Camilo dos Santos

Cómo afectó un año de pandemia el vínculo entre empresas y sindicatos

En medio de pérdidas de empleo, seguros de paro, cierre de empresas y un artículo de la LUC que regula el derecho a huelga, hubo cambios en la relación entre el sector empresarial y sindical

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19 de mayo de 2021 a las 05:00

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Las relaciones laborales entre empresas y sindicatos, siempre tan estrechas y complejas, se vieron afectadas durante este último año por dos hechos puntuales: la pandemia y la aprobación de la Ley de Urgente Consideración (LUC).

La pandemia, por la crisis económica que conllevó y la LUC, puntualmente por el Artículo 392, que se centra en las relaciones laborales, la libertad de trabajo y el derecho de huelga. El artículo plantea lo siguiente: “El Estado garantiza el ejercicio pacífico del derecho de huelga, el derecho de los no huelguistas a acceder y trabajar en los respectivos establecimientos y el derecho de la dirección de las empresas a ingresar a las instalaciones libremente”.

“Es la primera vez en la historia que una ley regula el derecho de huelga, que está en la Constitución uruguaya”, dijo el investigador en relaciones laborales y doctor en Economía y Dirección de Empresas José Prato, en entrevista con el programa televisivo Empresarios de Acá.

Según el especialista, este artículo pone en juego medidas que históricamente utilizaron los sindicatos, como los piquetes para que nadie ingrese a la empresa o la ocupación del lugar de trabajo y los obligó a buscar otras medidas alternativas para alcanzar sus reivindicaciones, como la recolección de firmas para derogar la LUC, los paros perlados o la ralentización de la producción.

“Estamos recién ingresando en los primeros meses de instalación de este artículo y lo interesante es ir visualizando cómo se posicionan los actores, qué está pasando”, dijo en dicha entrevista. Agregó que, de cierta manera, “deja contento al sector empresarial e incómodo al sector sindicalizado. Pero no todos los trabajadores están sindicalizados, por lo que pueden seguir trabajado a pesar de que el sindicato esté tomando medidas de fuerza, eso no sucedía así”.

En el ciclo de charlas “Las relaciones laborales en la actualidad” realizado por la Universidad Católica de Uruguay a fines de abril, el dirigente sindical del sector de la bebida y del PIT-CNT, Richard Read, expresó que para él “la LUC atenta contra el derecho de huelga”.

“Si en una fábrica hay cien personas de las cuales cincuenta están sindicalizadas y van a una huelga por un aumento, y al final del mes la huelga se gana y el empleador tiene que pagar el aumento salarial, yo me pegunto, ¿eso lo cobran los cien o solo los que hicieron la huelga? Porque si lo cobran los cien, la LUC lo que está haciendo es promoviendo al rompehuelgas, que sin gastar un solo centésimo de su jornal va a hacer usufructo del beneficio que le dieron cincuenta trabajadores huelguistas que durante un mes no cobraron”, plantea como ejemplo.

Consultado por El Observador, Prato señaló que tanto el sector empresarial como el sindical han vivido un reposicionamiento. “Se visualiza una simetría en cuanto al poder favorable a las empresas en este nuevo contexto. Eso se traduce en determinadas acciones que emparejan la relación, en posturas dentro de las empresas y en los consejos de salarios, que seguramente lo veremos en la novena ronda de este año”.

Prato señala que muchos especialistas hablan de la teoría del péndulo y que en ese vaivén ahora se encuentra más a favor del sector empresarial luego de un período de mayor peso de los sindicatos.

“Cuando uno hablaba con un empresario, este decía sobre el tripartismo de la negociación colectiva, que la mayoría de las veces estaban dos a uno, el movimiento sindical y el MTSS por un lado y, por otro, el empresario. Eso ahora ha cambiado, lo que se traducía como logros del movimiento sindical ahora está en cuestión”, señala Prato para quien este movimiento favorable hacia el sector empresarial está más ligado al cambio de gobierno que a las consecuencias económicas de la pandemia.

“Si uno visualiza lo que fue el año pasado la firma de los convenios puente, claramente la aceptación por parte del movimiento sindical de no crecimiento del salario real en pro de mantenimiento del empleo o de menor caída del empleo, muestra que la situación llevó a un reposicionamiento del movimiento sindical”, dice Prato.

En ese sentido, Read recalca que en términos de relaciones laborales el tema que primará en todas las mesas de negociaciones este año es el empleo: “no solamente cuidar mi trabajo, sino qué empleo, qué trabajo genuino se va a generar pospandemia. El salario, obviamente también, porque no es negocio sindicato abierto con empresa cerrada, por lo tanto, va a haber que velar por cuidarnos y cuidar el trabajo”.

Por su parte, Prato señala que “hay que ver cómo se da la ronda de consejos de salarios este año. La realidad no cambió, por lo que uno podría pensar que la situación será similar al año pasado, pero personalmente, no creo que el movimiento sindical esté tan dispuesto a esa aceptación de rebaja del salario real como lo estaba en 2020, porque pesa mucho ya sumar dos caídas continuas”.

Para Read, la pandemia puso de manifiesto la necesidad de que el país tenga una matriz productiva definida, y que “ante la ausencia de un camino de guía de los gobiernos anteriores y de este”, empleador y empleado deben trabajar en conjunto y agudizar la imaginación, para lo cual, la confianza se transforma en un elemento clave.

“Es fundamental tener capacidad de discusión, de inventiva, de imaginación porque el mundo de hoy necesita eso. La pandemia avanzó años en la evolución del desempleo que se venía gestando sustituyendo el trabajo repetitivo y de servicios. Nosotros tenemos que competir en capacitación, en excelencia y mejorar el producto final desde el punto de vista productivo”, dice el dirigente. Pero aclara que para eso y para mejorar la productividad se requiere de educación y capacitación permanente. “Hay que invertir en capacitación y el empleador tiene que ver esa inversión como un negocio, no como una pérdida”.

En esa línea, sostiene que la formación también tiene que darse a nivel del movimiento sindical: “Las direcciones sindicales tienen que nutrirse de capacitación, de estudio, de conocer el gremio, el mercado. El dirigente sindical tiene que ‘profesionalizarse’”, en parte, para poder dialogar de mejor forma con sus contrapartes, que en general son abogados laboristas, según Read.

Otro de los retos que enfrenta el movimiento sindical, según el especialista Prato, es el teletrabajo, no solo por su regulación, sino a la hora de mantener vivo al propio movimiento, “cómo sindicalizar a ese teletrabajador que está trabajando en su casa, que no tiene socialización. La gran fuerza de los sindicatos está en el contacto físico y en el día a día; creo que ahí hay una apuesta interesante”.

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