Diego Battiste

Da Silva: "Si nos peleamos vuelve el populismo; ese es un sacramento que nos obliga a estar juntos"

El senador blanco afirma que la agenda del Frente Amplio la marcan "los gordos de las empresas públicas", admite que lo sorprendió la cantidad de firmas contra la LUC y plantea la necesidad de "volar" las dos últimas letras de la sigla ANCAP

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27 de agosto de 2021 a las 05:04

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Los pocos objetos que adornan el escritorio del senador Sebastián Da Silva –no el del Parlamento, sino el de su oficina privada arriba del Burger King de Ejido y 18 de Julio– alcanzan para hacerse una idea del interlocutor al que uno se enfrenta. Una frase campera, el retrato de dos caballos, papeles de empresario, un cuadro del Nacional campeón de la Libertadores en 1980, y la foto del presidente Luis Lacalle Pou con la banda cruzándole el pecho decoran el piso por demás austero. 

Pero lo más importante no está allí a la vista, dice el combativo dirigente del Espacio 40 del Partido Nacional. Da Silva lo evoca en cada amanecer. Dice que es el "sacramento" que debería formar parte del despacho del primero al último integrante de la coalición de gobierno. Y se reduce a una simple premisa: "Si nos peleamos vuelve el populismo".

El mantra aparece más de una vez a lo largo de casi una hora de entrevista con El Observador. Ya sea para hablar de su partido, o de los socios del oficialismo, o del Frente Amplio o del PIT-CNT, Da Silva vuelve a su sacramento. "Si nos peleamos vuelve el populismo". 

Entre una y otra mención, el legislador fustiga a la "oposición miserable", define al presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, como "quintaesencia" del Frente Amplio al que se debe "combatir", reivindica la gestión de la pandemia, y analiza los desafíos políticos de la coalición multicolor. 

Aflojó la pandemia y empezó a cobrar protagonismo la discusión política cotidiana. ¿Cómo encuentra ese escenario a la coalición de gobierno?
Nosotros tenemos que seguir reivindicando el éxito de la gestión sanitaria –al día de hoy, porque esto es una caja de sorpresas–. Parece mentira que hace cuatro meses estábamos como estábamos y ahora festejamos la noche de la nostalgia. Los problemas estaban congelados y encapsulados y salieron todos a la vez. La agenda política ahora tiene un ingrediente nuevo que son las firmas de la LUC y la ansiedad del gobierno de recuperar ese tiempo perdido. Es una ansiedad corrosiva, porque nadie te recupera los 17 meses que pasaron. La gente tiene memoria y el contraste con el resto del mundo también es evidente.

Dice que cuando se pasa raya, ¿la gestión de la pandemia es bien evaluada?
Por supuesto. Seguimos siendo ejemplo en el mundo. Lo fuimos cuando nos atacaban las olas, lo fuimos cuando conseguimos las vacunas, y lo somos ahora con la inmunidad de rebaño. Por eso yo no perdono al PIT-CNT y al Frente Amplio esa caceroleada que nos hicieron a los diez días. Fue muy mala leche y estoy esperando las disculpas. La pandemia va a pasar, pero eran momentos muy difíciles y nos hicieron lo mismo que a los milicos. Es bravo de perdonar. 

¿Se terminó la luna de miel?
Sí, la luna de miel o la tensión por la vida y la libertad. Pasa la pandemia y salen todos los problemas, los que teníamos y los agregados. Y de paso deja en orsai a gente de mi generación, cuestionando las rutinas laborales. Te pasa a ti en el diario, me pasa a mí en esta oficina de 150 metros que hoy carece de sentido, y le pasa a mucha gente. En ese mundo que se viene, nosotros tenemos la obsesión de generar marco para la inversión. Uruguay y su presidente hoy están en boca de las élites internacionales, que están mirando al Uruguay, pero para eso tenemos que generar un marco de competitividad, que se llama tipo de cambio y tarifas. Ese es el desafío.

