El papa invitó a vivir la Semana Santa con intensidad espiritual
Francisco recomendó el servicio y la entrega de uno mismo
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21 de marzo de 2016 a las 05:00
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El papa Francisco presidió la tradicional celebración del Domingo de Ramos y la Pasión del Señor en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, y ofreció a los fieles una homilía en la que lamentó que haya mucha gente que no asuma la responsabilidad del destino de los refugiados.
En esta jornada, celebración previa a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, el pontífice recordó que, de camino a la cruz, Jesús "experimenta en su propia piel también la indiferencia, pues nadie quiere asumir la responsabilidad de su destino".
"Pienso en tantos marginados, en tantos refugiados... y también en tantos que no quieren asumir la responsabilidad de su destino".
Ante los miles de fieles procedentes de todas partes del mundo que acudieron a la plaza vaticana a escucharle, recordó cómo cuando Jesús de Nazaret entró a Jerusalén "la muchedumbre" lo acogió con "entusiasmo, agitando las palmas y los ramos de olivo" y al grito de "¡Bendito el que viene en nombre del Señor!". Pero a su entrada triunfal le siguió una "humillación" que "parece no tener fondo" y que fue la que experimentó durante la Pasión.
Su ejemplo debe servir a los católicos para "elegir su camino: el camino del servicio, de la donación, del olvido de uno mismo" y "aprender el amor humilde, que salva y da la vida, para renunciar al egoísmo, a la búsqueda del poder y de la fama".
Al final de la celebración, Francisco se dirigió a los jóvenes y los invitó a ir a la Jornada Mundial de la Juventud que habrá en Cracovia a mitad de año: "Espero que puedan venir en gran número a Cracovia, patria de san Juan Pablo II, iniciador de las Jornadas Mundiales de la Juventud".
Al concluir, el papa deseó que la gente viva "con intensidad espiritual la Semana Santa".
En esta jornada, celebración previa a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, el pontífice recordó que, de camino a la cruz, Jesús "experimenta en su propia piel también la indiferencia, pues nadie quiere asumir la responsabilidad de su destino".
"Pienso en tantos marginados, en tantos refugiados... y también en tantos que no quieren asumir la responsabilidad de su destino".
Ante los miles de fieles procedentes de todas partes del mundo que acudieron a la plaza vaticana a escucharle, recordó cómo cuando Jesús de Nazaret entró a Jerusalén "la muchedumbre" lo acogió con "entusiasmo, agitando las palmas y los ramos de olivo" y al grito de "¡Bendito el que viene en nombre del Señor!". Pero a su entrada triunfal le siguió una "humillación" que "parece no tener fondo" y que fue la que experimentó durante la Pasión.
Su ejemplo debe servir a los católicos para "elegir su camino: el camino del servicio, de la donación, del olvido de uno mismo" y "aprender el amor humilde, que salva y da la vida, para renunciar al egoísmo, a la búsqueda del poder y de la fama".
Al final de la celebración, Francisco se dirigió a los jóvenes y los invitó a ir a la Jornada Mundial de la Juventud que habrá en Cracovia a mitad de año: "Espero que puedan venir en gran número a Cracovia, patria de san Juan Pablo II, iniciador de las Jornadas Mundiales de la Juventud".
Al concluir, el papa deseó que la gente viva "con intensidad espiritual la Semana Santa".
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