28 de septiembre 2024
Dólar El Observador | Auspicio BROU Cotizaciones
Compra 40,35 Venta 42,75
13 de agosto 2021 - 13:56hs

Hace ya varios años, en un almuerzo con amigos, al fundador de la cadena de hostels El Viajero, Federico Lavagna, le quedó grabado un comentario. Uno de los presentes-al que no veía seguido porque este amigo trabajaba largas horas-  disparó: “yo me quiero jubilar a los 50 y estoy rompiéndome para eso”. A Lavagna le resultó aspiracional eso de querer jubilarse antes de tiempo pero opinó que ese “proceso” era equivocado. “Para mí es tan importante el vivir cada día, las experiencias: ¿para qué quiero llegar a tal edad si me perdí todo lo anterior? ¿Matarse laburando para jubilarse a los 50 hecho crema? Pasaste los mejores años de tu vida trabajando, te perdiste un montón de cosas”, pensó en ese momento.  Lavagna estaba con la idea de vender su empresa, lo que le traería tranquilidad económica y al reflexionar sobre su camino se dio cuenta que la había pasado “genial” emprendiendo.

Cuando, años después, decidió escribir un libro, lo primero que supo fue el título: “Cómo jubilarte a los 40, divirtiéndote mucho en el intento”. Lavagna presentará este libro en Montevideo la última semana de agosto, pero ya puede conseguirse en la librería social BroLi.

En las primeras líneas aclara su concepto de “jubilación” confesando una “mentirita piadosa”: “no me he jubilado ni pienso hacerlo. Estoy convencido de que la única forma de mantenerse joven mental y fisicamente es estando en constante actividad en todos los aspectos, pero esto último no implica trabajar en el sentido tradicional del término, es decir, dedicar horas a cambio de remuneración económica”.

Más noticias

Lo que Lavagna propone es jubilarse del concepto clásico de trabajo y decidir emprender proyectos con sentido, valentía y lejos de la frustración. Cuenta su historia -además de El Viajero, fue uno de los fundadores de Sinergia, el primer cowork de Uruguay- mostrando también los sacrificios y esfuerzos que conlleva ser emprendedor. Es un libro sincero que llama a tener coraje para no arrepentirse después de las decisiones que no se tomaron. En un constante contrapeso en busca de equilibrio, Lavagna muestra las ventajas pero también los sinsabores de emprender, lo que se debe estar dispuesto a asumir. No busca dar cátedra, pero al abrir sus procesos y maneras de actuar ante los negocios y la vida termina brindando una especie de guía para quienes buscan algo más que un trabajo tradicional.

El Viajero Hostels fue vendida en 2019 al grupo inversor argentino Pegasus. Al momento de la venta, El Viajero contaba con ocho hostels entre Uruguay y Colombia. En 2013, Lavagna fue parte del grupo de emprendedores que fundó Sinergia, junto a  Macarena Botta, Mateo Vilar del Valle, Maximiliano Pérez, Alexander Hobbins y Emiliano Navajas.

A continuación un resumen de la charla de Lavagna con El Observador.

En el libro hablas de valentía pero también expresas tus miedos; con tus historias mostras que hay que tomar las oportunidades pero también estudiar las amenazas...

Todos tenemos miedos y dudas. Valiente no es el que no tiene miedo, sino el que a pesar del miedo hace las cosas. En el emprendimiento hay que ser profesional, no es solo tirarse al agua. Hay que estudiar, ponerle cabeza, pero de nada sirve si siempre te quedas en el excel. 

No es un libro teórico, cuento lo que hice, el paso a paso.

 

"...El ser tu propio jefe trae consigo enormes satisfacciones personales si te va bien, así como increíbles desilusiones si te va mal. A diferencia de un empleo rentado, trabajar para tí transfiere inmediatamente a tu negocio las consecuencias diarias de tu desempeño que podrás disfrutar (o padecer) cada día. (....) Cuando trabajamos para nosotros mismos, nadie te felicita si lo hacés bien, pero en nuestro interior la satisfacción es muy superior y la retribución económica extra la vemos cada día" 
(Del capítulo "Ser mi propio jefe")

 

¿Cómo se procesó la idea de escribir el libro?

Hace muchos años empecé con un proceso personal. Uno se va poniendo objetivos y los va logrando, pero en un momento uno deja de pensar en objetivos y empieza  a pensar en un propósito, en algo mayor. Decidí que quería dedicar más tiempo a generar impacto social. Cuando pensé en el primer cowork de Uruguay -que fue Sinergia- fue como herramienta para ayudar a los emprendedores, algo que yo no tuve. Yo no tuve un ecosistema que me diera para adelante. 

