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Demócratas, republicanos, analistas, académicos y oficiales de inteligencia: todos critican a Trump

El presidente defendió a Putin y dijo que Rusia no intervino en las elecciones que lo llevaron a la Casa Blanca
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16 de julio de 2018 a las 16:46
Quienes sospechaban que podría haber algún tipo de connivencia entre Donald Trump y Vladimir Putin, la cumbre de este lunes entre ambos presidentes en Helsinki agregó nuevos elementos para engordar sus hipótesis, a juzgar por el acto de fe que el inquilino de la Casa Blanca le obsequió a su competidor ruso en un tema de especial sensibilidad: la supuesta injerencia rusa en las elecciones que habrían ayudado al magnate estadounidense a llegar a la presidencia.

En conferencia de prensa, Trump destacó el "contundente" rechazo que Putin hizo a cualquier interferencia en la política de su país contrario a las conclusiones que sacaron las agencias de inteligencia de su país, cuyo principal cometido es asesorar al presidente para que pueda tomar buenas decisiones.

"Muchos dicen que creen que es Rusia. El presidente Putin dice que no es Rusia. Yo diré esto: No veo razón alguna de por qué debe ser así (...) Yo tengo una gran confianza en mi gente de inteligencia, pero les voy a decir que el presidente Putin fue extremadamente fuerte y contundente en su negativa hoy y lo que hizo fue una oferta increíble", dijo Trump.

Así se refirió a la propuesta de Putin en Helsinki de que se le permita a Washington interrogar a los 12 agentes de inteligencia rusa acusados de piratear los correos electrónicos de la aspirante demócrata Hillary Clinton a la elección presidencial que ganó Trump.

"Tenemos un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia que data de 1999 sobre la ayuda en los casos criminales y este acuerdo sigue en vigencia. En este marco, (la Fiscalía estadounidense) puede enviar una solicitud para realizar el interrogatorio a estas personas que son sospechosas", declaró Putin.

Pero esta acción rusa no es una concesión ni es gratuita. Putin lo planteó como un intercambio: él dejará que investiguen en su territorio si Estados Unidos le da acceso a algunos oficiales que su gobierno cree que estuvieron involucrados en actividades ilegales en territorio ruso.

La posición que adoptó el presidente de Estados Unidos le valió la reacción crítica inmediata de políticos de los dos partidos tradicionales, analistas, académicos, diplomáticos y periodistas de su país.

"La conferencia de prensa de Trump-Putin dejó una cosa clara: el presidente de los Estados Unidos se ha convertido en una amenaza para los intereses nacionales de los Estados Unidos", escribió en Twitter el académico y diplomático Martin Indyk.

Igual de severo declaró el senador republicano John McCain quien calificó la conferencia de prensa como una de las actuaciones más "vergonzosa" de un presidente de Estados Unidos. Para Mc Cain el "daño" causado por la "ingenuidad, falsa equivalencia y simpatía por autócratas" de Trump es "difícil de calcular".

Por su parte, el director de Inteligencia de Estados Unidos, Dan Coats, defendió la "clara" conclusión de sus servicios de que Rusia interfirió en las elecciones de 2016.

"Hemos sido claros en nuestras evaluaciones de la intromisión rusa en las elecciones de 2016 y sus esfuerzos continuos y omnipresentes para socavar nuestra democracia", señaló Coats en un comunicado.

En tanto, el republicano Paul Ryan, titular de la Cámara de Representantes del congreso, dijo que Trump debería entender que Rusia no es un aliado de Washington.

"El presidente debería apreciar que Rusia no es nuestro aliado. (...) No hay una equivalencia moral entre Estados Unidos y Rusia, que sigue siendo hostil a nuestros valores básicos e ideales", expresó Ryan.
Por su parte, para el líder del partido Demócrata en el Senado, Chuck Schumer, el presidente de Estados Unidos mostró este un comportamiento "peligroso y débil" al ponerse del lado del líder ruso.

"En toda la historia de nuestro país, nunca los estadounidenses vieron a su presidente apoyar a un adversario de Estados Unidos como @realDonaldTrump ha apoyado al presidente Putin", expresó Schumer en Twitter.

El hombre del paraguas

La imagen de la lluvia torrencial que caía sobre Luzhniki durante la ceremonia de premiación y un único paraguas negro protegiendo al presidente ruso es una metáfora del liderazgo de Putin, un hombre al que al parecer nada lo toca.

El mandatario llegó a Helsinki pocas horas después de dar un espectáculo mundial que le salió todo lo bien que le podía salir (como única excepción podrían señalarle la ruptura de la seguridad en la final, cuando tres integrantes del grupo Pussy Riot ingresaron a la cancha en pleno partido). Pero más allá de eso, nadie se cansó de ponderar la organización del Mundial, incluso destacándolo como el mejor de todos los tiempos.

Pero detrás de la pelota, Putin aprovechó para reconfigurar la imagen de su país que seguramente pasó en la mente de muchos del estereotipo de los tonos grises de la Unión Soviética al de un país vívido, dinámico, ordenado y cualquier otro adjetivo que describa buen funcionamiento. Y el mandatario ruso no perdió la oportunidad de hacer un poco de diplomacia pública.

Con la gloria sobre sus hombros, el presidente ruso llegó al Palacio Presidencial de Finlandia en donde tuvo su primera cumbre cara a cara con el inquilino de la Casa Blanca. Los dos líderes hablaron durante más de dos horas sobre temas de importancia global sobre los que sus gobiernos mantienen intereses: la crisis Siria, el desarme nuclear, la competencia de hidrocarburos y la invasión de Crimea.

Va pelota para una nueva relación

El presidente de Estados Unidos felicitó a su par ruso por haber organizado de forma exitosa el Mundial de fútbol. El tema no pasó desapercibido para Vladimir Putin que, aprovechando el momento futbolístico, le obsequió una pelota al mandatario estadounidense.

"Trump acaba de mencionar que hemos concluido de forma exitosa la organización del Mundial. Señor Trump, le entrego esta pelota y ahora la pelota está en su cancha, después de todo, EEUU organizará el Mundial en 2026", dijo el ruso con el balón en su mano, aunque difícil es saber si hablaba de fútbol solamente.

El presidente de Estados Unidos agradeció el gesto y deseó que su país lo haga tan bien como Rusia en ocho años. Agarró la pelota y se la pasó a la primera dama, Melania, quien observaba la conferencia de prensa desde las primeras filas. "Se lo daré a mi hijo. Melania, toma", dijo Trump.

Los dos líderes mundiales se encargaron de subrayar los resultados positivos de la cumbre. "Nuestra relación nunca ha sido peor de lo que es ahora. Sin embargo, eso cambió hace aproximadamente cuatro horas. Realmente lo creo", dijo Trump, y prometió que la cumbre era "sólo el comienzo". "Muy, muy buen comienzo", remarcó el ocupante de la Casa Blanca.

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