Diego Battiste

En ese contexto se ve un aumento de conflictividad. ¿Le preocupa? 
Vos tenés que dividir la gestión de gobierno y el barullo político. La gestión de gobierno tiene que ir enfocada en eso. La izquierda lo sabe y por eso exageran en las movilizaciones. El aumento de la conflictividad es un dato de la realidad, de un PIT-CNT que ahora está corriendo el velo. Lo de Fernando Pereira (su posible candidatura a la presidencia del Frente Amplio) es un sincericidio que deja de manifiesto el avance de los sindicalistas públicos en la izquierda. 

¿Por qué dice que es un velo que se corre?
Se nos indignaban cuando los tratábamos de que eran primos hermanos. 

¿Pero alguien se puede llamar a sorpresa de ese vínculo, o del pase del movimiento social o sindical a la política partidaria que existió siempre? 
Pero esto es la peronización de la izquierda graficada en dos palabras. Al no estar presentes Mujica, Astori, Vázquez, la agenda la van a marcar los gordos de las empresas públicas. Y Fernando Pereira es la quintaesencia de ese Frente Amplio que nosotros combatimos. Es un sindicalista profesional, que vive de un sueldo público, y que ha hecho carrera a expensas de toda la sociedad. 

Ese argumento de que Fernando Pereira, dedicado a su rol de sindicalista, no labura, ¿no tiene algún punto de contacto con los que dicen que alguien que hace 25 años es parlamentario nunca laburó?
No. Un legislador que no labura es el que no va a las comisiones, falta a las sesiones, no presenta proyectos de ley, no argumenta, no informa. Después están los empleados públicos que tienen derechos que nosotros apoyamos como las horas sindicales. Y tenemos algunos abusos que criticamos, como estar 25 años sin pisar la oficina. Yo se lo dije en la cara. Yo no concibo cómo el presidente de los trabajadores no es ejemplo en marcar tarjeta. 

"Fernando Pereira es la quintaesencia de ese Frente Amplio que nosotros combatimos. Es un sindicalista profesional, que vive de un sueldo público, y que ha hecho carrera a expensas de toda la sociedad"

Lo que aduce es que se dedica a la representación sindical.
Es un sindicalista profesional. A mí, que tengo otras actividades aparte de la de senador, no me entra en la cabeza. 

Cuando se dice que se "corre el velo" de la relación entre los sindicatos y el Frente Amplio, ¿no se podría decir algo similar de figuras como Fernando Mattos o Carlos María Uriarte, que presidieron las gremiales rurales y fueron ministros de Ganadería? 
Sí, pero hay una diferencia. Cuando tú vivís de tu trabajo tenés más libertades que cuando vivís de un salario público. En el PIT-CNT los sindicalistas profesionales son casi todos empleados públicos. Los otros no. 

A lo que voy es a si ese razonamiento no es como acusar a este gobierno de ser un gobierno de empresarios… 
No, no... Lo que es claro es que si Fernando Pereira es presidente del Frente Amplio, defendía trabajadores de un solo pelo. No es lo mismo. Si me decís, mañana Gonzalo Valdés (presidente de la Asociación Rural) es presidente del Partido Nacional, capaz es algo más parecido. Pero no se va a dar. El sincericidio de Fernando Pereira muestra una de esas cosas que a la larga nos terminan uniendo en la coalición: el retorno del populismo. Ya vimos en Argentina que hubo un período en el que no se hicieron las cosas bien y vino el kirchnerismo renovado y más ramplón. Nosotros amanecemos todos los días para tratar de que esa izquierda peronizada y populista no vuelva al poder. 

