Juan Samuelle

Dos golazos: récord en cultivos de invierno y siembra en fecha óptima

Con un fuerte avance de la colza, por primera vez se superarán las 700 mil hectáreas con cultivos de invierno; las sembradoras están casi todas guardadas, tras una implantación en el período ideal

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24 de junio de 2022 a las 07:00

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La agricultura uruguaya viene en un fuerte desarrollo y está cerrando un otoño muy especial. Tras una cosecha muy buena de cultivos de verano, va por su tercera muy buena cosecha consecutiva de cultivos de invierno.

El área de estos cultivos (trigo, cebada y colza) debe superar las 700 mil hectáreas por primera vez en la historia, según las proyecciones que se manejan en el sector, principalmente por el aumento de la superficie de colza.

Desde el sector semillerista se proyecta un avance de área muy fuerte, hasta las 752 mil hectáreas con una estimación primaria en la que la colza podría incluso superar al trigo: 275 mil hectáreas de colza, 260 mil de trigo y 217 mil de cebada.

Esta estimación no considera el área de resiembra, que el año pasado fue de 18.000 hectáreas entre los tres cultivos, pero que este año podría ser menor.

El sector informó a productores agropecuarios en una reunión el 14 de junio que el 56% del área de trigo (145 mil hectáreas) corresponde a semilla etiquetada y 44% a semilla de uso propio, en colza la proporción es de 87% (unas 240 mil hectáreas) y 13%, y en cebada de 98% y 2%.

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Colza: hasta que se terminó la semilla

Esta semana el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) inició la encuesta de siembra que dará los datos oficiales de área de cultivos de invierno.

En 2021 la colza ocupó 162 mil hectáreas y las estimaciones de productores privados coinciden en señalar que este año el área –sumando colza y carinata– quedará al menos en 240 mil hectáreas. Se sembró hasta donde dio la semilla disponible.

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En el caso del trigo también hay un aumento moderado del área, con un componente especial. Será una carrera contra reloj hasta la próxima cosecha para llegar con el mercado abastecido hasta que a comienzos de noviembre llegue el grano fruto de lo que se está sembrando actualmente.

La superficie de trigo crecerá alrededor de 2,5% y ocupará algo más de 250 mil hectáreas (244.427 el año pasado) un área muy pareja con la colza y que sería la mayor superficie desde las 330 mil en 2015.

El trigo llegó a ocupar casi 600 mil hectáreas en 2011. En aquel entonces el 85% del área de invierno.

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La irrupción de la colza hace menos de 10 años –recién en 2017 alcanzó el 10% del área de invierno– repartió en tres partes la siembra.

En cambio, no se espera un crecimiento de la cebada. La que se produce para malterías ocupará aproximadamente 180 mil hectáreas –100 mil de Maltería Uruguay y 80.000 de Maltería Oriental–, a lo que se suman unas 20 mil a 30 mil hectáreas de cebada forrajera.

Incluso puede retroceder algo respecto a las 224 mil hectáreas del año pasado por los problemas de calidad que han mantenido cautelosos a los productores.

En tanto, en colza se ha sembrado todo lo posible, pero con algunas resiembras derivadas de las heladas caídas. Se ha agotado la semilla disponible. Probablemente se ubique cerca de 250 mil hectáreas en la suma con la carinata, la especie similar que se siembra principalmente para combustibles y que mantiene unas 20 mil hectáreas con contratos que apuntan a mejorar la huella de carbono.

Puede ser el primer año en la historia en que la colza tenga más área que el trigo.

Una estimación actualizada se ubica por encima de las realizadas por el MGAP para el año pasado, que sumaba 648 mil hectáreas sembradas.

En dos años, 150 mil hectáreas más

La expansión de cultivos de invierno sería de 8% este año y de 28% respecto a 2020, agregando 150 mil hectáreas en dos años. Es la mayor área de la historia, probablemente entre 720 y 750 mil ha, superará al anterior récord (de 698 mil en 2011) y confirmará una tendencia a un mayor equilibrio entre la superficie de invierno y la de verano.

La zafra 2022/23 de cultivos de invierno arranca con la ventaja de  sembrar en fecha y con un cierto descenso en el precio de los fertilizantes nitrogenados en los últimos días, que amortiguan en algo lo que de todos modos es un ascenso fuerte respecto al año pasado en la inversión necesaria por hectárea.

Los cultivos sembrados más tempranamente ya han emergido y están recibiendo sus primeras fertilizaciones.

