nin Novoa, Jorge Faurie y Hugo Saguier, durante la sesión previa al encuentro en el que Tabaré Vázquez le pasará la presidencia pro témpore a Mauricio Macri.
Según Nin Novoa, este “puñado de temas” que quedan por resolverse “puede ser rápidamente solucionable en el marco de una cumbre de ministros y comisarios que lamentablemente la UE no está dispuesta a iniciar aún”.
Pero los cancilleres tienen claro que con su voluntad no alcanza y que la firma del acuerdo ahora dependerá en gran parte de un nuevo elemento: la posición que asuma Jair Bolsonaro, el nuevo número uno del sheriff de la región.
La llegada al poder del nuevo presidente brasileño fue ignorada durante los discursos de este lunes, en los que los cancilleres prefirieron homenajear al ministro de Relaciones Exteriores de Michel Temer, Aloysio Nunes a quien Nin Novoa consideró “un amigo” con don “de gente”. “Acompañados de su experiencia y sabiduría, todos nosotros nos hemos beneficiado con tu presencia durante este recorrido”, le dijo antes de destacar “la enorme gravitación de las personas más allá de las ideologías” para resolver los conflictos.
“Los acontecimientos que vayan a ocurrir una vez que el gobierno asuma serán analizados. Todos estamos dispuestos a sentarnos a dialogar”, dijo Nin Novoa consultado sobre el inicio de la gestión Bolsonaro y sus implicancias para el Mercosur.
La incertidumbre acerca del futuro del Mercosur radica en que Bolsonaro prácticamente no ha profundizado sobre su intención de “flexibilizar” el bloque. “Queremos que el Mercosur continúe pero con su debida dimensión. Queremos tener libertad para volar más alto. Por ejemplo, Inglaterra salió de la Unión Europea, ¿por qué no hacemos negocios con Inglaterra y tenemos en parte que pedir la bendición al Mercosur?", dijo a principios de noviembre en una entrevista con la cadena Bandeirantes desde su casa en Río de Janeiro.
Consultado sobre este punto, el canciller uruguayo dijo que ve "una oportunidad porque es necesario sentarse a discutir un perfeccionamiento” del bloque.
El presidente Tabaré Vázquez reconoció que hay una “expectativa” grande por conocer cuáles serán las definiciones que adopte Bolsonaro respecto al bloque regional. “Estamos esperando quizás nuevas definiciones, que no sé cuáles pueden ser, pero que pautan un momento muy particular en la región en su necesidad de abrirse al mundo y lograr nuevos tratados de libre comercio”, dijo este lunes durante una rueda de prensa. Semanas atrás y antes de reunirse con Ernesto Araújo, el canciller de Bolsonaro, Nin Novoa había manifestado que aspiraba a poder “influir” en el pensamiento de los brasileños sobre la “importancia que tiene el Mercosur para todos”.
Este lunes, Faurie reconoció el esfuerzo que hizo Uruguay por alcanzar el acuerdo y anunció que Argentina continuará esta senda, más allá de los intereses de Bolsonaro. A mediados de año, el Mercosur vivirá una instancia crucial ya que Argentina traspasará el mando a Brasil, quedando en manos del país norteño la firma con la Unión Europea.
Faurie también criticó la burocracia que sostiene al bloque sudamericano y que impide la celebración de acuerdos con el mundo. "El marco normativo del Mercosur es complejo, nos demora. Concretamos bastante poco. La institucionalidad es muy burocrática”, aseguró.
La incertidumbre sobre Bolsonaro también ha pasado a integrar la lista de argumentos de la Unión Europea para demorar aún más la firma del acuerdo. Semanas atrás, el presidente francés Emmanuel Macron aterrizó en Buenos Aires para asistir a la cumbre del G20 y todavía no había saludado cuando ya estaba diciendo que si la trayectoria del acuerdo ya venía complicada. Ahora con Bolsonaro –proteccionista, opositor al multilateralismo y simpatizante de Donald Trump– la historia se pondría peor.
Algunos días después, el argumento fue repetido por la canciller alemana Angela Merkel, indiscutiblemente la aliada más importante que el Mercosur tuvo en la UE para propulsar el acuerdo. Habrá que esperar a 2019 y ver qué señales salen desde Brasilia. Pero, por el momento, Bolsonaro es el elemento en la sala que los cancilleres decidieron ignorar.
