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El senador Da Silva habló de los economistas: "Están en su zona de confort y se sienten exitosos"
“Este país, el más agropecuario del mundo, necesita tener un tipo de cambio competitivo, y no que pasen los equipos económicos y terminemos siempre en el mismo lugar”, afirmó este miércoles 27 de marzo Sebastián Da Silva, productor agropecuario y senador de la República, durante su audición en radio Rural.
Señaló que existe “un atraso cambiario muy complejo” y que obviamente “las gremiales empiezan a toser”, aludiendo al reciente comunicado de la Federación Rural (FR), “con el cual coincidimos”.
Agregó que el atraso cambiario ambienta "ese falso debate, esa falsa dicotomía, entre campo y ciudad, entre a quien afecta o no un dólar más competitivo, cuando en realidad estamos perdiendo de vista que Uruguay tiene en sus bases de crecimiento económico la producción exportadora, cualquiera fuera”.
Recordó el valor del aporte del sector –“la producción del campo se multiplica por seis”, dijo– y citó que “la mitad de los productores rurales no llegan a la canasta básica familiar” y que “esa es la verdad que con ruralidad nosotros podemos llegar a permear”, aludiendo a la importancia de informar sobre el sector en ámbitos ciudadanos, especialmente a nivel de las nuevas generaciones.
Zona de confort de los economistas
Es relevante, comentó, que el tema del atraso cambiario “no sea una zona de confort de los economistas, que no sea un solo camino el bajar la inflación y meter un ancla cambiaria para poder resolver los problemas macroeconómicos”, y valoró “poder desde el campo persuadir a los economistas de que un tipo de cambio competitivo, como hay en Australia, en Nueva Zelanda e Irlanda”, como parte posible de un Uruguay “que necesita tener un salto de crecimiento”.
Da Silva enfatizó: “Estamos a favor de lo que dice la Federación Rural, obviamente que estamos frustrados, obviamente que nos hacemos preguntas”.
¿Un dólar a $ 30?
Preguntó luego si el campo no estará padeciendo por su propio suceso, en un año diferente, ya sin sequía, donde se aguarda una buena cosecha en soja y maíz, lo que significa muchos ingresos, “miles de millones de dólares” (…), también somos esclavos de nuestro éxito, porque el dólar está arañando los $ 36… ¿qué va a pasar cuando se empiece a mover la cosecha, cuando empiecen a salir los millones de toneladas de granos que vamos a sacar, se va a ir a $ 30? Es un tema que me preocupa y créanme que intento persuadir”, dijo.
Señaló la existencia de otros mecanismos, “no solo comprar dólares que todos sabemos es un mecanismo que suma cero, que es más agresividad en la mesa del Banco República, más agresividad e imprevisibilidad a la hora de comprar dólares en Ancap, UTE, Antel, que por favor la AFAP República no participe de licitaciones internacionales a la hora de comprar los dólares de nuestros ahorros, sino que participe en el mercado cambiario interno”.
Dijo que todo eso está tratando de promoverlo y que no se saca la responsabilidad que le corresponde.
Ruralidad en la enseñanza
En el inicio de su mensaje, Da Silva saludó a toda la gente que sigue padeciendo por las inundaciones, mencionando sitios como Florida, 25 de Agosto y Durazno, también en la cuenca del Cebollatí complicando a los productores de arroz en plena cosecha.
La otra cara, señaló, es que ha llovido de tal modo que los cultivos en general están bien encaminados, con los perfiles cargados.
Luego habló del valor de promover una adecuada mirada sobre la ruralidad. Dijo que si bien impulsó en la Ley de Presupuesto que haya una materia a nivel educativo que se llame precisamente Ruralidad, no es sencillo avanzar, considerando la autonomía de la Administración Nacional de Enseñanza Pública (ANEP).
No obstante, mencionó con alegría una novedad que le informó “Nana” Dellazoppa: decenas de miles de libros “Nuestro Campo”, impresos por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), será utilizados por “gurises de segundo liceo, de octavo, eso genera alegría”, porque permitirá, graficó, que cuando se hable de un arrocero no se piense con prejuicios que es gente con un latigo atizando a empleados o multimillonarios, o que cada vez que se habla de inundaciones la gente en la capital piense que son una llave para pedir subsidios “que no existen” o “préstamos para después no pagarlos”.
Por eso instó a “impregnar ruralidad en las generaciones nuevas, como se hizo con temas medioambientales”, de modo que el paisano sea respetado y se entienda cuando hay situaciones que padece, como el atraso cambiario.
