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El Mundial no frena la historia: lo que pasó en Uruguay mientras se jugaron las Copas del Mundo

Las copas del Mundo lo invaden todo pero conviven con sucesos políticos: la ley de Caducidad, abucheos a Seregni, corridas bancarias y discusiones electorales

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12 de noviembre de 2022 a las 08:48

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La historia no deja de escribirse nunca, ni siquiera durante los mundiales. Aunque a veces parece que el tiempo se desacelera cuando rueda la pelota, las cosas —quizá más inadvertidas— siguen pasando. 

Además de goles con la mano, atajadas memorables y penales en la hora, la vida de los mundiales está acompañada de elecciones, guerras, discusiones trascendentales y pequeños sucesos que se ganan un lugar en la historia.

Desde el retorno de la democracia, se disputaron nueve mundiales —Qatar será el décimo—. En los de 1994, 1998 y 2006 Uruguay no participó y los seis restantes trajeron suertes dispares, tanto en la cancha como en casa.

En los diarios, los suplementos deportivos convivieron con homicidios, corridas bancarias y devaluaciones, presos que murieron calcinados, tensiones políticas y debates emblemáticos en el Parlamento.

Como es el primero que se juega en el final del año, el Mundial de Qatar no tendrá las clásicas discusiones sobre las rendiciones de cuentas o los planes para paliar el frío. 

Será el Mundial de la reforma jubilatoria, que el oficialismo pretende aprobar en el Senado antes de fin de año. Los legisladores pararán para ver los partidos de Uruguay, pero después cambiarán los partidos en vivo por discusiones sobre pensiones, cajas paraestatales y tasas de reemplazo. 

Tampoco se detendrán las investigaciones sobre Astesiano ni los ecos de una sesión secreta en el Parlamento ni la engorrosa trama que ahora ocupa a la Justicia. Falta ver si el espíritu de unidad del fútbol concede un alto el fuego en la tensión entre oficialismo y oposición que caracterizó los últimos meses. 

México 86

AUF
Uruguay contra Argentina en México 86

Dejó más penas que glorias a la selección uruguaya, que sufrió momentos humillantes y se volvió en octavos de final tras perder con la Argentina de Diego Maradona.

Aunque los uruguayos tardarían en olvidar y perdonar el inverosímil pase de Eduardo Acevedo al delantero contrario Pedro Pablo Pasculli, muy pronto se enfrascarían en uno de los debates más significativos de la época posdictadura y que llevaba a otro nivel el concepto de dejar atrás el pasado: la ley para que caducaran los delitos contra los derechos humanos cometidos durante la dictadura.

Desde principios de año, varios oficiales habían sido llamados a declarar y eso alimentaba los miedos de una sublevación. El 11 de junio, tres días después de que Fernando Álvez fuera vapuleado por los daneses, el presidente Julio María Sanguinetti se reunió con el líder nacionalista Wilson Ferreira Aldunate y ambos coincidieron en que era necesario “un gran entendimiento nacional”. Al otro día, Ferreira recibió en su casa a Líber Seregni, líder del Frente Amplio, para conversar sobre el tema. Los altos mandos militares le habían hecho saber al gobierno que aceptarían una amnistía, lo que implicaba un cambio respecto a su postura. Con el Mundial ya terminado y el verdugo de Uruguay coronado como campeón, el Ejecutivo presentó el proyecto de amnistía para los delitos cometidos por los militares y policías durante la dictadura. El 22 de diciembre se aprobó la ley de Caducidad, que marco el final del debate legislativo, pero el principio de una larga historia que todavía continúa.

Italia 90

@AUF
Oscar Tabárez y el cuerpo técnico uruguayo en Italia 90

Uruguay viajó a Italia ilusionado con que las figuras a disposición del técnico Óscar Tabárez, como Enzo Francescoli, Ruben Sosa y Ruben Paz, podían devolver a la celeste a los papeles protagónicos de los mundiales. 

Las aspiraciones de la selección se hicieron trizas con dos goles de Italia en octavos de final, mientras la política nacional vivía momentos de conflictividad social. El gobierno de Luis Alberto Lacalle Herrera, que recién se acomodaba la banda de presidente, recibió una economía con un déficit creciente y una inflación de 129% anual, que lo llevó a implementar un severo ajuste fiscal enfrentado a una férrea resistencia sindical y política. Para los dos mundiales siguientes, Uruguay ya no estaría entre los participantes, pero su inflación se había reducido a 44% en el primero y a menos de 10% en el segundo.

