Economía y Empresas > SOCIO EN DECADENCIA

El corto romance comercial con Venezuela

Las exportaciones pasaron de US$ 449 millones en 2013 a menos de US$ 20 millones
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14 de octubre de 2018 a las 05:02

En mayo de 2013, pocas semanas después de ser elegido presidente de Venezuela, Nicolás Maduro realizó su primera visita a Montevideo. “Uruguay es un país hermano… y venimos a ratificar el camino de la unión con Uruguay, con el Mercosur, de construcción de un mapa estratégico integral en lo comercial, lo industrial, agrícola, energético, cultural y humano de unión profunda de nuestros pueblos”, dijo en su llegada. 

Ese año, las exportaciones uruguayas hacia el país caribeño alcanzaron los US$ 449 millones y fue el cuarto destino –exceptuando zonas francas–, en orden de importancia. 
El comercio era próspero. Las ventas fueron básicamente de leche en polvo, quesos, carne, manteca y arroz. Años posteriores las hubo de pollos, vehículos, neumáticos o medicamentos. Sin embargo, la realidad desde 2013 hasta la actualidad cambió drásticamente. El año pasado las colocaciones fueron por US$ 19,9 millones y Venezuela no figuró ni por asomo en los listados anuales de compradores de mercadería local. Además, el país se encuentra sumido en una profunda crisis política y económica y el gobierno de Maduro recibe fuertes críticas que cuestionan su proceder de tintes dictatoriales. Uno que ha elegido como blanco a Venezuela es el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.

Pero en aquel mayo de 2013, la situación era otra. Cuando Maduro arribó a la Base Aérea N° 1 del aeropuerto fue recibido por el canciller del gobierno de José Mujica, que en ese momento era Almagro. El 7 de ese mes, Maduro se reunió con Mujica, recibió las llaves de Montevideo y hasta manejó un ómnibus para dirigirse hasta la sede del PIT-CNT donde la dirigencia sindical lo recibió eufórico.

Pero al tiempo los importadores venezolanos comenzaron a retrasar sus pagos por tener restricciones en el acceso a dólares y la divisa estadounidense comenzó una escalada que nunca paró. Se generaron turbulencias económicas y el país comenzó a transitar el sendero de la escasez de alimentos que se mantiene hasta hoy. 

El periplo de los seis o siete años de relacionamiento comercial con el país caribeño puede describirse como de auge y caída. 
Este año, el arroz básicamente fue el producto más colocado con ventas por US$ 17,5 millones; después hubo productos químicos y maquinaria agrícola. 
Arroceras como Saman o Coopar –que el año pasado todavía enviaron mercadería hacia ese país–, en lo que va de 2018 no realizaron operaciones. 

Las empresas que actualmente venden a Venezuela prefieren no hacer muchos comentarios. Algunos de los consultados señalaron que los negocios no son diferentes a los que se desarrollan con otros mercados. “Hace unos días Uruguay vendió dos barcos de arroz a Irak. ¿Te parece que los negocios con Irak son distintos a los de Venezuela? No, son iguales, bien complicados”, comentó un empresario consultado por El Observador

Algunas de las compañías sus negocios a través de brokers internacionales que cierran contratos con Venezuela. De esa manera, los exportadores uruguayos se aseguran a través de ese intermediario el pago de las transacciones. 

Altos precios y pocos productos

En 2014, Venezuela era el destino que mejor precio pagaba por los lácteos uruguayos. Ese año la leche fue el producto estrella con ventas por US$ 146 millones. Entre los principales exportadores estaban Conaprole, Pili y Ecolat. La última se retiró del país un año después y quedaron 400 empleados sin trabajo. Pili, luego de varios intentos por continuar produciendo, en agosto pasado se presentó a concurso de acreedores. Este año, realizó sus últimas ventas a Venezuela por US$ 43 mil. 

Las peripecias por las que pasó Conaprole para cobrar deudas en Venezuela fueron conocidas. Todavía tiene una deuda pendiente por US$ 39 millones generada en 2015. 
 “En la medida que la corriente de comercio no es real y se basa en hechos ficticios, lo más razonable es que llegue un pico y después se caiga; no era real porque los precios que se pagaban eran absurdos. Se terminó aquella fiesta de que todos le vendemos a Venezuela; fue todo una gran mentira”, dijo a El Observador el presidente de la comisión de comercio exterior de la Cámara de Industrias (CIU), Washington Durán. 

Añadió que las “empresas que trataron de hacer negocios legítimos quedaron muy mal porque después sufrieron para cobrar”. Durán indicó que Venezuela ya no tiene capacidad de pago, entonces es muy difícil que se quieran llevar adelante operaciones con ese país, salvo que le aseguren el cobro.

“El que hace negocios tiene que asegurarse que va a poder cobrar, tener una carta de crédito a través de un banco internacional, de primera línea”, sostuvo. “Nunca hay que dejar de mirar un negocio, pero hay que tomar todas las precauciones necesarias, en este caso mucho más que en cualquier otro mercado”, complementó. 

