Camilo dos Santos

Carmen Sanguinetti, la senadora desconocida que busca derribar barreras

Talvi la buscó por ser magíster en políticas públicas y terminó siendo su suplente; su agenda está marcada por sus vivencias, impulsa el teletrabajo y la inclusión

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26 de julio de 2020 a las 05:00

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“¡Mauriciooooooo Gonzáleeez!”, grita con fuerza el presentador del acto y el gimnasio se cae por el alboroto de una militancia eufórica. Un séquito de mujeres en las gradas llevan la foto del candidato en sus remeras y las visten con orgullo, haciendo gala de la fama del riverense que ahora quiere convertirse en intendente. Es octubre de 2019 y la gira final de la fórmula colorada para la Presidencia había comenzado.

¡Robeeeeert Silvaaaaaaa!”, vuelve a gritar el hombre del micrófono generando, otra vez, el descontrol de la muchedumbre. El jingle sigue sonando, las banderas flamean con más fuerza y los locales tiñen la noche de algarabía.

Los gritos ensordecedores aparecen de nuevo cuando el presentador recita las dos palabras más esperadas: “¡Ernestoooo Talviiiiii!”. El candidato colorado estaba en el bastión del partido en la recta final de la campaña. 

Y ahora tenemos a…”. La frase no se completa. El silencio lo hace todo más difícil. Parece que los segundos no pasan. El presentador mira para los costados en busca de ayuda. Y ella, con una tímida voz baja, le susurra su propio nombre para que lo repita por los altoparlantes: “Carmen Sanguinetti”.

“¿Cómo remas eso? ¿Cómo remas un acto donde no se saben ni tu nombre? Fue surreal”, recuerda ahora en su despacho la novel senadora y se ríe de sí misma. No le molesta decir sin tapujos que no la conoce nadie y que le falta aprender mucho sobre política. Al revés, eso le da sentido a su discurso: no es del sistema, vino a mejorarlo.

Con 43 inviernos vividos, Sanguinetti –no es nada de Julio María, el expresidente, pero sí sobrina de Jorge, el exministro de Transporte– se ganó su lugar en el Palacio Legislativo como suplente de quien ahora se convirtió en excanciller, Ernesto Talvi. Y aunque su apellido transpira política, ella siempre se mantuvo alejada de ese mundo partidario.

Pero su currículum está repleto de la otra política: la pública, la de diseñar soluciones para los más vulnerables, lejos de banderas, jingles y aplausos. Con trayectoria en Estados Unidos y Uruguay, su vida está marcada por un continuo intento de derribar barreras. 

En Estados Unidos, por ejemplo, fue consultora cuando ocurrió el huracán Katrina en Nueva Orleans y trabajó para una ONG en la periferia de Nueva York, en los barrios Harlem y El Bronx, como intermediaria entre el gobierno y las organizaciones barriales. 

Además, fue en ese país donde se convirtió en magíster en Políticas Públicas por la Northeastern University, en Boston. Allí vivió con su esposo desde el 2004 al 2011 y tuvo a sus dos primeros hijos, Trinidad y Benjamín. Hasta que decidieron volver cuando su padre ya estaba con alzheimer y empezó a sentir el deseo de que su hijos se criaran en Uruguay..

Yoga en campaña

La vida política de Carmen Sanguinetti comenzó cuando a Ernesto Talvi le llegó su currículum y le pidió una reunión. El líder colorado estaba en busca de alguien que liderara el equipo de voluntarios para su campaña y le recomendaron que hablara con ella. 

En esa primera charla, Talvi le repasó todos los apuntes que había sacado cuando se reunió con la jefa del equipo de voluntarios de la campaña del expresidente de Estados Unidos, Barack Obama. El economista estaba empecinado en replicar el formato de aquella estrategia exitosa. “Fue una reunión súper intensa. Cuando salí ya estaba todo medio cerrado. Ernesto quería y quiere resolver los problemas en el mismo momento. Quedamos en que lo iba a ayudar a buscar la persona para ese cargo y lo iba a acompañar en la campaña”.

Desde ese momento tomó un rol protagónico en Ciudadanos. Eligió a Pilar Varela como líder de los voluntarios, la apoyó en sus comienzos, además de integrar los equipos técnicos como experta en políticas sociales. No tenía experiencia en campañas, pero sí muchas ganas de seguir tirando barreras desde ámbitos de mayor poder. Representaba todo eso que Talvi decía querer lograr: una nueva forma de hacer política.

En medio de la vorágine de la carrera rumbo a las elecciones, Sanguinetti también jugaba otro papel menos conocido pero bien recordado y valorado por quienes trabajaron con ella: “era la psicóloga de todo Ciudadanos”, dice Varela y no deja de expresar su admiración.

Camilo dos Santos

“Estábamos en campaña, estrés total, de lunes a domingo, las 24 horas, no dormís, ya no sos persona. Y de repente, me voy a quejar de algo y Carmen me frena y me dice: ‘Pili, Pili, yo te invito a que tú reflexiones’ y ahí empieza. Yo ahí ya arranco a cagarme de risa porque, ¿a qué persona se le ocurre tener ese nivel de tranquilidad y armonía en ese momento y que sea genuino?. Y que encima pueda hacer las 800 cosas que hace, y en vez de mandarme a la mierda porque estoy insoportable, me frene y me ayude a reflexionar. Tiene eso mágico que te logra bajar a la tranquilidad. A tal punto que pienso que necesito un amuleto de Carmen en mi día a día”, cuenta.

Varela todavía tiene la imagen grabada en su mente: en uno de esos días agotadores donde se sentía “al borde del colapso”, no quedaba tiempo para nada y todos estaban trabajando a no dar más, Sanguinetti se la llevó para el patio de la sede de Ciudadanos. Y como buena instructora de yoga, la obligó a hacer meditaciones para bajar el estrés.

