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El paraíso de los gunas

San Blas es un conjunto de islas pertenecientes a una comunidad indígena de Panamá, que compiten en belleza con cualquier destino reconocido del Caribe
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29 de octubre de 2017 a las 05:00
Los rascacielos y el bullicio de una ciudad como Panamá, caracterizada por el turismo de compras, dejan lugar a un verdadero paraíso natural y agreste. A casi tres horas de la zona hotelera se llega hasta el Puerto de Cartí, en el noreste del país, no sin antes atravesar un camino sinuoso de poco más de una hora, con curvas que podrían marear a algunos, pero que vale la pena experimentar.
Antes de llegar al puerto, es necesario pasar por una frontera que permite ingresar a la comarca Guna Yala, propiedad de los indígenas gunas. Esta línea delimita una zona semiindependiente dentro de Panamá.

San Blas, como se conoce popularmente al archipiélago, está compuesto por 365 islas, de las que 36 están habitadas. Al llegar al puerto, el turista debe esperar hasta que una lancha lo traslade a la primera isla que va a visitar, Perro Chico, en un viaje de 30 minutos en el que es posible conocer otras islas habitadas por los gunas. La misma lancha que lleva a los turistas oficia de "transporte público" para ciertos isleños, que luego de hacer compras en la ciudad vuelven a sus hogares.

Además de la isla Perro Chico, las excursiones recorren otras dos: la Wailidub, en donde los turistas pueden degustar durante la hora del almuerzo la pesca del día u otro plato con carne o pollo, y la piscina de las estrellas, a la que se la presenta como una piscina natural pero es una isla hundida con un metro de profundidad. Allí se pueden encontrar estrellas de mar, con las que los turistas suelen tomarse fotos. La recomendación: no sacar a las estrellas del agua porque se mueren. A rajatabla, todos los turistas siguen la indicación del guía local.

Lo que resta es disfrutar del paisaje de una playa típica del Caribe. Arena blanca, agua cálida, turquesa y sin oleaje, palmeras que brindan una sombra disfrutable cuando se está lejos del mar. A diferencia de otros sitios del Caribe más explotados turísticamente, en estas islas uno puede encontrar mucha tranquilidad, sin nada que interrumpa un momento de relajación.

Además son islas pequeñas, por lo que pueden caminarse en su totalidad sin problemas. El mar es seguro en la orilla para los niños, aunque suele haber corrientes que pueden tomar de sorpresa a algún desprevenido. Sin embargo siempre hay alguna isla cerca; si mira a su alrededor, encontrará más palmeras y cabañas. Siempre y en cualquier dirección.

En manos indígenas

Los gunas tienen jurisdicción propia desde 1925, y en el archipiélago habitan 85 mil personas. El Congreso General Guna es la máxima autoridad política, que se reúne dos veces al año. Pese a ser una comunidad indígena, muchos de ellos trabajan en la ciudad, estudian allí, y han adquirido costumbres típicas. Con los turistas hablan español, pero entre ellos utilizan su propio idioma, algo que genera curiosidad entre los extranjeros.

La economía de la comarca de Guna Yala se basa principalmente en la agricultura, la pesca, la producción de artesanías, y el turismo, actividad que comenzaron a explotar hace menos de 10 años, por lo que aún es un destino desconocido para muchos viajeros. Si quiere volver a casa con un suvenir del lugar no va a ser posible, ya que no hay puestos que vendan este tipo de cosas. Tal vez sea el único debe que se le puede plantear a este lugar.

Dónde hospedarse

Puede ir a pasar el día a San Blas, en una buena oportunidad para entrar en contacto con los gunas. Cuando escuchan a alguien hablar español desean entablar una conversación y contar alguna de sus tradiciones, las que mantienen y las que han perdido. Dicen "nuestros abuelitos" para referirse a los fundadores de la comarca, y se apasionan también preguntando costumbres típicas de la cultura de donde proviene el turista.

También hay opciones para hospedarse en cabañas o alquilar carpas, que van desde los US$ 40 por noche con desayuno, almuerzo y cena incluida. La experiencia de dormir bajo las estrellas de este paraíso tropical debe ser algo imperdible. Es importante llevar todo lo necesario antes de subirse a la lancha, como medicinas, agua y alimentos, en caso de no querer consumir los de la isla, entre otros, porque allí no hay lugares para comprar estos insumos. Solo resta disfrutar de la experiencia. Más que recomendable realizar este paseo antes o después de visitar el canal de Panamá y los shopping, recorridos turísticos típicos de ese país.

Claves

Precios. La excursión por el día, sale US$ 110 e incluye el traslado y el almuerzo. A eso se debe agregar US$ 20 de impuesto para ingresar a la comarca Guna Yala.

Época del año. En cualquier momento el clima permite disfrutar una temperatura que ronda entre los 29 y los 32 grados.

Compras. En las islas a las que acceden los turistas es posible comprar agua, protector solar, sombreros y algunas prendas típicas de playa.

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