Durante la fiebre mundialista, el gobierno de Lacalle ajustaba los últimos detalles de la polémica venta del Banco Comercial a los hermanos Carlos y José Röhm, y empezaba a delinear la disputada ley de Empresas Públicas, que entró al Parlamento en setiembre de ese año.

En otro terreno, la Copa del Mundo opacó una noticia que marcaría un hito de lo que tiempo después se conocería como inclusión financiera. El 14 de junio, cuando las tapas deportivas mostraban el penal errado por Ruben Sosa en el debut contra España, abría en Uruguay el primer cajero automático, de la marca RedBanc.

Estados Unidos 94

DANIEL GARCIA / AFP
Diego Maradona en el Mundial de 1994

La ausencia de Uruguay en el Mundial de 1994 en Estados Unidos no impidió que en estas tierras se siguiera con atención un torneo plagado de momentos históricos, pero también dejó en bandeja el protagonismo a los políticos de todos los partidos, que ya encendían los motores para iniciar una de las contiendas electorales más reñidas de la historia del país.

El Partido Nacional se debatía entre el continuismo de las políticas herreristas o la apertura de nuevos caminos; el Partido Colorado, a empuje del expresidente Julio María Sanguinetti, buscaba retomar al poder; y el Frente Amplio (FA) también vivía días turbulentos. 

En pleno Mundial, la coalición de izquierda realizó su Congreso Nacional, en el que definió a Tabaré Vázquez como candidato a la Presidencia, que ya comenzaba a afianzar su liderazgo. Líber Seregni, por entonces presidente del FA, fue abucheado por los sectores radicales durante el Congreso. “No queremos barrabravas en el Frente Amplio, ya vemos el mal que hacen”, dijo Seregni, en alusión a un hecho trágico que había ocurrido cinco días antes de que empezara el Mundial. El 12 de junio, antes de que se disputara el clásico del fútbol uruguayo, un grupo de hinchas de Peñarol asesinó a Diego Posadas, un joven de 16 años hincha de Nacional. La AUF suspendió el fútbol por una semana y la Policía dispuso nuevas medidas, aunque la violencia en las canchas seguiría siendo tapa de diarios durante muchos años más.

Francia 98

AFP
Una escena de Francia 1998

La canción de Ricky Martin sonaba en las radios, las escuelas y los boliches, y eso era lo más cerca que podía estar Uruguay del torneo que se disputaba en Francia.

Desde el sistema político, especialmente en el gobierno liderado por Sanguinetti, las miradas apuntaban a Brasil, cuya economía empezaba a mostrar signos de deterioro mientras avanzaba hacia la final del torneo . 

Al margen de la crisis, Brasil también recibía por primera vez un producto novedoso que solucionaba la impotencia masculina. Los uruguayos, quizá aburridos por un Mundial que les era ajeno, se acercaron a la frontera y agotaron el stock de Viagra.

En el panorama electoral, el Encuentro Progresista impulsó un referéndum para derogar la ley de marco regulatorio del sector energético, pero no llegó a los votos para llamar a consulta. Solo el 22% concurrió a votar —se requería 25%— el miércoles 17 de junio, lo que dejó a la iniciativa por el camino. Parece difícil atribuir la baja concurrencia a la coincidencia con los partidos entre Chile y Austria, e Italia y Camerún, por fase de grupos.

Corea - Japón 2002

Uruguay jugó el Mundial de 2002 mientras el país entraba en crisis

El esperado retorno de Uruguay a un mundial tras 12 años de ausencia se vio opacado por el avance de la crisis financiera, la más severa que vivió el país en toda su historia. Mientras se jugaba el Mundial —ese que tuvo a los uruguayos madrugando en los partidos contra Dinamarca y Francia, y aguantando el sueño contra Senegal—, el desempleo rozaba el 20%.En el partido inaugural, el dólar valía $ 16,580. Cuando Brasil levantó la copa, ya estaba a $ 18,510, y en cuestión de meses pasaría la barrera de los $ 30.

Las noticias económicas, desde el abandono del sistema de banda de flotación del dólar hasta medidas de achique del Estado, desplazaban a las deportivas en las tapas de los diarios. Durante los pocos días que Uruguay mantuvo la ilusión de avanzar en el torneo, muchos estaban más pendientes del índice de riesgo país que de la tabla de posiciones mundialista. Uruguay cerró junio con 2 puntos en el Mundial —solo en 1974 había tenido una actuación peor— y 1.358 puntos en el riesgo país, que ya superaba los máximos históricos.