"Cada vez que veo a Pablo Mieres hacer las cosas bien, me alegro porque ensancha la base de la coalición. No es lo mismo el ala más dura del Partido Nacional captando votos de la izquierda no populista que Mieres y el Partido Independiente. Lo mismo pasa con Cabildo Abierto en algunos planteos, o con el Partido Colorado, por ejemplo en temas educativos"

¿Los agarró de sorpresa la cantidad de firmas contra la LUC? 
(Piensa varios segundos) Sí… En la bancada el único que creía que iban a llegar a esas firmas era (Jorge) Gandini. Yo no estoy tanto en el termómetro de la musculatura sindical. Pero bueno, fue algo que si tuviéramos que hacer de nuevo, haríamos lo mismo. No es lo mismo gobernar, atender, y bancar setenta problemas a la vez, que estar en la oposición. Ahora vamos a dejar los espejismos y se van a ver los dos modelos de país. En eso la coalición tiene un factor de unidad muy importante: si nos va bien, capaz va a explicar mucho los meses siguientes al referéndum. 

¿Y si le va mal?
Y va a explicar también. 

¿Cuánto incide el referéndum en el panorama político actual?
Nosotros llegamos para hacer las cosas bien y para evitar que vuelva el populismo. Si tenemos esos dos sacramentos todos los días arriba del escritorio, nos obliga a estar juntos. Esto no significa que no haya perfiles. Cada vez que veo a Pablo Mieres hacer las cosas bien, me alegro porque ensancha la base de la coalición. No es lo mismo el ala más dura del Partido Nacional captando votos de la izquierda no populista que Mieres y el Partido Independiente. Lo mismo pasa con Cabildo Abierto en algunos planteos, o con el Partido Colorado, por ejemplo en temas educativos. Cuanto más amplia sea la coalición, para Sebastián es mejor. Sebastián no es un político tradicional que vea las cosas desde su propio interés. Es un militante que hoy está en el Senado y quiere que a Uruguay le vaya bien. 

El año pasado, cuando Lacalle Pou los reunió para presentar el Presupuesto, planteó que si la oposición se largaba a juntar firmas se iban a llevar una derrota. Hace semanas los volvió a juntar y no hubo un pronóstico certero. ¿Se emparejó el escenario?
Yo lo que creo es que hubo una sola campana. Cuando salgamos con la otra campana ahí se va a ver el Uruguay real. En el caso de la LUC es una ley que se defiende sola, y ves que el Uruguay transita sin dramatismos. 

Pero hace un año reinaba el concepto de un Frente Amplio "como bola sin manija". ¿Hoy cómo lo ve?
Hoy llegaron a las firmas. Ahora vamos a lo que importa y nosotros no hemos sacado los jugadores a la cancha. Ellos sí. Sacaron los titulares, los suplentes, los superestrella. Quemaron todas las naves y llegaron a las firmas. Nosotros no. Tenemos una coalición muy heterogénea. Yo quiero debatir con Andrade en Fray Marcos. Manini puede estar en Salto y un ministro puede estar en Durazno y otro senador en Euskalerria. 

¿Cuánto incide el panorama del referéndum en la agenda de gobierno? ¿Cree que puede frenar parte de la agenda de reformas?
Ahí hay dos teorías también. Yo me afilio a la de no parar, porque el tiempo no para. Acá no tenemos el Delorean. Tiene que hacerse en paralelo. Si nosotros somos LUC-céntricos probablemente lo terminemos pagando el día de la elección de 2024. De acá al referéndum hay como ocho meses y este es un gobierno que llegó para cambiar el status quo.

Diego Battiste

¿Y ha cambiado el status quo? ¿O por ahora no ha habido grandes reformas?
Ha cambiado en algunas cosas. Por lo pronto en lo referido al cogobierno sindical. Ha cambiado en la prolijidad en el manejo de la cosa pública. Ha cambiado en la actitud de los gobernantes: no hay sala vip y pizza con champagne como hubo en los gobiernos del FA. Ha cambiado el status quo y la gente lo percibe. Tenemos sí de parte de la izquierda, que es la que quedó desprotegida y fuera de los cargos, una agresividad importante, que va a ir incrementándose.

¿El oficialismo no abona a veces esa crispación y agresividad?
No, ¿en qué sentido?

