Diego Battiste

El punch motivacional de "Maravilla" Martínez: "la crisis hace a los mejores"

El argentino brindó una charla en Montevideo para incentivar a vendedores en tiempos de adversidad

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19 de mayo de 2019 a las 05:00

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Por Carolina Fernández
Especial para El Observador

Por ser un ejemplo de superación y rebeldía frente a situaciones adversas. Esa es la razón que esgirme el director de Marketing de Pagnifique, Pablo Barcelona, para haber traído a Montevideo a Sergio “Maravilla” Martínez, ex boxeador argentino, con el objetivo de servir de motivación en una charla para distribuidores, comerciantes y representantes de grandes superficies. “Su historia es inspiradora, puede darles la energía necesaria para mejorar sus ventas y cumplir sus objetivos”, manifestó Barcelona.

“Maravilla” Martínez nació en una humilde familia de Avellaneda en 1975 y en 1990 comenzó a entrenar con su tío en un gimnasio del barrio de Quilmes. Logró ser campeón mundial de peso mediano y peso mediano ligero, ganó 49 peleas con 28 nocauts, tuvo dos derrotas y dos empates. Luego de 17 años, en 2014, se retiró y en los últimos años se introdujo en el mundo empresarial “casi por accidente”.

¿Qué lo llevó a ser conferencista? ¿cómo fue el proceso para llegar a eso?

Fue a raíz de una entrevista que al parecer tuvo trascendencia que me empezaron a proponer dar charlas. Así se fue corriendo la bola y hoy ya brindé más de 500 charlas recorriendo toda Argentina. Fue como un efecto dominó, salió bien la primera y empezaron a caer las demás.

Al principio contaba bastante lo que me pasó en la vida que ha sido una montaña rusa de emociones: un día estaba trabajando en la puerta de una discoteca y al otro estaba levantando un cinturón mundial; eso no suele suceder habitualmente. Pasaron ya cinco años de la primera charla y nunca una fue igual a la otra.

Hay tres o cuatro puntos en los que me apoyo: la actitud, la bondad y el objetivo de vida. Mi charla no dista mucho de otros conferencistas, solo que yo cuento experiencias propias.

¿Qué busca transmitir en relación al concepto de actitud?

Que todos podemos tener aptitudes, un talento, una cualidad innata, pero es un porcentaje mínimo, si no tenemos actitud, no hay nada. Es importante acumular experiencia, pero si no hay actitud falla el talón fundamental. Si no tengo ganas de lograr algo, no lo voy a lograr jamás. La diferencia entre el ‘crack’ y el mediocre lo marca la actitud, la manera de ser de cada uno.

¿Es una cualidad que se está perdiendo?

No creo que se esté perdiendo, la sociedad va evolucionando.  Cuando das una charla en una escuela, ves que los chicos son mucho más rápidos que nosotros, pero los chicos siempre son más rápidos; también fuimos más rápidos que los grandes. Tampoco es cierto cuando me dicen “antes el deportista se implicaba más”: siempre hubo gente que no hacía nada. Siempre hubo gente muy talentosa en la historia, solo que se trata de casos puntuales, hay un Messi, un Obama. El tema de la actitud va por otro lado, hay gente que no quiere ser líder o jefe y eso está bien también. Lo importante que digo siempre es que no olvides que el camino está en la recompensa, disfrutar del camino.

Diego Battiste

¿Cómo aplicá lo que aprendió del boxeo?

El boxeo crea un temple interno, está cargado de derrotas, un montón de golpes. La gente menciona en general lo golpeado que quedó tal o cual boxeador, siempre se recuerda eso.

¿Más que los triunfos?

Muchísimo más, porque la gente se queda con la última imagen de la lucha y suele ser triste. El boxeador no se retira ganador, nunca, siempre se retira porque hay una derrota, contra un tipo más joven o contra el tiempo. El boxeo te da un temple interno que te ayuda a levantarte cuando te caes; no te hace fuerte con los demás, te hace fuerte con vos mismo.

¿Cómo manejás las derrotas?

Ah, me duelen un montón. En lo deportivo nunca me gustó perder, nunca, nunca, soy muy competitivo. Pero las acepto y felicito al que me ganó.

