Agro > PERDER LO MENOS POSIBLE
Agricultores buscan zafar lo mejor posible de la sequía y ya apuntan a la revancha
En las chacras en las que quedaron cultivos de verano por cosechar las labores de recolección de granos están por comenzar, en una zafra agrícola caracterizada por grandes pérdidas ocasionadas por la sequía, con una elevada extensión donde el productor ya perdió el cultivo total o parcialmente y mucha planta ya fue cosechada, pero para destinarla a comida de los rodeos, de modo de achicar las pérdidas.
Ese comentario lo formuló a El Observador este lunes el productor Mathías Mailhos, expresidente y actual directivo en la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran).
“Las expectativas de rendimientos son muy, pero muy bajas”, lamentó.
El porcentaje de productores que al menos empatará o logrará un pequeño margen de rentabilidad es muy pequeño.
En el caso de la soja, lo que queda en pie está próximo a ser cosechado, con expectativas de rendimientos que en el mejor de los casos, en campos del litoral hacia el norte, darán 1.600 kilos o incluso 2.000 kilos por hectárea, rindes que conforme se visualice hacia el sur del país irán disminuyendo y en casos apenas superarán los 600 kilos.
La cosecha, no por la extensión que quedó por recoger, se irá extendiendo incluso hasta mayo, con base eso en la gran variabilidad de estados de cultivo existente, también consecuencia de cómo se ha comportado el estado del tiempo durante el ciclo productivo, desde la siembra a la actualidad.
“Las máquinas avanzarán rápido, porque irán levantando pocos kilos, pero el estado de los cultivos, su desarrollo, su madurez, es muy variado y eso extenderá la cosecha”, explicó.
Cada caso, dijo, es una historia particular, chacra a chacra el panorama varía, hay casos muy diferentes considerando incluso campos vecinos.
“Cada uno analiza los costos de cosecha, los rendimientos estimados y decide qué hacer”, indicó.
Puso como ejemplo que si un productor vio que la soja le iba a dar solo 600 kilos e incluso le podía atrasar el inicio de las labores de siembra de trigo, cebada o colza… seguro ya tomó la decisión de picar esa soja y no esperar al grano.
Pensando en el verano, hoy la premisa es “perder lo menos posible” y, en ese sentido, hay muchos factores en juego, como si se tiene maquinaria o hay que contratar el servicio de cosecha, si se tiene animales propios para destinar lo que se levanta a darles de comer, por ejemplo.
En soja, tras puntualizar que es prematuro para extender datos definitivos, avizoró una pérdida mayor incluso al 30% que fue una proyección que ya trascendió, por lo tanto hablar de que tal vez no se llegue a un millón de toneladas “no sería extraño”, porque se perdió área y en lo que quedó se perdieron kilos.
En el caso de los maíces, explicó, a los tardíos les falta para que se puedan cosechar, mientras se siguen picando los que el productor entiende no vale la pena esperar a cosecharlos para grano.
Estimar hoy cuántos kilos dará el maíz que sigue en pie “es muy difícil”, comentó, dado que dependerá de muchas cosas, entre otras cosas si se destinará al consumo directo de los animales, si se picará o si utilizará para grano húmedo.
La revancha
Al mismo tiempo que toman decisiones sobre cómo salir del mejor modo posible de la zafra estival, los agricultores y sus asesores van poniendo la cabeza en la revancha, la campaña de cultivos de invierno, dijo Mailhos.
Un reciente informe de la consultora Blasina y Asociados para El Observador estimó que se recortará el área de colza en casi 30%, de 350 mil hectáreas en 2022 a unas 250 mil. Las 100 mil hectáreas restantes pasarían a trigo y cebada forrajera, por lo cual si se cumple el área global será similar a la del año pasado.
“Estamos especulando, hay noticias de una primavera húmeda pero eso no se consolida como información, vamos a ir viendo semana a semana con base en las condiciones del clima”, dijo Mailhos, quien señaló además que muchos también están considerando en la toma de decisiones la próxima zafra de verano.
