AFP

EEUU está compuesta por dos naciones que apenas se hablan

Va a faltar el espíritu de Watergate entre los espectadores de las audiencias televisadas sobre los sucesos del 6 de enero

Tiempo de lectura: -'

09 de junio de 2022 a las 14:32

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 3 45 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 3 45 / mes

Edward Luce

¿Qué debemos inferir del hecho de que todos los canales de televisión de EEUU hayan retransmitido en directo las festividades del jubileo de la anciana monarca británica, pero que se distanciarán de las audiencias de esta semana sobre un asalto a la democracia estadounidense? La opinión desenfadada es que la corona británica está por encima de la política, incluso en EEUU. La interpretación más sombría es que la supervivencia de la propia democracia estadounidense es ahora una cuestión partidista.

El comité del 6 de enero, que se transmite por televisión a partir del jueves, espera emular las audiencias sobre Watergate que llevaron a la caída de Richard Nixon en 1974. Sin embargo, hasta ahora las diferencias son evidentes.

Todas las cadenas estadounidenses retransmitieron en directo las audiencias de Watergate. Se prolongaron durante meses y las vieron casi tres cuartas partes de los estadounidenses. Fox News, que no existía en la época de Nixon, dijo esta semana que no transmitirá las audiencias sobre los eventos del 6 de enero.

Entre el escándalo de Watergate, que sucedió hace 50 años la próxima semana, y el 6 de enero está la medida de una sociedad transformada. Aunque Nixon acababa de ser reelegido por un amplio margen — la mayor victoria presidencial republicana de la historia, con el 61 por ciento de los votos — el Senado estadounidense votó por unanimidad a favor de la apertura de una investigación sobre el robo de Watergate. Ningún republicano discrepó. La acusación de que el presidente estadounidense podía ser un delincuente era demasiado seria como para tratarla como política normal.

Donald Trump, en cambio, había sido recientemente derrotado en su intento de reelección cuando todos los republicanos, excepto dos, votaron en contra de una investigación de la Cámara de Representantes sobre el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Los dos perfiles de coraje, Liz Cheney y Adam Kinzinger, están ahora probablemente acabados como republicanos. Su partido también logró obstaculizar un intento de crear un comité en el Senado. Ésa es una medida de lo mucho que ha cambiado.

Aquí tenemos otra. Watergate fue un robo en las oficinas del partido demócrata. Nadie murió. El violento asalto al Capitolio cobró finalmente siete vidas. Sin duda, Nixon abusó de sus poderes para espiar a los opositores, robar sus planes electorales y arruinar a cualquiera que se interpusiera. Pero no conspiró para revocar unas elecciones. Parte de la furia de Nixon probablemente surgió de la afirmación de que en las elecciones presidenciales de 1960, su oponente demócrata ganador, John F. Kennedy, se benefició, muy probablemente, de las urnas rellenas de votos falsos en el célebre condado de Cook, en Chicago. Ese mismo año, Nixon reconoció honorablemente su derrota en las elecciones.

Eso no le iba a volver a suceder.

Independientemente de cuál haya sido la psicología de Nixon, exponer lo que había hecho a través de las audiencias televisadas conmocionó a la nación y cambió la opinión de decenas de millones de personas, incluyendo a sus más acérrimos partidarios. Pero fueron los métodos criminales que utilizó para encubrirlo, más que el delito subyacente, lo que hizo cambiar el estado de ánimo de la opinión pública. Trump, en cambio, es un libro abierto. Incitó públicamente a revertir unas elecciones y es propietario de "Detengan el robo" como logotipo de llamado a la acción. Además, no estamos en EEUU de 1973. La mayoría de las personas ya están decididas. Más del 40 por ciento de los estadounidenses están de acuerdo con Trump.

¿Pueden las audiencias del 6 de enero cambiar eso? Parece muy poco probable. Trump fue el primer presidente estadounidense que ha sido sometido dos veces a juicio político y, sin embargo, ninguno de sus juicios en el Senado movió la aguja del apoyo público. No hay razón para pensar que la próxima serie de audiencias sea muy diferente.

Incluso si Mike Pence, su exvicepresidente y héroe improbable del 6 de enero, divulga los secretos de Trump en horario de máxima audiencia, Trump ha conseguido tacharlo de traidor ante sus multitudes de partidarios. En 1973, Howard Baker, el republicano más veterano del comité, preguntó: "¿Qué sabía el presidente y cuándo lo sabía?" En 2022, los republicanos dicen que la investigación es una cacería de brujas, no muestran interés en averiguar qué sabía Trump ni cuándo lo sabía y repiten su afirmación de que Biden es un presidente ilegítimo.

El resultado irónico es la nostalgia por la época de Watergate. Watergate demostró que la república estadounidense podía resistir el asalto de un presidente en funciones popular y muy eficaz. El sistema funcionaba. El 6 de enero demuestra que un expresidente impopular puede vetar el destino de la democracia. La ironía proviene del hecho de que la disminución de la confianza en el gobierno comenzó durante el escándalo de Watergate y ahora está en su nivel más bajo. Aparte de un par de interludios durante la presidencia de Ronald Reagan en la década de 1980 y la de Bill Clinton en la de 1990, la confianza en que el gobierno haga lo correcto en parte o en todo momento ha ido en descenso desde Watergate. Ahora está en su mínimo histórico del 20 por ciento.

Parte de la cura para el odio mutuo partidista actual sería una muestra de la admirable objetividad que mostró el comité del Watergate. Pero el atónito EEUU que obligó a Nixon a renunciar parece estar casi tan perdido en el tiempo como la tiranía real británica que expulsó originalmente. El pasado es otro país, como dice el refrán. El presente de EEUU parece dos naciones diferentes que apenas se hablan.

CONTENIDO EXCLUSIVO Member

Esta nota es exclusiva para suscriptores.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Accedé ahora y sin límites a toda la información.

Registrate gratis y seguí navegando.