Pero hay otra cosa. En un libro muy bueno que se llama Crear o morir, Andrés Oppenheimer estudia por qué en América Latina hay tan pocas patentes. Dice que faltan ejemplos cercanos. Me pareció que estaba bueno mostrar mi caso. Cada vez que me invitan a dar una charla, los jóvenes se enganchan con mi historia. Es más normal y tangible; cualquiera puede decir yo podría haber hecho esto. La idea de plasmarla en un libro es también para que otros emprendedores se animen a contar historias cercanas.

¿Cómo lo fuiste escribiendo?

No fue un proceso normal como hubiera querido.  Por 2016-2017 ya tenía claro el título y los capítulos. Fue muy rápido tener el esqueleto del libro. Los capítulos son los mismos desde el día uno. El desarrollo fue más largo. Lo escribí en 2018 y 2019.

Lo fui escribiendo en aeropuertos, en hostels, en momentos libres, de a poco.

Tenía claro cómo quería contar la historia y hablar de valores, de impacto social.

No es un tema de sacarme cartel, sino que creo que no está bueno estar toda la vida trabajando por plata o por ganar más. Si resolviste tu situación, llega un punto en que en lugar de dedicarte a seguir creciendo patrimonialmente es posible generar impacto en los que más lo necesitan. ¿Qué hacemos como ciudadanos para cambiar la realidad?

Leo Barizzoni En su libro, Lavagna propone una mirad diferente sobre el significado del "empleo seguro"

En el libro señalas que siempre alguien innova y otros copian, y por ello es necesario pensar en el siguiente paso. Pero, no parece haber muchos que hagan eso...

No. Nos va bien y nos quedamos ahí. Yo lo veía con mis colegas. Mientras yo abría siete hostels, había gente que se quedaba con el mismo que tenía, con el mismo estilo, el mismo formato.

Creo que hay cosas que son innatas, otras se enseñan. A mí me sale natural esto de pensar que siempre nos están corriendo de atrás, que siempre hay uno más alto y más lindo. Siempre va a haber alguien mejor, más hambriento, con más ganas. Siempre tenés que estar con el espejo retrovisor. No porque llegaste y te fue bien ya te quedes plantado ahí. Siempre tenés que estar alerta. Cuando una amiga que tenía hostels me dijo que pusiera wifi dije: está loca, nunca un mochilero va a venir con una laptop. Pero pensé que si lo está diciendo por algo es. Puse wifi. Marcó una diferencia. Hoy podés no tener agua caliente, pero si no tenés wifi es dramático.

"Abría así el primer Viajero fuera de Uruguay, fuera de mi zona de confort. El miedo al fracaso era muy grande, y no porque me había jugado una vez más todos mis ahorros e incluso me había endeudado, sino que mi principal temor eran Lucho y Angélica, que también se habían jugado todo, y me sentía responsable por ellos en caso de que no funcionara. Si bien ellos habían decidido libremente arriesgarse en busqueda de un cambio de vida y sabían que no había certezas, me pesaba su futuro si fracasábamos.
Por suerte, no me equivoqué y había una enorme oportunidad en el mercado de Cartagena"
(Del capítulo Internacionalización y pasión futbolera)

Se desliza en el libro que emprender no es para desorganizados o gente que se deja estar. ¿Cómo te organizas en el día a día?

Lo que a mí me motivó a emprender fue la libertad. Soy una persona a la que no le gustan mucho las reglas ni lo preestablecido. Si quiero laburar 20 horas, lo hago, y si al otro día me quiero tomar libre, me lo tomo. Ir con mi flow, con lo que vaya sintiendo.

Cuando empecé a emprender estaba desde las seis, siete de la mañana hasta las 10, 11 de la noche trabajando. No te creas que emprendés y te vas a jugar tenis a las tres de la tarde. Cuando logras una estabilidad te empezas a tomar otras libertades.

Para mí viajar era objetivo de vida. Durante casi toda mi vida emprendedora, durante tres, cuatro meses al año me dedicaba a viajar con mis proyectos en marcha. Antes de la pandemia a la gente le costaba entender que yo estaba en una playa trabajando o que estaba desde mi casa generando cosas. Por suerte hace muchos años ya había elegido eso.

