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Cómo el coronavirus transformó el mercado de alimentos

La pandemia provoca fuertes cambios en la conducta de los consumidores y en sus demandas, modificando pautas en los ámbitos productivos

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15 de mayo de 2020 a las 13:01

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El mundo recordará a 2020 como el año de la pandemia –de covid-19 (coronavirus)–, el suceso que ha causado cambios más fuertes en las pautas de comportamiento social de estos últimos tiempos. Obligatorio o voluntario el confinamiento y el teletrabajo se han instalado y con ello cambia poderosamente la relación del ser humano con los alimentos. La salud ocupa un lugar más central, la preocupación por la obesidad derivada del sedentarismo y un mayor esfuerzo por mantener un cuerpo saludable se instalan. Eso lleva a tomar a la alimentación como aquello que prevenga lo más posible la enfermedad o ayude a pasar el mal trance si la persona cae bajo los efectos del virus. Como decía el griego Hipócrates, en cuyo nombre los médicos juran: “Que tu alimento sea tu medicina”.

Stuart Gillespie, investigador del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias, opinó en el diario El País, de Madrid, que “nuestra relación con los alimentos cambiará para siempre” y que “es necesario que los gobiernos adquieran un compromiso mucho mayor y elaboren normativas que incentiven la producción de alimentos ricos en nutrientes y limiten los perjudiciales ultraprocesados”.

Más en el corto plazo, en estas semanas diversos problemas en la oferta se han sumado. En particular este lunes China anunció que quita la habilitación a cuatro frigoríficos australianos, que representan 35% de la oferta tras imponer un 80% de aranceles a la cebada. Tal vez las sanciones por motivos políticos continúen.

Antes de eso, los casos de SARS-CoV-2 en frigoríficos de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Argentina y Brasil han generado disrupciones en la oferta muy importantes.

 

Doble shock

Lo que está pasando es un doble shock, por oferta y por demanda. Por el lado de la oferta, hay intermitencias en las cadenas de suministros. Se ha arreglado en Uruguay con protocolización gracias a los pocos casos que hubo. Es un riesgo en tanto no haya vacuna para una gripe que mata, que asusta, que ha dejado al suministro de carne en Estados Unidos atascado y a los precios de la carne con subas fuertes que aprovechan las imitaciones de carne para afianzarse. Hay una alteración de la oferta de origen sanitario, que ha disparado el precio de la carne en Estados Unidos, al mismo tiempo que ha derrumbado el precio del ganado, porque no se está pudiendo faenar.

Beyond Meat aprovechó

Esto ha generado una renovada oportunidad para las hamburguesas y otros productos con proteínas vegetales que imitan a la carne o los lácteos. Es el caso de Beyond Meat, la empresa líder en hamburguesas vegetales que tuvo resultados muy positivos en el primer trimestre y cuyas acciones tuvieron una fuerte suba en el último mes.

La empresa facturó US$ 97 millones en el trimestre inicial del año, con un crecimiento de ventas de 141% respecto a igual trimestre de 2019 y obtuvo un beneficio neto de US$ 1,8 millones. Es un primer trimestre en positivo, un hito que otras empresas demoran más tiempo en alcanzar. Y superó en sus resultados a las previsiones de los analistas de Wall Street, con un envión de capitales y nuevos acuerdos comerciales.

Los problemas de la oferta de carne y lácteos (se han tirado miles de litros de leche que no pudieron procesarse) son circunstanciales. Lo que puede ser más estructural y permanente es el cambio en las pautas de la demanda.

Para la carne, la pandemia tiene dos aspectos fundamentales: por un lado se restringirá la venta de animales silvestres que es muy popular en Asia.

Esta semana fueron enviadas a prisión dos personas en Hong Kong por vender carne de pangolín, y eso es algo que nunca había pasado. Por otra parte, no todos los virus han provenido de animales silvestres. Cerdos, aves y vacunos han pasado virus a los humanos. Por lo tanto, aumentarán los requisitos y controles sobre la venta de carne de animales domésticos.

De este modo, se afianza una tendencia clave que irrumpió en 2019: el crecimiento en los productos imitación carne y leche, que se ha visto impulsada por la disparada de precios en Estados Unidos, pero también por un fuerte aumento del consumo en los jóvenes de China, donde se aprovechan las ventajas coyunturales como la confiabilidad y estabilidad en el abastecimiento y condiciones laborales que no significan ningún riesgo.

Mientras, la industria frigorífica enfrenta un aumento en los costos y una pérdida de productividad por hora trabajada, en tanto se va consolidando particularmente la demanda de hamburguesas como parte de la “nueva normalidad”: productos atractivos para los jóvenes de hoy, que serán los adultos del futuro.

Una segunda tendencia clave es que se acentuarán los cuestionamientos al feedlot de tiempos prolongados y en general al “factory farming”. No respetar la distancia social de los animales va a ser algo más cuestionado. Aglomerarlos será muy discutido por el bienestar animal y por la necesidad de una protección sanitaria que responde a su vulnerabilidad a virus y bacterias. ¿Cómo se va a producir intensivamente en el futuro, cuando habrá normas muy estrictas de higiene? ¿Se acelera el reclamo de bienestar animal?

La comisionada europea para el ambiente, Virginijus Sinkevicius, dijo en abril que tanto el comercio de especies silvestres como la ganadería “industrial” serían revisados por su papel como causantes de enfermedades. “No hay sociedades sanas sin ecosistemas sanos” apuntó.

