Dos miradas a la vuelta del fútbol: los chicos quieren volver sin público, los grandes no

El principal argumento esgrimido entonces fue el económico porque desde la AUF consideran que jugar a puertas cerradas sería un golpe para la economía de los clubes.

Pero no es menor el hecho de que cuando el campeonato se reanude, con la disputa de la cuarta fecha del Torneo Apertura, uno de los partidos que se debe jugar es el clásico. 

Nacional y Peñarol están alineados a esa misma postura: jugar con público. Sin embargo, la fuerza de los hechos hace indicar que esa realidad parece lejana en el tiempo. Es más, el director nacional de Deportes, Sebastián Bauzá, volvió a afirmar el lunes que los espectáculos públicos serán el último eslabón de la cadena de la reactivación de la normalidad. Y allá, al fondo de la fila, está el fútbol. El fútbol con público en las tribunas.  

¿Por qué los grandes quieren jugar con gente? Porque ante la situación económica actual está en juego una recaudación de US$ 150 mil, conforme a lo que recaudó Nacional en los últimos clásicos en que ofició de local fijando al Estadio Centenario (por el Torneo Intermedio y el Torneo Clausura 2019). Además, darle el ingreso gratuito a un partido es el único beneficio que los grandes le dan a sus socios y ese beneficio está actualmente interrumpido. Tampoco es menor el hecho de que nunca en la historia se jugó un clásico a puertas cerradas por lo que bajo la manga se baraja una carta: lograr un consenso para modificar la fecha del clásico y jugarlo más adelante. 

Sin embargo, es difícil que los clubes accedan a ese pedido: "Nosotros en el Apertura recibimos a Nacional (séptima fecha) y a Peñarol (13ª fecha) y ahí nos jugamos las recaudaciones más importantes que podemos tener en el año. Si corren el clásico que a nosotros nos corran también ese partido. Las reglas tienen que ser iguales para todos. Nacional y Peñarol no son los únicos que necesitan recaudar", dijo uno de los gerenciadores de Plaza Colonia, Carlos Manta, a Referí.  

"El fútbol va a tener que volver sin público y a medida que se siga mejorando, de a poco, podrá volver el público a las canchas. Pero eso parece hoy lejano. Yo me imagino que en todo lo que queda del año se jugará sin público", agregó. 

Manta fue más allá y planteó: "Hay que jugar a puertas cerradas y a costo cero. Es más, es una buena posibilidad para que la televisión pase los ocho partidos de la fecha. Que arranque a las 10 de la mañana y ponga a los equipos taquilleros en horario central". 

La misma idea expresó Gabriel Blanco, presidente de Wanderers, en Quiero Fútbol que se emite por Sport 890: "No soy partidario nunca de jugar a puertas cerradas, al público hay que cuidarlo y en el Viera hemos invertido en tecnología pensando siempre en el espectador, pero hoy estamos ante una situación bastante difícil y pienso que hay que volver a la actividad a puertas cerradas. Televisar los ocho partidos el fin de semana sería un gran paso, sería un gran sostén para el propio gobierno para que la gente se quede los fines de semana en su casa para ver fútbol televisado".

Para Blanco, ese hecho puede reactivar algunos sectores de la economía que giran en torno al fútbol: "En un partido podría haber 40 a 45 personas máximo, como en un supermercado. Muchas familias saldrían del seguro de paro, le daríamos a la empresa Tenfield la posibilidad de volver a transmitir y que se puedan cumplir con los 240 partidos que la AUF debe organizar al año para ser televisados, volvería el fútbol a la televisión por cable, también las empresas que hacen publicidad en el entretiempo o en los programas deportivos. Por eso soy partidario de volver a puertas cerradas y cuando se pueda, ojalá que pronto, que vuelva el público".

Tanto Blanco, como Arturo Del Campo, presidente de Danubio, opinan que el clásico no puede condicionar el retorno de las actividades y que debe entrar en la misma bolsa que el resto de los partidos: "El clásico no debería estar por delante ni considerarse primordial si esperamos a que se pueda jugar con público, capaz que se atrasa todo el calendario; lo tomaría como un partido más", expresó el titular bohemio.

Del Campo, dijo a Referí: "El clásico es un problema muy chiquito, me tiene sin cuidado y no me desvela. No lo tengo en cuenta y me parece un tema muy menor para lo que estamos atravesando". 

"Cuando se pueda empezar a jugar, habría que volver a puertas cerradas, pero es algo que veo lejano y no creo que ocurra antes que en setiembre. Creo que lo que puede modificar el actual panorama es que aparezca una cura o una vacuna contra el coronavirus, sino a corto plazo no veo un cambio a esta situación", agregó. 

En el mismo medio, Castillo expresó: "El clásico con público lo veo lejanísimo. Pensar que se va a jugar un partido con 40 000 personas en un mes y medio me parece un disparate". 

"Creo que no deberíamos comenzar con público en las tribunas; el día que comience nos tendremos que adaptar a que sea sin público y de acuerdo a la evolución se verá con cuanto público se podrá jugar y de qué manera. Ahora se viene el invierno, esperamos que la curva de evolución de la pandemia se mantenga en una fase no tan explosiva, pero son circunstancias que hacen difícil dar ahora una respuesta. Tal vez a mediados de junio empezamos a jugar, pero sin público", agregó.

El secretario de Progreso, Fernando Marasco, expresó: "El clásico es un elemento de presión que puede apurar el retorno del fútbol a las canchas. Pero eso recién debe pasar cuando existan las garantías de que puede volver el público".

El directivo del gaucho fue contundente: "Volver a jugar al fútbol con público en las tribunas un gran error. En países con una curva de contagio baja, como Alemania, se están planteando que el público recién pueda volver en diciembre y acá que empezamos con las medidas hace dos meses no nos podemos volver antes que ellos".