Uno de los capítulos se llama No ser esclavo de tu propio negocio. Planteas el ejemplo de los gallegos dueños de bares que estaban todo el tiempo en su empresa y la creencia de que nadie puede hacer las cosas mejor que uno...

Yo eso no pretendo cambiarlo, sino asumir que nunca las cosas van a salir igual de bien si vos no estás. Y que puede ser menos rentable. Pero esas “fugas” pagan calidad de vida. Cuando yo asumo que por no estar permanentemente ahí puedo hacer otras cosas que para mí son lo más importante, ya está. No quiero tener esa obsesión por el trabajo, por el dinero.

Esos clics no son fáciles...

Lo he visto con muchos emprendedores, amigos y empresarios que se quedan en algo que no pueden desarrollar por no salirse de ese rol tan operativo, porque no se lo quieren dar a nadie.

Cuento cómo yo fui viviendo cada proceso. Por suerte me di cuenta rápido. Si ahora se lo puedo transmitir a alguien y le ahorro años para mejorar su calidad de vida, mucho mejor. 

Las generaciones de inmigrantes que vinieron a Uruguay trajeron eso de que el trabajo es sacrificio, que hay que dedicarle muchas horas. Si no es así, ¿mucha gente no lo considera trabajo?

Me pasa con los de mi generación, siempre creen que no trabajo. Porque veían que estaba en la playa. No entienden esa concepción de trabajo. La broma de siempre es:  Fede, que no sabe lo que es trabajar (risas).

Tienen otra concepción que es meter horas y horas en un lugar cerrado. Pero si tenes otra manera de verlo podes tener otra calidad de vida. Por más que en el título del libro lo planteo así en el desarrollo hablo más de lo contrario: si es algo que te encanta nunca te querrías jubilar. La palabra jubilación de por sí denota que el trabajo es algo que padecemos y no que disfrutamos.

El título tiene ese llamador aspiracional que engancha, pero la parte más importante es "divirtiéndote mucho en el intento". Quiero transmitir el mensaje de que no se trata de ganar dinero rápido a toda costa sino disfrutar mucho en el camino.

Veo gente que odia su trabajo y está deseando que por fin llegue la jubilación. Y también hay gente que me cuenta que tuvo varias ideas y nunca se animó. Y la vida es una.

"Una serendipia es un descubrimiento o un hallazgo afortunado, valioso e inesperado que se produce de manera accidental, casual o por destino, cuando se está buscando otra cosa distinta. Para mí, es un concepto central en mi historia y pongo énfasis en la importancia de hacer cosas para que las casualidades lleguen. Parece contradictorio pero en mi opinión encierra una verdad, y es que caminar paga; estar en perpetuo tránsito nos hace viajeros por naturaleza y aparecen ante nosotros puertas inesperadas"
(Del capítulo "Las serendipias y la suerte")

Se repite en el libro la idea de que muchas personas van a desalentar los intentos emprendedores, aún desde el amor y la preocupación genuina. ¿No te parece que hoy hay un ambiente en Uruguay más proclive al emprendedurismo y a tomar ciertos riesgos? ¿O esas barreras mentales siguen estando?

Soy optimista. Veo un cambio. Claramente no hasta mi generación. A mí nunca ni amigos ni familiares me dieron para adelante. Pero veo que la generación de los que hoy tienen 20 y 30 años está en un mundo más global, más abierto. Son menos conservadores. Tienen una cabeza más de disfrutar el día.

Las generaciones más jóvenes vienen con un chip más arriesgado que nuestra generación. Pero igual hay una cuestión de cambio cultural, que lo deberíamos hacer los padres de esos chicos. Hay hasta un tema de estrategia país. Los países que tienen cantidad de emprendedores es porque tienen políticas de estado que lo fomentan. Es un tema de educación en la familia, pero también en la escuela, en la universidad.

 

Página y redes
El libro de Lavagna tiene sitio web: comojubilartealos40.com, y perfil de LinkedIn e Instagram.
Apoyo a BroLi
Lavagna conoció el proyecto de librería social BroLi a través de una nota de El Observador y decidió comercializar el libro con ellos y apoyarlos.
En redes
Es posible adquirir el libro a través de broli.com.uy. En los próximos días estará también en librerías.
Temas:

Café y Negocios empresarios emprendedores

Seguí leyendo

Te Puede Interesar

Más noticias de Argentina

Más noticias de España

Más noticias de Estados Unidos