Dos semanas cruciales para saber qué pasará con la soja en Uruguay

En EEUU no para de llover, la siembra de soja se complica y eso está a punto de generar un giro alcista en el mercado, ambientando la duda en productores de Uruguay sobre insistir en la agricultura o que avance la ganadería

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23 de mayo de 2019 a las 16:00

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El mundo en 2019 se encuentra ante una situación inédita de alto stock potencial en granos. Hasta hace dos semanas, la perspectiva era de un prolongado período de bajo precio de los granos principales. Pero las situaciones extremas del clima son el cisne negro que siempre acecha y cuando la catástrofe es de otros, puede generar una oportunidad.

Desde hace dos meses que en las principales áreas agrícolas de Estados Unidos los campos están anegados por la suma de deshielo y lluvias persistentes. Si en esta última semana  de mayo se mantiene la imposibilidad de sembrar en amplias extensiones agrícolas de ese país cientos de miles o millones de hectáreas quedarán sin ser sembradas con trigo de primavera, maíz y soja.

En zonas clave del principal exportador de granos del mundo como Iowa, Illinois, Indiana o Minnesota ya hubo graves pérdidas causadas por inundaciones que en marzo y abril dañaron silos y caminos.

Ahora pueden sumarse las ocasionadas por campos que quedan simplemente sin ser sembrados.

El maíz debería plantarse antes de que termine mayo, la soja antes de la mitad de junio. Pero al lunes de esta semana iba plantado solo 49% del maíz y un área mínima de soja. El mayor atraso en décadas del avance de la siembra.

 

¿Puede eso ser suficiente para aliviar una situación de sobre stocks? 

 

Los precios tuvieron un fuerte rebote la semana pasada y este lunes. Fue alentada la posibilidad de que se quiebre la situación de persistencia de bajos precios en los granos.

 

¿Puede ser suficiente para levantar los precios de los tres granos principales para la zafra 2019/20? 

 

 

 

Hasta el martes parecía que sí. Pero a la tarde del martes Bloomberg reportó un plan del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para subsidiar con US$ 73,5/tonelada para la soja, US$ 23/tonelada para trigo y US$ 2/tonelada para maíz para ponerle más sal y pimienta a un mercado extremadamente volátil. Conocido ese dato los precios se derrumbaron. Con tamaño premio igual se sembraría tardíamente. Pero el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) tuvo que salir a última hora a relativizar ese anuncio y exhortar a los productores a no tomar en cuenta esas cifras –que dijo no se ajustaban a la realidad– en la toma de decisiones de siembra.

El mercado está en un momento de extrema incertidumbre, pero las lluvias siguieron esta semana y la caída de área, así como la merma de rendimiento en algunas sembradas en un lodazal, es casi un hecho.

En soja y maíz Estados Unidos es un actor decisivo. En cambio, en trigo la incidencia de EEUU es algo menor. Y el mundo estará muy bien abastecido cuando se concrete la cosecha de la Unión Europea, la ex Unión Soviética y Canadá. 

Uruguay deberá acentuar su diferenciación en trigo, por ejemplo, para competir en un mundo con reservas récord del cereal, que el USDA proyecta a mediados de 2020 en casi 300 millones de toneladas, un récord absoluto.

Pero también es un récord cuando se consideran las reservas como una proporción del consumo, que se ha ido de 20% en los tiempos de pico de precios a casi 40% proyectados para 2020. Estados Unidos compensa en parte y favorece a la cebada que cotiza referenciada con los precios de Chicago. La expectativa de trigo vuelve a ubicarse dentro de lo muy interesante, ya que un aumento del orden de 10% en el área no dañaría al precio de Uruguay.

En el maíz, hasta hace unas semanas se esperaba la reiteración de una fuerte producción mundial y de Estados Unidos en particular, donde el cereal iba a sustituir área de soja, dada la caída del precio de la oleaginosa. Pero aquí entra en juego el factor clave. Las lluvias no dejan sembrar. La proyección de producción en Estados Unidos suponía un salto en 15 millones de toneladas que no podrá concretarse. Puede que una parte pase a soja, pero si sigue demorándose la siembra, tampoco se sembrará la oleaginosa.

Si las aguas aflojan ya empezado junio, muchos agricultores razonarán que más vale dejar las áreas libres y cobrar el seguro que arriesgar a un mediocre rendimiento por sembrar demasiado tarde. De modo que en lugar de saltar de 366 millones de toneladas a 382 millones de toneladas, la producción maicera de Estados Unidos puede caer en proporciones significativas.

La caída de la producción de soja de Estados Unidos, que ya estaba prevista de 123 a 113 millones de toneladas, se puede acentuar.

Todo se define en las próximas dos semanas y los pronósticos marcan la continuidad de las lluvias.

Una vez más podrá discutirse si se trata de cambio climático o no, pero es llamativo que desde hace dos meses las zonas agrícolas núcleo de Estados Unidos estén soportando inundaciones y lluvias sin parar. Algo más que inusual.

Se trata de un beneficio para la producción agrícola del Mercosur que se proyecta elevada, con Brasil superando por primera vez las 100 millones de toneladas de maíz producidas el año próximo y con un tipo de cambio favorable, tanto en Argentina como Brasil, sosteniendo el crecimiento agrícola.

Aquí en Uruguay aumentará cerca de 10% el área de trigo y también se ve consolidada la perspectiva de la colza, como todas las oleaginosas.

Con una fuerte demanda de carne por parte de China asegurada y buenos precios para el ganado gordo, dos semanas atrás con la soja caída a US$ 270 por tonelada ya se hacían cuentas sobre el avance de la ganadería en las zonas agrícolas de menos potencial, pero si sigue lloviendo en Estados Unidos y la oleaginosa vuelve a ubicarse por encima de US$ 300 por tonelada habrá que poner la toma de decisiones para la siembra de verano en modo “recalculando”.

Los mercados agrícolas están ante una bifurcación decisiva que se define en estos días. Si el clima permite a último momento una siembra normal en Estados Unidos los bajos precios persisten por un año más, por lo menos. Si se cumplen los pronósticos de persistencia de lluvias en zonas clave, la agricultura recupera una perspectiva interesante para la siembra de la próxima primavera.

Más complejo es el panorama en el arroz, donde las reservas mundiales crecen gradual pero persistentemente y se acercan a 35% del consumo total, lejos del 20% que se considera una zona donde los precios se afirman. En este caso, los costos de Uruguay son una amenaza que no ha cesado.

 

 

 

Las cifras
10% puede crecer el área sembrada con trigo en la nueva campaña de cultivos de invierno en Uruguay, por lo que puede estar en unas 220 mil hectáreas (tras las 198,4 mil hectáreas del año pasado con base en las estadísticas oficiales).
49% del área maicera en Estados Unidos se había sembrado al inicio de esta semana, con mayor atraso en el avance de la labor en décadas; en tanto, la siembra de soja apenas se inicio. 
10 millones de toneladas es la caída prevista en forma primaria en la producción de soja en Estados Unidos, de 123 a 113 millones, pero ese descenso se puede acentuar. 
 

 

 

AFP

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