“El área se va a incrementar, no tenemos los datos exactos; el escenario de precios es muy bueno y la propia intención de siembra cambia durante la temporada”, dijo Esteban Hoffman, profesor del departamento de Producción Vegetal de Facultad de Economía y director general de Unicampo Uruguay.

La siembra se está completando en fechas ideales. “Como nunca”, coinciden varios productores consultados. “Generalmente entramos a julio con el 70% de la siembra”, dijo Juan Foderé, director y gerente general de Fadisol, “(pero) este año guardamos las sembradoras antes del 20 de junio, un golazo”.

Germán Bremermann, gerente comercial de Barraca Erro, destacó que tener al 20 de junio toda el área implantada es fundamental para un buen inicio: “Marca un buen potencial y pone un techo alto al rendimiento”.

La fecha es un factor de estabilidad para el sistema, apuntó Hoffman: “Sembramos en fecha, vamos a cosechar temprano y vamos a sembrar en fecha después; es muy importante para el ciclo”.

Los costos de insumos frenaron una expansión que podría haber sido aún mayor, eso abre la posibilidad de que  el trigo o la cebada todavía tengan algunas semanas para incrementar la superficie. De todos modos es una siembra riesgosa.

Según los cálculos de Unicampo a principios de junio, el costo directo sin renta en promedio para los tres cultivos era de US$ 950 por hectárea, US$ 300 más que el año 2021.

Para Hoffman el trigo podría ampliar un poquito más, “aunque está complicado para conseguir semilla de trigo apta para estas fechas”.

Además de los altos costos, otro factor que frena el crecimiento de la superficie de cultivos de invierno es el precio del ganado, por la conveniencia de hacer pasturas.

“Hay demanda para que se incremente el área agrícola por parte de empresas que, si hubiera disponibilidad de campos pero  están afectados a la ganadería”, sostuvo Hoffman.

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Salto en las exportaciones, ¿para importar en primavera?

Uruguay puede estar importando trigo en la primavera, dada una situación muy firme de las exportaciones y un nivel de stock que por la fuerte salida del cereal ha bajado marcadamente.

Al desatarse la guerra y generarse una situación de pánico en los mercados, Uruguay exportó muy fuerte en el primer trimestre, con una salida de 510 mil toneladas, con ventas muy importantes a Argelia. Eso generó una baja fuerte del stock. En mayo se ubicaba en 208 mil toneladas, 78 mil menos que en igual mes de 2021. El del año pasado ya era un stock bajo –llegó a noviembre con solo 74 mil toneladas almacenadas–.

De modo que si nada cambiara se llegaría con un stock casi cero al comienzo de noviembre. Las exportaciones han sido bajas en abril, mayo y lo que va de junio. Si ocurren importaciones deben ser menores. Pero a nivel de los molinos hay preocupación y reticencia a hacer nuevos negocios por temor a incumplir con los compradores habituales.

El trigo disponible se paga a US$ 400 por tonelada y el de la próxima cosecha sobre US$ 325.

Tanto el trigo como la colza han superado los US$ 200 millones anuales de facturación por exportaciones y se van volviendo muy relevantes, junto a la cebada que suma un monto similar entre la cebada grano y la de malteo.

Los cultivos de invierno son un complemento cada vez más relevante a la zafra principal, que sigue siendo la de verano.

Pero ante veranos cada vez más rigurosos, los cultivos de invierno conviven bien con La Niña y así van por su tercer año consecutivo de altos rendimientos. Al sembrar en fecha arrancan con la más alta expectativa. Como un partido en el que se convierte un gol de entrada. Falta todo por jugar, pero es un buen comienzo.

 

Argentina: lento avance por falta de agua y de gasoil 

Las pocas lluvias fueron favorables al avance de la siembra en Uruguay, pero en Argentina el faltante de agua y el de gasoil está complicando.
Al 16 de junio estaba sembrado en el país vecino el 47,4% de los 6,4 millones de hectáreas previstos, frente a 57,4% que estaba sembrado en igual momento de 2021 y del 53,4% promedio de los cinco años precedentes.
“Las interrupciones de las labores por la falta de humedad superficial continúan afectando el centro y el norte del área agrícola nacional. En simultáneo, la ausencia de lluvias en el pronóstico de corto y de mediano plazo sigue poniendo en riesgo la implantación de lo que resta en estas regiones, lo cual podría afectar nuevamente nuestra proyección de área para la campaña 2022/2023 del trigo”, indicó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

 

La tarea de las plantadoras prácticamente concluyó.

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