Por ejemplo, con algunas de las cosas que le dice a la oposición.
No, pero a mí me gusta cantar las verdades. Cuando hay una interpelación al ministro de Salud Pública y vienen con las gráficas de la muerte y se habla de muertes evitables, no tenés otra forma de contestar que de forma dura. Si acusan a un ministro de dolo, vos tenés que ir duro. Nosotros con la oposición jugamos siempre de pie. La etapa de Miranda fue una etapa traumática y en la izquierda hay periféricos que no terminan de aclarar el norte. Nosotros esperábamos una oposición dura, pero no una oposición miserable como hemos encontrado en muchos casos. 

"Tiene que hacerse en paralelo. Si nosotros somos LUC-céntricos probablemente lo terminemos pagando el día de la elección de 2024. De acá al referéndum hay como ocho meses y este es un gobierno que llegó para cambiar el status quo"

¿Cuáles son los temas de la LUC cuya derogación le quita el sueño?
Por ejemplo la adopción de los gurises. El tema de la seguridad también. El de la reforma de los combustibles sí es un tema que quisiéramos mayores reformas.

El artículo de los combustibles fue votado por todos los partidos, pero es uno de los que impugna la izquierda, y usted tampoco lo defiende. 
Sí, fui y soy crítico. Fue una solución política que no permitió ese sueño de hacer una reforma estructural y cambiar el statu quo. Las soluciones políticas a veces chocan con la realidad. Pero hay algo que está bueno de ese artículo, y es que deja en evidencia y en debate los subsidios de Ancap y la complicidad del sindicato en hacer la vista gorda. Eso hace que aumenten las ganas y los apoyos para lograr la liberación de los combustibles. 

El artículo le cuesta defenderlo entonces. 
No lo defiendo. Yo voy a presentar el 15 de octubre un proyecto de liberación de la importación de combustible, con el senador colorado Germán Coutinho. Y ahora que entra el Mono Batlle capaz que tenemos otra firma. 

¿Qué pasa mientras tanto con el resto de los sobrecostos de Ancap, desde el etanol al portland?
La "A" de Alcohol y la "P" de Portland en la sigla Ancap deberían volar. Debería ser Administración Nacional de Combustible. Eso te termina generando un país no competitivo, la nafta a $ 70, un sindicato que solo cuida sus intereses corporativos, directorios que no terminan de asumir que no están ahí para cuidar su camiseta, sino que están para cuidar el bienestar de la gente. 

Hoy gobierna una coalición liderada por el Partido Nacional y siguen ahí esas líneas de negocio. ¿Por qué?
Sigue ahí pero con denuncias y generando opinión pública. Que siga ahí no significa que esté avalado, ni significa que no estemos pensando en cosas hacia el futuro. Son decisiones que todos los días nosotros vemos que tenemos más apoyos para tomarlas. 

¿Lo ve posible en este período de gobierno?
Ojalá que sí. Si mañana quieren quitar la P de Ancap por ley, yo voy a estar votando con las dos manos. 

"El Estudiantes de Bilardo" 

El senador nacionalista afirma que la bancada nacionalista en el Senado es "aguerrida" y "difícil de entrarle, como el Estudiantes de Bilardo". "Lo subestimaron, fue un hueso duro de roer, y salió campeón de América y del mundo".

¿Cómo cree que salieron parados de la interpelación por el puerto? 
Bien. El anticipo era una interpelación de dolo y lo que hubo fueron argumentos muy sólidos y un Frente Amplio que volvió a callarse en la comisaría.

Hubo reconocimiento de errores.
Errores o ansiedad. Reconocerlo habla bien de un gobierno que no es soberbio. Y ahí ves elementos enriquecedores de la coalición de gobierno. Por ejemplo, el tener un aval del Estado si el día de mañana Katoen Natie decide vender me parece de sentido común. 

¿Entonces eso fue más un error en la negociación?
Lo que pasa es que se negoció en base a la inversión, que es histórica. Durante seis meses todos los jueves tratando de llegar a esa cifra que es un mundo de plata. Si la inyectamos ahora es una micro UPM en la Ciudad Vieja. 

