El ladrón de deliveries que roba todas las noches desde su casa pese a estar identificado

El hombre comenzó con esta modalidad de robos en octubre del año pasado y cuenta con más de una denuncia por esta razón. La primera ocurrió en noviembre. El viernes pasado, la tensión llegó a un punto máximo cuando la policía llegó al lugar y se lo llevó detenido. Horas después lo liberaron aunque, según fuentes del Ministerio del Interior, se encuentra emplazado. Informantes de la Fiscalía dijeron a El Observador que cuenta con varios antecedentes por hurto y otros delitos. Pese a eso, sigue cometiendo robos a deliveries bajo la misma modalidad. 

Si bien la forma del robo es la misma, tiene algunas variaciones. Una de ellas fue, por ejemplo, mentir sobre su nombre o dar la dirección de otro apartamento en su mismo edificio a la hora de hacer el pedido. Cuando el repartidor tocaba bocina, él bajaba y retiraba la comida, pero el trabajador reclamaba el pago a otro apartamento. En otros casos, arrollaba un billete de $ 20 que tiraba a los repartidores, fingiendo que daba el pago completo. 

Según pudo saber El Observador, este lunes pidió una milanesa napolitana con puré bajo un nombre falso. Una vez que llegó el repartidor, pasadas las 23 horas –horario en el que suele operar el delincuente– el hombre amagó con que pagaría con tarjeta, pero volvió a entrar al domicilio antes de que el pago fuera aceptado. Pero la tarjeta fue denegada por falta de fondos. El hombre no volvió a salir a la calle y el repartidor entregó el comprobante en el comercio junto con una nota en la que daba cuenta que el cliente no quiso pagar.

Este martes, volvió a robar, esta vez, a dos repartidores. Llamaron a la policía, pero antes de que los funcionarios llegaran, se reunieron con otro más y le tiraron piedras a su apartamento. El altercado duró casi dos horas, hasta que comenzó a llover y los deliveries se retiraron. 

Según supo El Observador basado en fuentes del rubro gastronómico, se han registrado casos similares en ese mismo barrio y también en Malvín Norte. En estos casos los supuestos compradores hacen el pedido y dicen que pagarán en efectivo, algo que después no hacen: agarran la comida, entran en sus casas con la promesa de ir a buscar el dinero pero no vuelven a salir.