Alemania 2006

Argentina en Alemania 2006

Aunque los uruguayos volvieron a verlo desde afuera, el de 2006 fue el primer mundial que el país vivió bajo un gobierno de izquierda, de la mano de Tabaré Vázquez. Y fue el primero sin humo de tabaco en los bares.

Mientras la pelota rodaba por las canchas de Alemania, el exdictador Gregorio Álvarez pisó un juzgado por primera vez para declarar como testigo por la desaparición en la dictadura de Washington Barrios. También fue el turno de Juan María Bordaberry, quien, después de haber sido citado en junio por primera vez, fue procesado por la jueza Graciela Gatti el 20 de diciembre de 2006.

Seguramente muchos uruguayos hayan festejado la actuación del arquero alemán Jens Lehman, quien —papelito mediante— atajó dos penales a Argentina —con un joven Messi en el banco—, amargando a los ambientalistas que continuaban cortando la frontera con Gualeguaychú y Colón. Durante el Mundial, Uruguay presentó una queja formal ante el Mercosur por ese motivo y en el gobierno discutían qué hacer con un posible tratado de libre comercio por fuera del bloque regional. Por esos días, un grupo de ambientalistas protestaba por la instalación de la planta de celulosa en Fray Bentos.

Sudáfrica 2010

Sudáfrica 2010 dejó escenas memorables para un país que disfrutaba de un nuevo impulso económico

Uruguay llegó a Sudáfrica por la ventana y con poca expectativa. Sin embargo, el equipo de Forlán, Suárez y Cavani, comandado por Óscar Tabárez, sorprendió a todos y llegó a semifinales desatando días de festejos en las calles y algarabía generalizada, que se condijo con un furor consumista apalancado por el crecimiento de la economía.

En plena racha ganadora uruguaya, los piqueteros de Gualeguaychú suspendieron los cortes en los puentes y pusieron fin a cinco años de conflicto en la frontera con Argentina. 

Pero en medio del jolgorio por el desempeño de la selección, también hubo lugar para la tragedia. En la madrugada del 8 de julio se desató un incendio en la cuadra 2 de la cárcel de Rocha, donde dormían 20 presos, 12 de los cuales murieron.

El hecho motivó la primera interpelación a un ministro de Mujica y la primera de muchas para Eduardo Bonomi, que había asumido recientemente como ministro del Interior. 

Brasil 2014

AFP
La hinchada uruguaya en Brasil 2014

El mundial en el que Luis Suárez —y un país detrás de él— pasó del infierno, al cielo y al infierno de nuevo encontró a Uruguay en pleno fervor de campaña electoral, con dos diferencias sustanciales respecto a la copa disputada 20 años atrás. Primero, la participación de Uruguay. Segundo, las elecciones internas de junio, que en 1994 no existían.

Solo dos semanas antes de debutar contra Costa Rica, los uruguayos acudieron a las urnas para definir los candidatos a la Presidencia. Esa jornada terminó de dibujar el mapa hacia las elecciones de noviembre. En el Frente Amplio, Tabaré Vázquez se consolidó como candidato y Raúl Sendic empezó a perfilarse como su compañero de fórmula. En el Partido Nacional, Luis Lacalle Pou dio la sorpresa y le arrebató la candidatura a Jorge Larrañaga, quien terminaría siendo el candidato a vicepresidente por el Partido Nacional. 

Rusia 2018

Diego Battiste
El público en Montevideo mirando a Uruguay en Rusia

El mundial más fresco en la memoria está asociado al principio del fin de dos ciclos: el de Tabárez al frente de la selección, y el de 15 años de gobiernos frenteamplistas.
Cada uno a su modo y en sus respectivos contextos, ambos procesos empezaban a mostrar señales de agotamiento. 

Mientras la celeste avanzaba hasta toparse con la Francia que luego saldría campeona, en casa, Mujica le bajaba el pulgar a Astori como candidato y, quizá inspirado en la liturgia futbolera, confundía a todos con su danza de nombres para la interna frenteamplista. Sin embargo, al mismo tiempo, el MPP y Asamblea Uruguay coincidían en el Parlamento para cerrar una compleja Rendición de Cuentas, y la oposición daba sus votos para aprobar el TLC con Chile, que miraba la copa desde fuera. Como en 1994, los cajeros volvían a ser noticia, esta vez a raíz de un decreto que los obligaba a instalar sistemas de entintado antirrobo. 

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