“A mi me daba vergüenza. Todo el mundo trabajando y yo ahí haciendo meditaciones. ‘Carmen, no da’, le decía. ‘Da, porque yo te digo’, me respondió. Y bueno, en plena campaña donde se nos iba la vida, nosotras dos haciendo una meditación guiada por ella. Salí de ahí hecha una sedita y me podía enfrentar a cualquier cosa”, recuerda.

Pero Sanguinetti recoge el respeto y aprecio de muchos otros por fuera de su partido. Como es el caso del coordinador de la bancada del Partido Nacional, Gustavo Penadés. “Ella es una bocanada de nuevo aire en la política”, dice el nacionalista. 

Luego de muchas horas compartidas en este primer semestre de legislatura, Penadés destaca en la senadora colorada una cualidad que, según dice, solo la tienen las personas inteligentes. “Escucha mucho y absorbe todo. Yo me doy cuenta, cuando ella está en comisiones, está escuchando y absorbiendo información para después opinar. Es muy inteligente”.

Y aunque no deja de decir que tiene “carácter” producto de sus “convicciones muy firmes”, asegura que lo sabe “sazonar” con “buen humor” e “ideas claras”. 

Sanguinetti también recibe cariño desde la vereda de enfrente. La senadora frenteamplista, Sandra Lazo, que comparte horas con ella en la comisión de Salud y en la de Población, Desarrollo e Inclusión, destaca dos cosas en ella: “Es muy estudiosa” y tiene “disponibilidad al acuerdo”.

“Me parece una mujer que tiene una visión muy acertada de cómo llevar adelante su perfil político. Es muy agradable trabajar con ella. Hemos trabajado muy bien y ella es muy formada. Estoy contenta de tenerla ahí. Me cayó muy bien de entrada”.    

Remando con tiburones

Una de las primeras participaciones que tuvo Sanguinetti en el Senado se compartió decenas de miles de veces por las redes sociales. Se emociona mientras habla y lo hace con conocimiento de causa.

Habla de la discapacidad. Hace hincapié en la falta de inclusión en la educación, dice que el sistema educativo “expulsa” a las personas con discapacidad y que los que logran permanecer lo hacen “a tracción de madre, padre o algún otro adulto significativo en su vida”. Lo dice y se quiebra.

Es una temática que le “preocupa y ocupa” desde hace cinco años. Para ella ese concepto generalista tiene nombre: Isabel. Habla de la discapacidad.

Su hija más pequeña tiene síndrome de down y eso le cambió la vida para siempre. La hizo conocer un mundo lleno de desigualdades que la impulsó a luchar desde la acción social, antes de ocupar una banca en el Senado. Pero esa pelea, ahora, pasó a tener más impacto: el micrófono es más importante, los discursos a veces se viralizan y puede presentar proyectos de ley.

Así también lo ve Mercedes Viola, una amiga de Sanguinetti que también tiene una hija con síndrome de down.  “Que ella puede estar en ese lugar es fundamental. Es buenísimo tenerla ahí, defendiendo la causa y con los conceptos claros. Se avanza mucho más rápido”.

La agenda de Sanguinetti está marcada por sus vivencias. La primera de las normativas que presentó trata de la regulación del teletrabajo, su modalidad laboral preferida desde su paso por Estados Unidos.

Leonardo Carreño

El otro proyecto que tiene en carpeta también se trata de algo que le tocó vivir y quiere mejorar: busca que se le de una información completa a los padres de un niño con síndrome de down ante el diagnóstico prenatal. 

“La idea es que por ley todos los centros de salud deban llevar a alguien, a alguna persona, que te pueda venir a contar, por ejemplo, que el índice de felicidad de un adulto con síndrome de down es más alto que el de un adulto sin síndrome de down. El porcentaje de las parejas que se arrepienten de haber seguido con el embarazo es apenas un 5%. Que te cuenten toda la historia. Que te cuenten todo lo negativo, lo díficil, lo oscuro que te cuentan hoy. Pero que te cuenten también lo luminoso”, pide.

De todas formas, está a la espera de Talvi para definir su futuro político. "Ernesto se está tomando un tiempo para reflexionar y para proyectar su futuro. Cuando haya una definición me la va a comunicar”, dijo la senadora en relación a la reunión que mantuvo con Talvi hace un par de semanas.

“Yo llegué acá por él y estoy súper agradecida. Pero por otro lado, todavía tengo muchas cosas por hacer y me daría una pena grande dejar. Pero bueno, veremos qué pasa”, dice. 

Y mientras habla del tema, con la foto de su familia sobre un estante y con el logo de “Talvi Presidente” en su computadora, esboza una analogía de su propia vida para ejemplificar cómo vive sus primeros meses en política.

Dice que ella toda su vida remó en un océano agitado con un pequeño remo. Los avances eran pocos, pero avanzaba segura. Ahora, dice, la vida le regaló un remo más grande y avanza con mucha más rapidez sobre el mar. Pero eso sí, en este nueva etapa hay “tiburones” en el camino: “Las lógicas de la política de toda la vida”, explica. 

Cuando piensa en eso, comenta un pedido que le hizo a sus cercanos: “el día que vean que me dejan de emocionar los problemas de la gente, el día que me dejen de indignar las cosas que no me gustan, me avisan. Porque ese día me tengo que ir”. 

*Aclaración: En la versión que se publicó este sábado en el papel se informó que Sanguinetti estaba a la espera de una reunión con Talvi pero esa reunión ocurrió, aunque el titular de la banca aún no definió si regresará al Senado. A los implicados y a los lectores las disculpas del caso. 

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