¿Todo eso no debió haber formado parte de un debate sobre la política portuaria como la que hubo en la interpelación?
Puede ser sí. Lo que es claro es que el puerto no podía seguir como estaba y que el juicio lo íbamos a perder. Vivir y aprender. Es cierto. De hecho se va a negociar esa cláusula para el aval del Estado, y está la posibilidad de tener un ente testigo por el tema tarifario. Igual, quien mete casi US$ 500 millones está más preocupado que vos y yo por amortizarlo. 

Más allá de esas correcciones, ¿qué piensa de las acusaciones de ilegalidad en el proceso?
Ilegalidad no. Lo van a recurrir y lo van a perder.

Esta semana cayó un nuevo ministro, Germán Cardoso, cuestionado por presuntas irregularidades y en el marco de una disputa interna colorada. También se ven otros problemas de relacionamiento, como en el directorio del Inisa. ¿Cómo se explican estos sucesivos incidentes?
Cada problema tiene su casuística. Lo que hay es un eje muy lejos de los tornillos. 

¿Pero le preocupan estos chisporroteos y cómo salpican a la coalición?
No, porque es parte de la forma de vincularse de personas con carácter distinto. Me preocuparía si se dejara pasar. Como sé que eso no pasa y, que el presidente está en los temas enormes, grandes, chicos y minúsculos, tengo claro que más temprano que tarde se van a solucionar, para un lado o para el otro. Los cargos pasan, el gobierno queda. Nada tuvo traumatismo.

¿Cómo ve la interna del Partido Nacional?
En stand by. Por ahora. 

¿Las idas y vueltas en la previa de la convención prendieron alguna alerta?
No porque siempre se vuelve a lo mismo: la apelación a la unidad. Y te lo dice y eso te lo dice un sector que fue el principal perjudicado, porque quedó con un cargo menos. Hay una apelación a separar la agenda partidaria de la agenda de gobierno. En el segundo semestre de 2022 ya vamos a estar en la recta opuesta, y en un partido que está acostumbrado a un liderazgo vertical como el de Luis, se van a tener que vivir momentos nuevos. 

¿Cómo se sucede un liderazgo de tanta ascendencia?
El que se precipita se precipita. El antecedente del último gobierno blanco, si a los 17 meses alguien pensaba que Alberto Volonté iba a ser el sucesor, le iban a decir que estaba loco. De acá a allá van a pasar muchas cosas. Los gobiernos marcan gestiones inesperadas. Daniel Salinas es un ejemplo. 

¿Eso cómo se traduce? ¿No hay que pensar necesariamente en Álvaro Delgado?
Delgado claro que corre. Lo que tiene es desafíos enormes por delante. No te olvides que no es lo mismo hacer política en el año 2021 con el TikTok y las redes sociales, que hacer política en los años 90. Esto es una máquina de picar carne. Es una carrera de resistencia. 

En los distintos gobiernos, las figuras del sector del presidente no han logrado imponerse en las urnas. ¿Cómo ve esa perspectiva?
El sector Todos Hacia Adelante es policromático. Eso perdura y se nota. Hay distintos perfiles dentro del sector del presidente. 

A lo largo de estos meses han surgido críticas, algunas más latentes que otras, al accionar de Aire Fresco como sector mayoritario, y cuestionamientos por no "abrir" el juego lo suficiente a otras vertientes del partido. ¿Coincide en algún punto con esa visión?
Creo que en política nadie regala nada. Yo no soy llorón por esas cosas. Hablo por la 40, que tiene una identidad propia. Cuando vos hacés una identidad a partir de otra persona, y esa persona está vedada, vas a tener una realidad diferente y la vas a tener que administrar. Aire Fresco creció gracias a Luis Lacalle Pou. Y hoy es el presidente. Son temas de ellos. El resto de las agrupaciones tienen sus inercias y pertenencias. Vamos camino a inicialmente a muchos precandidatos que después por efecto de la polarización termine en dos o tres. Como ha sido históricamente. 

¿Y la relativa paz interna es sostenible?
Yo voy a estar diciendo lo mismo: Si nos peleamos, vuelve el populismo.

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