Las obras de la Torre Trump en Punta del Este comenzaron a frenarse el año pasado y ahora se encuentran totalmente detenidas. Los inversionistas transmitieron que atraviesan dificultades financieras que esperan solucionar a fin de año. Ante eso, negociaron con el sindicato de la construcción el envío al seguro de paro de los trabajadores que continuaban desarrollando el proyecto.
El emprendimiento fue lanzado en 2013 pero las obras recién comenzaron en octubre de 2014. La proyección inicial fue que estuviera concluido en 2016, pero hubo retrasos. Los inconvenientes en la fase de construcción llevaron a que The New York Times catalogara al proyecto como un “elefante blanco en Punta del Este” en junio pasado. El diario estadounidense informó que la agencia inmobiliaria con sede en Miami (Fortune Realty of Miami) a cargo de la venta de las unidades, demandó al desarrollador local de Trump por US$ 3,3 millones por daños y comisiones presuntamente no pagadas.También señaló que algunos compradores buscan vender sus unidades, lo que bajaría los precios en un momento en que el proyecto necesita captar efectivo mediante las ventas.
Ahora, las obras se encuentran totalmente detenidas. El dirigente del Sunca en Maldonado, Richard Sampayo dijo a El Observador que ya en la etapa de albañilería había poco personal en la obra y contaba con poca mano de obra. En los últimos meses la plantilla estaba compuesta por 33 operarios.
“Hubo diferentes reuniones con los inversores que manifestaron tener inconvenientes económicos y entonces se acordó un régimen de seguro de paro rotativo por cuatro meses”, explicó. El dirigente informó que el subsidio por suspensión momentánea de tareas expiró para todos los empleados y entonces aquellos que tienen más de 150 jornales realizados pueden acceder al seguro de paro convencional de seis meses.
“Al haber tenido ya cuatro meses le restan dos, pero además cuando se cumplan significa que allí termina la vinculación con la empresa”, indicó. A su vez, de los 33 hay tres que no tienen los jornales necesarios.
En un encuentro con representantes de la compañía inversora se acordó que ellos continuarán vinculados a la empresa cobrando el salario correspondiente. Los 30 restantes accedieron a los dos mese de subsidio que resta, pero con el compromiso de los inversores de retomarlos a partir del 1° de diciembre, dijo Sampayo. Además, se negociará una partida extra para complementar lo percibido por el seguro de paro.
El año pasado, el grupo desarrollador de la torre recurrió al Poder Ejecutivo para que la inversión sea incluida en el último paquete de estímulos fiscales que el gobierno anunció a fines de febrero de 2018. Entre ellos se encontraban beneficios tributarios para construcciones de gran porte donde se incluían exoneraciones al impuesto a la renta de los emprendimientos. También permitía la quita de tributos a la importación de equipos y materiales destinados a las obras siempre y cuando no fueran competitivos con la industria nacional.
La condición, sin embargo, era que se tratara de iniciativas con obras de construcción inscriptas ante el Banco de Previsión Social (BPS) a partir de la vigencia del decreto de 2016. Y el proyecto de la obra de la Torre Trump estaba registrado con anterioridad, por lo que se entendía que se discriminaba su proyecto frente a los nuevos.
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