Cómo evitar los "pecados" que arruinan las presentaciones
Para dominar el arte de las presentaciones eficaces, ejecutivos y empresarios deben sortear varias "trampas" habituales
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07 de noviembre de 2021 a las 05:02
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Jerry Weissman pasó de Hollywood a Silicon Valley. Había trabajado gran parte de su vida como productor televisivo y guionista cuando en la década de 1980 su carrera dio un giro. Un conocido le pidió ayuda para entrenar a uno de sus ejecutivos con una importante presentación. Los resultados de la experiencia fueron impactantes.
Weissman confiesa que nunca se había dado cuenta de la implicancia universal de la comunicación hasta que entró en el mundo corporativo. "La forma de selección en los negocios es la presentación. Pronto descubrí que una presentación pobre puede matar un acuerdo, mietras que una poderosa puede remontarlo", señala en su ya clásico libro Presenting to win.
Según Weissman los pecados mortales en el mundo de las prensentaciones son:
1 - No tener un punto claro.
2 - Que no tenga un beneficio claro para la audiencia
3 - No contar con un hilo conductor
4 - Que sea demasiado detallado y se ofrezca un exceso de información técnica y de datos irrelevantes, que dificulta la comprensión.
5 - Que sea demasiado largo.
El experto también provee maneras de solucionar cada uno de estos problemas lo que llevará a presentaciones de impacto:
1 - Tener un propósito para la presentación y haber establecido qué se quiere que haga la audiencia después.
2 - Saber cuál es el beneficio de la charla para la audiencia y explicitarlo.
3 - Establecer un hilo conductor claro y lógico
4 - Mantenerlo simple, entender a la audiencia y no darle más de lo que necesita
5 - Ser conciso
Lo que sí debe hacerse
La revista Forbes entrevistó a una serie de empresarios y emprendedores para recoger los mejores consejos para una presentación deslumbrante. A continuación algunas de esas sugerencias.
- Un toque de sentido del humor para cautivar a la audiencia y mantener su atención. No debe ser excesivo sino estar bien situado y contar con un propósito.
- Ser simple e ir directo a las cuestiones relevantes. Lo más importante es que el mensaje se entienda con facilidad.
- Practicar siempre da buenos resultados. Puede ser frente al espejo, algunos amigos o colegas a los que pedirle feedback.
- Involucrar a la audiencia y hacerla parte de la conversación. No se trata solo de realizar algunas preguntas retóricas sino invitarlos a participar y tomar en cuenta sus aportes, aunque esto signifique apartarse un poco del guión establecido.
- Tener flexibilidad y ser auténtico. No se recomienda leer toda la presentación, ni memorizarla palabra por palabra. Lo que se necesita es conocer los puntos clave y estar listo para hacer ajustes en el camino. La audiencia quiere conectar con la persona, y la mejor forma de que es eso suceda es a través de la autenticidad: siendo uno mismo.
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