AFP

COP26: el vaso medio lleno o medio vacío

Todavía no se conoce el acuerdo de Glasgow, pero se avizora difícil que vaya a tener el mismo impacto que el Acuerdo Climático de París en 2015

Tiempo de lectura: -'

12 de noviembre de 2021 a las 05:00

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

El miércoles 3 de noviembre, a dos días de iniciada la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow, Escocia, la joven maravilla de la lucha global por el medio ambiente Greta Thunberg dijo que estaba “harta”. 

Como ella, otros jóvenes activistas ambientales –casi todos ellos también adolescentes– que viajaron a la ciudad escocesa, utilizaron el mismo término para describir sus sentimientos frente a los avances de la cumbre: hartos (‘fed up’).

Imagínense. Si ellos están hartos, cómo estaremos nosotros que venimos siguiendo estas cumbres desde Río 92. Ojo, con esto no estoy diciendo que no haya habido avances importantes como consecuencia de las COP, ni que estas hayan sido completamente inútiles. Sin duda hay aportes que valorar. Pero en general, han sido mucho más verbo que acción.

Las reuniones de la COP26 todavía siguen en Glasgow, y se extenderán hasta el sábado. Recién el viernes podremos saber si alcanzaron un acuerdo y en qué consiste. Pero ya podemos sacar algunas conclusiones a modo de balance preliminar. 

Como casi siempre en estas conferencias, será cuestión de ver el vaso medio lleno o medio vacío. 

Es cierto que, por un lado, 104 países se comprometieron a reducir en un 30% sus emisiones de gas metano, entre los que, por cierto, se encuentra Uruguay. Habrá que estudiar muy bien lo que ello significa para nuestra actividad agropecuaria, que produce el 90% del metano que se libera a la atmósfera en el país, lo cual difiere sustancialmente de aquellos países que lo hacen por el consumo de gas natural.

En este caso, hablando específicamente de Uruguay, creo que se apresuró un poco en firmar ese acuerdo. Lo único que falta –y este es un tema que siempre debe estar por delante en estas reuniones–  es que los países industrializados que crearon todo este desastre nos lleven a los que en nada contribuimos a ello, y lo seguimos haciendo de un modo muy marginal, a firmar compromisos que nos puedan perjudicar en nuestra actividad productiva. Pero todavía no tengo la filigrana de la cuestión del metano en Uruguay. Prometo reportearlo a fondo con expertos y abordarlo en una próxima columna. 

Pero sabemos que no era la intención del gobierno uruguayo firmar ese acuerdo ahora. Ocurrió que Argentina y Brasil –con cuyos gobiernos Uruguay había acordado eso– se dieron vuelta: Argentina el primer día de conferencias en Glasgow, y Brasil al día siguiente.

Habrá que ver. Desde ya, bajar 30% las emisiones de metano parece demasiado para Uruguay, considerando la fuente. Aunque el ministro de Ambiente, Adrián Peña, aseguró en declaraciones a radio Sarandí que la meta del 30% era a escala global, no por cada país. 

No parece lógico el razonamiento del ministro. Si no es por cada país, no tendría sentido que firme cada país.

También es cierto que al menos 120 países suscribieron otro acuerdo para detener la deforestación para el año 2030, al que también adhirió Uruguay. Sin embargo, una iniciativa para eliminar el uso del carbón como fuente de energía, a lo que se comprometieron 40 países, no contó con el apoyo de Estados Unidos, China, India y Australia, los cuatro mayores consumidores de carbón del mundo. 

Hasta el jueves por la tarde, Uruguay tampoco había adherido a este compromiso, y el único país de la región que lo había hecho era Chile.

Hasta ahí, prácticamente todos los logros de la COP26. Y ni miras de llegar a la meta planteada de limitar el calentamiento global a 1,5 grados por encima de los niveles previos a la era industrial; lo que parece un objetivo cada vez más lejano.

Después, algunas promesas vagas, con plazos de hasta 2050, y hasta 2070, cuando evidentemente ninguno de quienes las hacen estará aquí para rendir cuentas de su cumplimiento o falta del mismo. Como dijo Greta Thunberg, puro “bla bla bla”.

Aún no sabemos cómo va a ser el acuerdo de Glasgow, pero ya se puede ir orejeando que no será ni como el Protocolo de Kioto de 1997, ni como el Acuerdo Climático de París de 2015, ambos en su día considerados hitos de la lucha por el medio ambiente.

Pero en general todas estas conferencias de Naciones Unidas sobre el cambio climático adolecen de lo mismo: la ausencia de contrafuertes y medidas que hagan cumplir los compromisos adquiridos. El intenso show mediático y toda la movilización alrededor del tema a veces tampoco ayuda. Se terminan haciendo declaraciones para la tribuna, que politizan y distorsionan los logros en materia de medio ambiente. Esto puede inducir a error; incluso, conducir a crisis, como hemos visto recientemente en Europa, por un exceso en las expectativas creadas y análisis muy optimistas en la prensa especializada en los mercados energéticos.    
Muchos de los compromisos de las COP han terminado siendo un saludo a la bandera. Y por otro lado, algunas promesas que sí se han cumplido, han terminado afectando desproporcionadamente a pequeños emisores. Como pasó en el caso del carbón con algunos países de Europa del Este, y como podría pasar ahora con Uruguay por el asunto del metano. 

En la COP17, en 2011 en Sudáfrica, los países desarrollados se habían comprometido a donar 100 mil millones de dólares por año a los países del Sur Global para que estos llevasen adelante la transición a las energías renovables y pudiesen enfrentar los desastres naturales y otros efectos del cambio climático. Parecía justo y hasta lógico, dada la dinámica del problema ambiental y sus causas y consecuencias. Pero hasta el día de hoy no han puesto un peso. El tema tampoco forma parte de las discusiones en Glasgow.

Usted puede elegir ver el vaso medio vacío o medio lleno. Yo lo veo medio medio.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.