Juan Ignacio Caviglia: el emprendedor uruguayo que no se queja en Silicon Valley

La pandemia ayudó al emprendedor a valorar momentos que antes no podía disfrutar por el trabajo

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20 de junio de 2021 a las 05:00

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Hace cinco años, Juan Ignacio Caviglia fundaba junto a su hermano Luis, la empresa Meitre. La plataforma -que tiene su base en Palo Alto, California- se dedica a la reserva de mesas en restaurantes de alta gama. 

El constante crecimiento de Meitre y la tenacidad de sus fundadores, logró la captación de una inversión por US$ 1,6 millones de fondos de Silicon Valley. 

Actualmente, Juan Caviglia vive en California junto a su familia. Por fuera del horario de trabajo, el emprendedor se dedica a disfrutar sus espacios de distracción, uno de los salvatajes que tuvo desde que comenzó la pandemia. 

Más allá de las idas y vueltas que suele tener una start up, la cual está compuesta de muchos momentos de incertidumbre, el inicio de Meitre fue con bastante éxito. 
Caviglia contó que fue el coronavirus lo que les significó un parate importante, dado que el rubro gastronómico es de los más golpeados.  

Sin embargo, prefiere mirar el medio vaso lleno. Entiende que tiene alrededor muchas cosas positivas, lo que lo ayuda a tomar impulso para seguir. En medio de la crisis, lo que nunca se negoció fue el esfuerzo para tratar de salir adelante.  

Además, al estar inmerso en un mundo de emprendedores como es Silicon Valley, las ganas de saltar cualquier obstáculo, emergen casi que por sí solas.  

“Si vos querés jugar al fútbol y te vas para un lugar que en cada esquina haya una pelota, siempre te van a dar ganas de continuar”, enfatizó.  

¿Cómo fue su experiencia de irse a otro país? 

Muchos desafíos, esa es la primera reflexión. Lo otro es que tenés que reinventar tu vida en las pequeñas cosas. Lo grande está resuelto: evidentemente vas a conseguir una casa donde ir a dormir de noche. Pero en las pequeñas cosas hay mucha fricción.  

Este semana justo me pasó que mi hijo más chico tiene que ir al oculista, y si estuviera en Uruguay yo sé a quién llamar para que lo atienda. Y desde eso, hasta dónde ir a comprar determinadas cosas para la casa o dónde está determinado parque para ir con los chicos. 

Cuando te vas tenés que generar conocimiento de las cosas que suelen hacer de la vida algo un poco más sencillo. 

¿Y desde el punto de vista profesional? 

Espectacular. Rodeado de muy buena gente, de lo que veníamos buscar.  

¿Cómo fueron los primeros años?  

Para nosotros fue un poco al revés. Es decir, durante los primeros años crecimos a un buen ritmo pero en la pandemia fue cuando más nos frenamos. Fue nuestro gran escollo, digamos. Pero no es más que una situación difícil, la cual estamos afrontando.  

Con respecto a los primeros años, no fueron momentos muy complicados. El emprendedor, que vive día a día, no mapea todos los problemas que va a tener en el mediano y largo plazo porque se vuelve loco. En líneas generales, no nos podemos quejar de nada. 

Lo que más nos contó fue a nivel personal, dada la distancia que tenemos con nuestra familia de Uruguay. Eso cada tanto te invita a reevaluar algunas decisiones.  

¿Cómo los afectó la pandemia?  

Yo no soy de mirar mucho el medio vaso vacío, sino que al contrario. Incluso miro para atrás, los peores meses, y me quedo con lo positivo. 

Particularmente, donde estamos es muy agradable para andar en bicicleta y hacer deporte, entonces esos momentos de distracción fueron clave para tomar impulso.   Obviamente que fue un desafío pero no me quejo. No soy de quejarme.  

¿El hecho de ser emprendedor lo ayudó?

Sí, estamos bastante acostumbrados a lo inesperado. Siempre digo, sin querer ofender a nadie y sin ponerme en un lugar diferente, el emprendedor es diferente a un empresario. 

El empresario no es necesariamente un emprendedor, muchas veces este último se convierte en un empresario pero puede que no.   

¿Qué significó llegar a Silicon Valley?  

Acá, lo más positivo es que hay mucha gente en lo mismo. Una vez por mes, tengo una llamada con otros 10 emprendedores que están en la misma. Ayer fui a tomar un café con una chica emprendedora. Es decir, estoy muy rodeado porque hay volumen. Me siento como un pez en el agua.   

Y estoy muy contento con lo que está pasando en Uruguay ahora gracias a dLocal, porque lo necesitan para que se genere cada vez más masa crítica.  

¿Volvería a Uruguay?  

No sé… no sé. Pensá que yo tengo hijos chicos y mis decisiones no son tan impulsivas como cuando tenía 25 años. 

En ese momento, me preguntabas y te respondía que el mes que viene me iba por seis meses para después volver.  En otra etapa de la vida, esa opción estaba.  l

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