Por su parte, para el decano de la Facultad de Ciencias Empresariales y director del Departamento de Negocios Internacionales de la Universidad Católica, Ignacio Bartesaghi, el problema de Uruguay fue que concentró las exportaciones en pocos productos. 

Para el experto, ese riesgo está en muchos mercados porque “no es solo en Venezuela donde existía una preponderancia exagerada de pocos productos”. En ese sentido, señaló que la industria alimentaria “está muy por debajo de su potencial en términos de diversificación, por lo que incentivar con políticas públicas es un aspecto central para el país”. 

Empresas recuperadas

Algunas empresas autogestionadas por trabajadores apostaron fuerte a Venezuela durante el auge de las exportaciones. En enero de 2014, Funsacoop (ex Funsa) cerró un acuerdo con el gobierno venezolano para exportarle neumáticos por US$ 27 millones. Entre ese año y el pasado la cooperativa figura como exportadora por casi US$ 23 millones. Desde Funsacoop informaron que este año no se realizaron ventas hacia ese país y hubo alguna operación con Paraguay. Según datos aduaneros, Funsacoop colocó en 2018 neumáticos por US$ 62 mil. 
Además, estuvo sin actividad para realizar mantenimiento de maquinaria. El freno de muchas empresas recuperadas acompañó a la crisis venezolana. 

Uno de los ejemplos de autogestión que resistió y se mantiene en actividad es Urutransfor, que fabrica transformadores eléctricos. Pero se mantiene alejada de los negocios con Venezuela. 
Uno de los directivos de la empresa Julio Guardia dijo a El Observador que actualmente la empresa se dedica al mercado interno sin presencia exportadora. Recordó que los últimos registros de venta hacia Venezuela son de fines de 2016 y principios de 2017. 

“En estos momentos no tenemos comercialización con Venezuela, hubo problemas por falta de pago”, explicó. En los últimos meses, como muchas otras empresas, debió enviar al personal al seguro de paro, pero Guardia señaló que para fin de año esperan contar nuevamente con la totalidad de la plantilla que asciende a 34 trabajadores. 

Bartesaghi: “El relacionamiento ideológico enturbió el comercio”

En 2013 y 2014, Venezuela fue el cuarto destino de exportación de Uruguay. ¿Cuál era el fundamento para que Venezuela comprara tanta mercadería uruguaya? 
Venezuela es un gran comprador de alimentos, tiene un mercado de más de 30 millones de habitantes y no cuenta con una industria alimentaria desarrollada y competitiva. En ese sentido, claro que existen fundamentos para exportar alimentos más allá de las dificultades logísticas siempre presentes en América del Sur. El problema de Uruguay, fue que las ventas se concentraron en escasos productos, fundamentalmente lácteos y con operaciones de comercialización complejas, ya que en la Venezuela de Hugo Chávez y Nicolás Maduro el gran comprador es el Estado a través de sus distintas agencias nacionales.

¿El relacionamiento político- ideológico de los dos gobiernos puede haber contribuido a “inflar” el comercio bilateral? 
 El relacionamiento ideológico no solo infló el comercio sino que lo enturbió, especialmente por lo que mencionaba anteriormente respecto a que el gran comprador es el Estado. El debilitamiento institucional en el país y las cada vez más complejas medidas comerciales y financieras que restringían el comercio, impedían que los privados pudieran operar sin dificultad, lo que derivó en la necesidad de contar con contactos de alto nivel para poder concretar las exportaciones. Sin lugar a dudas esta lógica se dio en el gobierno de José Mujica, lo que hizo posible sostener un negocio de exportación que no hubiera sido viable de otra forma. Ahora, se trata de una modalidad poco transparente, que generó cuestionamientos que siguen sin esclarecerse hasta hoy. Además, las empresas involucradas (que eran muy pocas) comenzaron a tener problemas crecientes para cobrar las ventas, situación que se aceleró con la crisis económica y social actual. 

¿Era previsible que Venezuela llegara a esta situación? 
Naturalmente que era previsible, lo que ocurre es que cuando uno le vende al Estado considera que las condiciones no van a cambiar, lo que fue un error de cálculo. Desde años atrás el mercado de Venezuela mostraba una enrome dependencia del precio del petróleo para mantener su crecimiento económico, además que era evidente el deterioro económico, institutucional que derivaría en una crisis social generalizada. En definitiva, el gobierno de Mujica subestimó las variables de riesgo por ponderar una relación política que llevó a la acumulación de deudas hasta el corte abrupto de la relación comercial. Además, la agenda comercial con Venezuela se mezcló con la política y eso hizo más compleja la situación. En paralelo el país entró en una enorme crisis humanitaria por las políticas de Maduro, lo que hoy hace prácticamente imposible comerciar con este mercado.
 

¿Qué se puede esperar en materia de intercambio comercial? 
En la situación actual y hasta que no sea vea modificada la crisis política, económica y social, las oportunidades de negocios serán muy acotadas. Eso no quita que se trata de un mercado muy interesante donde la venta de alimentos es clave.

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