Christian Font
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > CARNAVAL

Christian Font: el sueño de interpretar a Roberto Barry, el humor cambiante y por qué cree que el Carnaval se ha vuelto "solemne"

El actor y conductor interpreta al histórico humorista para Momosapiens, en su vuelta al Carnaval tras seis años de ausencia
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07 de febrero de 2024 a las 05:02

Empezó en la radio. Christian Font dice que en su juventud, en sus años de “noctámbulo”, recorría la ciudad por las noches con su walkman a cuestas, y ahí, del otro lado, estaba la voz de Roberto Barry contando chistes.

Font –conductor de radio y televisión, crítico de cine, escritor, actor, comediante– suma a todos esos roles profesionales un interés por lo popular, por los fenómenos culturales masivos del Uruguay.

Y entre ellos está Roberto Barry, un hombre que a lo largo de su carrera logró hitos como llenar un Estadio Centenario para hacer un radio teatro en vivo (sin sponsors, acota Font), y que en radio, televisión, carnaval —y hasta con incursiones literarias y cinematográficas— tuvo llegada a un público variopinto y masivo. Este año, Font lo encarna en el espectáculo de Momosapiens, que tiene en la vida del humorista una de sus parodias.

Interpretar a Barry representa para Font no solo la posibilidad de personificar a uno de sus referentes carnavaleros, sino también cumplir un viejo anhelo, y concretar su vuelta al concurso oficial después de seis años. Su última participación había sido en 2018 con Los Patos Cabreros, y en 2021 estaba ensayando con la murga sanducera Jardín del Pueblo, pero el concurso se suspendió por el recrudecimiento de la pandemia de 2021.

La vuelta, entonces, se hizo esperar. Las razones de la ausencia habían sido varias: el cansancio que implica salir en Carnaval, más cuando uno es padre y tiene más de un trabajo, sumado a un cierto cansancio del propio carnaval. Pero cuando su hija le preguntó, sentados en el Teatro de Verano viendo a Jardín del Pueblo, donde salía su hermano Xavier Font, si él alguna vez se había subido a ese escenario, apareció de vuelta el cosquilleo.

Las circunstancias familiares y laborales le permitieron volver a salir, lo que quedaba pendiente era definir dónde.

Y ahí, de vuelta, empezó en la radio. “En abril del año pasado, Horacio Rubino y Paul Fernández me entrevistaron en El tren de la noche (Radio Montecarlo), y en un momento empezamos a charlar de Carnaval”, relató Font a El Observador. “Les conté que tenía ganas de volver a salir, pero que lo iba a hacer si podía escribir y formar parte de la creación del espectáculo, y le dije que tenía una parodia: la de Barry”.

“Hace doce años que la quiero hacer, y Horacio me abrió la puerta de Momosapiens, dándome espacio para hacerla como yo quería contarla”, agregó.

Al rescate de Barry

Durante su infancia, cuando se enamoró del Carnaval, Font se enganchó particularmente con el parodismo, que en los 80 vivía su era dorada, y que para él, ofrecía todo lo que quería: hacía reír al público, actuando y cantando. Sería después, ya en la adolescencia, que con Jorge Esmoris y la Antimurga BCG descubriría otra forma de hacer Carnaval que también desarrollaría a lo largo de su carrera en esta disciplina.

Esa es una de las razones por las que este retorno tiene un sabor especial. Otra es poder homenajear a Barry, una figura de cuya obra se fue empapando a lo largo de los años, accediendo a sus libros, a grabaciones de sus presentaciones. Un trabajo de investigación que no paró ni siquiera con el estreno de este espectáculo. De hecho, este martes, el día antes de que Momosapiens actúe en la primera ronda del Concurso, Font se reunió con el antiguo productor de Barry para acceder a más materiales.

En esos doce años entre que Font tuvo la idea de parodiar la vida del humorista –cuyo nombre real era Roberto Pérez– y esta puesta en escena, el actor y conductor acercó la propuesta a otros dos conjuntos, que la rechazaron. Una respuesta fue “¿Y cuántos trajes, cuántas canciones va a tener para cubrir los rubros?”. La otra fue “de Barry nadie se acuerda”.

Para Font, la idea de la parodia era justamente el rescate de la figura del comediante, que estaba olvidado pero cree que, de a poco, está teniendo una revalorización y alcance popular. La intención era, también, la de traerlo a esta época, donde el humor que Barry proponía hoy sería considerado incorrecto y pasado de moda.

“Era un humor distinto, por supuesto, pero porque su contexto era distinto también. Barry se fue adaptando a los tiempos, y buscando nuevos públicos. Él empezó a hacer chistes verdes cuando se dio cuenta que su fórmula se agotaba, y así sumó nuevo público”, explica Font.

De todas formas, a pesar de las diferencias entre las respectivas épocas, encuentra que hay algo del humor de Barry que todavía resuena, y no solo entre los que llegaron a escucharlo y conocerlo.

“En cada tablado, cuando hacemos la parodia, pido permiso para contar chistes. Y siempre me piden más. Termino haciendo tres, porque la parodia tiene que seguir. Es más, en el Teatro de Verano voy a hacer solo uno porque el tema del tiempo es más estricto, y después lo voy a ir cambiando cada rueda”, explicó.

Además de la bendición de la audiencia, Font siente que recibió una suerte de visto bueno sobrenatural del propio personaje que interpreta. Aunque reconoce que cualquiera puede ver patrones y señales si hace la suficiente fuerza, las circunstancias en las que percibió ese mensaje le llevaron a pensar que había algo de genuino.

El día que interpretaron por primera vez la parodia, se sumó un cuarto tablado a último momento a los tres que Momosapiens ya tenían en agenda para ese día. El horario de la presentación era a las 20 horas, número que coincide con el año de nacimiento de Barry (1920). El tablado era el de Liverpool, que implicó que la bañadera de los parodistas pasara por Nuevo París, el barrio del comediante. En el camino, además, pasaron por la puerta del comercio propiedad de Omar, el hijo del humorista. Creer o reventar: “Cuando estaba cantando la canción final de la parodia sentí que arriba del escenario no estaba solo”, relató Font.

Carnaval solemne 

Así como el humor de Barry no sería visto con buenos ojos por el público del siglo XXI, Font señala que en el Carnaval “permea un discurso que viene de las redes, y que hace que los letristas se cuiden para no ofender. Incluso a veces se cuidan de más. Aquello de la fiesta pagana donde valía todo se ha perdido un poco”, consideró.

“Asaltantes con Patente tenía una línea que decía ‘el Carnaval es lo que hay entre conjunto y conjunto’ y es un poco así. Ahí sigue teniendo esa cosa más genuina, más popular. Se ha vuelto un poco solemne el carnaval, se perdió algo de la picardía”, agregó sobre el tema, y señaló también que a nivel discursivo se ha generado una cierta lógica de “bajada de línea” que alejó a parte del público del evento. “Yo quiero que sea una audiencia cada vez más diversa y grande”, dice.

Font considera que hablar de “profesionalización” en la fiesta popular es algo que contradice parte del espíritu original del evento. “Tiene que seguir siendo imperfecto, que la peluca esté medio torcida. Está bien que vaya mutando y cambiando, pero tiene que seguir siendo tanto de los artistas como de la gente”.

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