De una tribu en Ghana a becado en Harvard y consultor del Banco Mundial

El ghanés que vive en Argentina contó su historia y las claves que lo encaminaron hacia sus logros en el Encuentro Jóvenes del Mercosur

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10 de noviembre de 2019 a las 05:00

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Despertarse con el canto del gallo, soltar a las cabras y ovejas e ir con su padre al río a llenar tanques de agua eran ingredientes de una mañana típica en la niñez de Pascal Mensah, criado en la tribu fanti en un pueblo de 2.000 habitantes de Ghana.

Sus primeros 10 años los recuerda felices, sin pretensiones, sin visualizar un futuro distinto al sus padres y abuelos; "chocho de la vida”, como dijo en su conferencia en el segundo Encuentro Jóvenes del Mercosur, organizado por Nestlé en el Memoria de América Latina, en San Pablo. 

Unos 16 años después de estar mojando la tierra para impedir que el viento la arrastre hacia su casa, Pascal Mensah, con un acento más argentino que cualquier porteño, contó parte de su historia ante 600 personas. El ghanés compartía el salón de la escuela con 70 compañeros y luego salía a vender los productos que su familia cosechaba. Una década más tarde obtuvo una beca del 100% para estudiar en la Universidad de Harvard, donde se recibió de licenciado en Ciencias Políticas. Actualmente, a sus 29 años, vive en Argentina y trabaja como consultor en la International Financial Corporation, perteneciente al Banco Mundial. 

Pascal se siente tan cargado y lleno de "bendiciones" -como dice- como de una imperiosa necesidad de "devolverlas"; a su familia biológica, a sus familias "de corazón", sus profesores, amigos, conocidos y hasta desconocidos. "Soy la suma de la voluntad de un montón de personas", subrayó.  

Cuando Pascal tenía 5 años, su padre empezó a trabajar como empleado en la casa de un estadounidense que había adoptado dos hijos jamaiquinos: "Mi viejo había trabajado como jardinero, guardia en la noche, lavaba ropa y yo cada tanto lo acompañaba con el objetivo de ayudarlo. Siempre terminaba jugando con los jamaiquinos" con los que terminó creciendo "como hermanos". 

A los 10 años, los estadounidenses invitaron a Pascal a vivir en Surinam con ellos. Por decisión de sus padres -quienes veían una clara oportunidad para el futuro de Pascal- dejó a su familia en Ghana y se mudó con su "nueva familia de corazón". 

Mensah entró a quinto de escuela en Surinam. Pasó de compartir la clase con 70 niños en el pueblo ghanés a "rezar" para volverse "invisible" en un salón rodeado de cinco hijos de diplomáticos, médicos y grandes empresarios.

A eso se le sumaba que creció hablando fanti, por lo que su nivel de inglés era el de un niño de 5 años, según un examen diagnóstico: "Me costó, mucho. Pasaba algunos días al fondo de la clase rezando para hacerme invisible. Resultaba bastante difícil esconderme y sufría, hasta que un día dije basta". 

"En el pueblo siempre hablábamos de ser médico, abogado, periodista pero era un sueño, no teníamos ningún ejemplo para hacer ese sueño tangible", recordó. 

De un momento a otro a Pascal le "cayó la ficha". Entonces, con un diccionario a mano empezó a leer libros del sector de jardinera de la biblioteca del colegio. "Fue muy frustrante pero estaba determinado", detalló. En Surinam conoció a dos estadounidenses que se estaban tomando un año sabático. "Nos hicimos muy buenos amigos. Ahí me preguntaron si tenía ganas de ir a Estados Unidos y dije que sí, cómo no"

Pasó un tiempo entre trámites hasta que a los 17 años se fue a vivir a Carolina del Norte (EEUU) junto a los padres de su amiga. "Otro contexto cultural, otro desafío académico pero hacía años venía entrenando y estaba en un estado de querer saber de todo", relató. Era tanta esa energía que después de clase pedía a sus profesores quedarse 20 minutos más para que lo ayuden, especialmente con matemática. "(Los profesores) se dieron cuenta que no entendía nada. A lo largo de esas charlas generamos vínculos, me ayudaron y así, ahora hablo de las matemáticas". 

Se recibió de bachiller con el mejor promedio de su clase y empezó el proceso de aplicaciones a la universidad. 

Pascal obtuvo una beca completa para estudiar en Harvard, donde en 2014 se recibió de licenciado en Ciencias Políticas. 

La historia que contó sobre el escenario termina en un proyecto que implicaba mudarse a Argentina en 2016, donde trabajó en la empresa Balanz Capital para luego ingresar a la Corporación Financiera Internacional (IFC) -perteneciente al Banco Mundial- como consultor. La IFC se encarga de de promover el desarrollo económico de los países a través del sector privado.

Suerte con preparación

Durante su charla Pascal compartió las tres claves que explican sus logros. Dijo que cuenta su historia para transmitir que cada tanto es necesario "frenar la pelota" entre la rutina que lleva a vivir a un "ritmo acelerado" y reflexionar acerca de quién es uno, de dónde viene, hacia dónde va y qué tipo de huella quiere dejar en la tierra mientras está de "pasajero". 

"Esta oportunidad con ustedes me da la posibilidad de viajar en el tiempo a encontrarme conmigo mismo", expresó. 

  1. Actitud. El consultor del Banco Mundial invitó a las 600 personas que lo escuchaban a preguntarse: ¿con qué actitud vivís tu vida?. "El valor que uno tiene es igual a conocimiento, más habilidades multiplicadas por la actitud. Lo que distingue a la gente grande es la actitud, es el factor clave para realizar el potencial máximo de cada uno". Este año y después de 16 años, Mensah volvió a sus "pagos". "Mi vieja se levanta a las 4 de la mañana y trabaja incansablemente hasta la noche. La diferencia en el acceso a los recursos que tengo hoy en día ¿está explicada porque tengo mejor actitud o más ganas de trabajar que ella? Realmente no. Tiene que ver con el conocimiento, las habilidades que tenga", planteó Pascal. El ghanés dijo que a veces se pregunta qué hubiese podido lograr su "vieja" con las posibilidades que le "tocaron" a él. No obstante, cree que conocimiento y habilidades son importantes pero que la actitud tiene efecto multiplicador. "Cuando me costaba inglés, fue mi actitud, determinación y curiosidad de perseguir el desafío lo que me ayudó a adquirir los conocimientos para performar a la par de mis compañeros", sostuvo. 
  2. Suerte. Pascal cree que ha tenido suerte y que una parte de la vida es al azar. Sin embargo, piensa que "la suerte es lo que pasa cuando la preparación coincide con la oportunidad". Por ejemplo, la oportunidad de vivir en Estados Unidos le llegó cuando llevaba años "haciendo el trabajo para mejorar". Entonces, preguntó al público: ¿qué oportunidades están perdiendo por una falta de preparación?.
  3. Entregarse a los demás. "Mi vida ha cambiado un montón al entregarme a los demás. Con aquel que se dedicó 20 minutos a ayudarme después del colegio, aquel que me hospedó en su casa. Hoy, en este momento, cada uno está capacitado para ayudar, dar oportunidades a la gente que lo rodea", subrayó Mensah. 

Pascal junto a sus hermanos en su primera visita a Ghana después de 16 años. Sus hermanas están por ingresar a la universidad

"Les quiero proponer que seamos conscientes de la actitud que tenemos frente a los desafíos que vienen. Prepararnos para que cuando la suerte golpee nuestra puerta, podamos aprovechar esa oportunidad", finalizó Mensah. 

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