Dos hombres que en la noche de este lunes causaron destrozos en el hospital Pasteur y amenazaron a las personas que se encontraban trabajando en el lugar, fueron imputados por los delitos de daño especialmente agravado, atentado agravado y violencia privada agravada y enviados a la cárcel con prisión preventiva por cien días. Asimismo, resta detener a una mujer que aún no fue identificada.
Según detalló el fiscal del caso, Fernando Romano, durante la audiencia que tuvo lugar esta tarde, los dos imputados llegaron al hospital junto a otros familiares luego de enterarse que hasta allí había sido trasladado un hermano de ellos (de 17 años), quien protagonizó un accidente de tránsito cuando era perseguido por la policía. El adolescente, presunto autor de haber hurtado una moto, debió ser trasladado al CTI en grave estado de salud.
Los familiares llegaron a la puerta de emergencia del Hospital Pasteur e intentaron ingresar a la sala donde se encontraba el adolescente, lo que le fue impedido por personal del hospital. En ese momento, insisten “mediante violencia” con ingresar a la sala, pero son desalojados por la policía.
En ese momento el hospital recibió apoyo policial, “previendo el desenlace” del joven accidentado. Sobre las 21 horas, y pese a los esfuerzos de reanimación, el adolescente falleció.
Cuando los médicos informaron de la muerte del joven, los hermanos y otros familiares que se encontraban allí irrumpieron “de forma violenta en la sala del CTI”. Una empleada de seguridad del centro de salud trató de impedir el ingreso de los familiares del adolescente fallecido, pero mediante “amenazas y violencia” siguieron su paso.
Una vez en el CTI empezaron a golpear ventanas y vidrios de una puerta hasta romperlos. Las esquirlas de los vidrios alcanzaron a un paciente que nada tenía que ver con el episodio, lo que provocó que se “descompensara ante esta situación de violencia y el estado de vulnerabilidad en que se encontraba”.
Esa situación no detuvo a los familiares del joven fallecido, quienes acabaron por tirar un cardiodesfibrilador propiedad del Pasteur que se rompió por el golpe.
En ese momento intentaron llevarse el cuerpo del fallecido, mientras amenazaban a funcionarios médicos, técnicos y auxiliares de enfermería y de servicio, así como a pacientes que se encontraban en la unidad. En medio del pánico que se desencadenó en la unidad, la mujer que hasta el momento no pudo ser identificada le reprochó al médico que “habían matado a su hermano al igual que a su padre”.
Los ahora imputados fueron detenidos en ese momento por la policía, y retirados del lugar esposados.
El fiscal decidió solicitar la medida cautelar de prisión preventiva bajo el argumento de que no se entorpezca la investigación, y debido a que “los partícipes, conocen al personal médico y de enfermería, habiendo reprochado a las personas que se encontraban en el CTI, la muerte del adolescente como también así la muerte de su padre, por lo que, se evidencia la existencia de un riesgo para la seguridad de las mismas”.
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