El 20 de mayo habrá novedades, porque la Unión Europea presentará su estrategia “del campo al plato”, o más literalmente “de la granja al tenedor (From farm to fork)”, en la que estos temas serán incorporados. La propia presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha destacado la importancia de estos ajustes.

Carlos Pazos

Vacas con distancia social

En Uruguay, nuestras vacas eligen la distancia social que quieren tener. Esa es una ventaja que pocas ganaderías tienen. ¿Pero cómo hacemos para que los consumidores de países lejanos se enteren? La reputación de Brasil desde los incendios de la Amazonia hasta el presente va en picada y es fundamental que no nos confundan.

A la vez, hay una amenaza, en el sentido de que el consumo de carne vacuna en países de alto ingreso por habitante se verá debilitado. La Unión Europea ya está revisando la normativa en cuanto a la producción intensiva en gran escala.

Los confinamientos de ganado en Uruguay, habitualmente, no superan los 100 días, por lo tanto no deberían verse cuestionados. La diferenciación es más importante que nunca.

La comodidad, la armonía, la ausencia de estrés fortalecen al sistema inmunitario. Eso es válido para vacunos y para humanos.

Es uno de los preventivos para que la salud animal sea alcanzada sin necesidad de cualquier tipo de antibiótico, simplemente por ausencia de problemas derivados de la aglomeración y el contagio.

La necesidad de evitar antibióticos y riesgos por patógenos puede afectar a la oferta. ¿Cuáles serán las reglas de la producción de vacunos, cerdos y aves en el futuro? Los cerdos y las aves ya han pasado gripes que afectan a los humanos en el pasado. Incluso ahora atraviesan por la masacre de la fiebre africana. No  sabemos exactamente qué cambios habrá, pero seguro serán orientados a que lo ocurrido no se repita. No puede ser de otra manera, solo no sabemos cuán estrictas serán las nuevas normas. La Unión Europea estará a la vanguardia en poner restricciones al “factory farming” y el rechazo creciente conceptual y práctico a los tambos o corrales gigantescos es también una amenaza a los lácteos, frente a sustitutos imitación de origen vegetal.

Teletrabajo y cocina en casa

En tercer lugar habrá una serie de cambios más difusos, de las pautas de vida. Si el teletrabajo se instala con más fuerza, la comida en el hogar hace un retorno y eso altera las pautas de consumo de alimentos.

Por ejemplo, en Australia hubo que racionar en algunas semanas de abril las ventas de harina por la moda instalada de cocinar en el hogar pizzas, pastas y sobre todo tortas. Los programas de televisión sobre cocina dispararon su rutina y mucha gente en todo el mundo revalorizó el cocinar como parte de la adaptación a tratar de disfrutar el confinamiento.

No todos los lugares reaccionaron igual. El consumo de lácteos creció en Uruguay con el confinamiento, pero no pasó en la Unión Europea ni Estados Unidos.

Los alimentos se revalorizarán en base a otro concepto emergente, el de una única salud, que unifica la salud humana, con la salud animal y de los ecosistemas. Esta idea es promovida desde ámbitos académicos, culinarios y por parte de la propia Organización Mundial de la Salud (OMS). Y puede ser uno de los vectores a través de los cuales Uruguay valorice su producción agropecuaria que en buena medida ya cumple con esos requisitos.

Uruguay Natural

En el corto plazo, este 2020 en particular será un año tremendamente dificultoso, pero en el largo plazo el “Uruguay Natural” tiene su potencial aumentado.

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Estudio reveló que los consumidores redujeron gastos en comidas preparadas

Los consumidores han reducido el gasto en comidas preparadas y han comprado más frutas y verduras, recurriendo a una alimentación más saludable durante los bloqueos de coronavirus, según mostraron los resultados preliminares de un estudio.

Según publicó la agencia Reuters, las personas confinadas también probaron nuevas recetas y tiraron menos comida, según esa encuesta entre casi 11.000 compradores en 11 países.

“En los confinamientos, la gente come más saludablemente, cocina sus propios alimentos y consume más frutas y verduras”, dijo Charlotte De Backer, quien coordinó el estudio en la Universidad de Amberes en Bélgica.

Al abandonar las oficinas y cocinar en casa, la población redujo las compras de alimentos para microondas en todos los países estudiados: Australia, Bélgica, Chile, Uganda, Países Bajos, Francia, Austria, Grecia, Canadá, Brasil e Irlanda.

“Pasamos desde el picoteo, la comida de restaurante y los pedidos a domicilio a la cocina casera”, dijo Firene, un ciudadano de Azerbaiyán que vive en Bruselas, refiriéndose a los cambios que se han producido en su hogar durante la pandemia.

“He perdido cuatro kilos, así que estoy orgulloso de ello”, indicó ese consumidor.

En casi la mitad de los países estudiados, los compradores compraron menos aperitivos salados o dulces, aunque las ventas globales se mantuvieron estables.

El consumo de productos salados, grasos y dulces suele aumentar cuando la gente está estresada, pero durante la pandemia este mayor anhelo se ha satisfecho en muchos países con exquisiteces caseras, dijo De Backer, que preside Fooms, un grupo de análisis sobre alimentos y medios de comunicación de la Universidad de Amberes.

Chile, por ejemplo, experimentó una gran caída en las ventas de los aperitivos, pero también el mayor aumento en las compras de harina y levadura.

El consumo de carne, pescado y bebidas alcohólicas se mantuvo estable durante toda la pandemia, detectó el estudio.

Juan Samuelle

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