Están las otras derrotas de la vida que son las que duelen en serio: la mentira, la traición, esas rompen la confianza. Igualmente con el tiempo aprendí a aceptar porque no dependen de mí. La culpa no es mía por haber confiado, es del otro por haber traicionado esa confianza.

¿Qué mensaje principal le dio al grupo de Pagnifique, teniendo en cuenta la situación económica actual del país?

Que en la vida estamos para luchar. Varias veces uno piensa cosas como que estamos en la parte final de Sudamérica y acá cuesta mucho todo, hay que remar en dulce de leche y no por lo dulce sino por lo pesado. Pero si uno nace en el primer mundo también tendrá que luchar, porque la vida está para luchar. Creo que el mundo se divide en dos, entre los que luchan y los que lloran. Si luchas y luchas no es garantía de que vas a tener éxito, pero si llorás está garantizado que vas a fracasar, porque el fracaso es interno.

Lo que tenemos es una crisis de conciencia, por algo se venden más antidepresivos, se venden más balas que libros. Pero es el mundo que tenemos, creo que es una cuestión lógica de la decadencia financiera. No está tan mal tener una crisis, porque las crisis hacen a los mejores, ayudan a luchar para intentar levantarte. Si vivimos en un mundo maravilloso donde no hay problemas de ninguna índole, donde no hay inconvenientes, eso crea decadencia porque la gente se acomoda en la zona de confort y esa zona tiene que ser simplemente un reparo para descansar. Está bien alcanzarla pero hay que superarla.

Su experiencia de vida es un ejemplo de que no importa del lugar de donde se proviene

No, no importa, yo salí de un barrio muy bajo, pero el haber salido de ahí no te garantiza que seas un luchador. Se le puede echar la culpa al Estado, la vida, los astros que no se acomodaron; hay gente que no hace el intento por salir de ahí. A veces escucho, “el Estado no me ayuda” y no estoy de acuerdo, como Sergio Martínez no voy a permitir que el Estado me ponga un plato de comida en la mesa. Me lo gano yo, trabajo. Es la ideología que tengo porque conozco más de obligaciones que de leyes.

¿Cómo recibe el público sus charlas?

A veces rompo el hielo diciendo: “Tengo una mala noticia, se van a morir todos" y lo repito 100 veces. Entonces morir es tocar fondo ¿no?, por eso a partir de ese momento la charla es para buscar cómo elevarnos.

Claro, hago sentir incomoda a la gente y me encanta. Intento que la gente piense y me gratifica haber logrado algunas cosas, como por ejemplo que una señora de 65 años me haya dicho que al haber escuchado una entrevista y leer un libro que escribí, se levantó de una silla de ruedas y volvió a caminar. Otro caso fue de un chico de 17 años que era delincuente. Me dijo: “gracias al haber leído tu libro y escuchar una charla, hoy soy boxeador profesional, tengo mi familia, mi casa y estoy estudiando. Nunca más volví a cometer un delito”. Me gané el cielo con eso.

Diego Battiste

¿De qué trata el libro que escribió?

Se llama ‘Corazón de Rey` y trata de la autosuperación; es motivacional y un poquito autobiográfico. Cuento también muchas cosas que me fueron pasando, fortaleciendo y puliendo. Uno no es las cosas que me pasaron; uno es lo que es por la actitud que tuvo en el momento que le sucedieron esas cosas. La actitud y personalidad que tengo hoy son gracias a las decisiones que tomé en su momento.

¿Hay alguien a quién admire?

A Alejandro Dolina y Hovik Keuchkerian. Hovik nació en Beirut, vivió la guerra desde muy pequeño y debió migrar con su familia a España. Luego fue campeón de peso pesado en boxeo y actualmente es actor.

A ambos los admiro por la sabiduría y la bondad que tienen.

En las charlas pregunto para que levanten la mano: “Les gustaría que su hijo o hija fuera el mejor científico, atleta, médico, abogado o la mejor persona del mundo”, y no hay margen de duda, todos responden la mejor persona del mundo. Es algo lógico y es algo que descubrí en ellos dos.

Creo que estamos en esta vida para crear vínculos sanos, porque no existen cosas importantes en la vida, existen relaciones importantes. Tener vínculos es compartir para que el día que nos vayamos sepamos que dejamos algo bueno, que ayudamos al prójimo. Hay que darle caña a mucha gente para que aprenda a pescar y enseñarle a pescar.

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