Emiliano Lasa fue distinguido como el deportista del año

En una ceremonia de gala realizada este jueves en el Teatro Solís, el Comité Olímpico Uruguayo (COU) premió a los mejores deportistas del calendario olímpico 2015-2016 resultando Emiliano Lasa elegido para llevarse el premio mayor, el Altar Olímpico.

Lasa tuvo un notable desempeño en la recta final del ciclo olímpico que culminó en los Juegos de Río 2016: fue medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 y terminó sexto en Brasil logrando diploma olímpico en la prueba de salto largo de atletismo.

El de Lasa era un premio cantado teniendo en cuenta su asombrosa actuación en Río.

"Estoy muy contento de recibir este premio entre tantos grandes deportistas que tenemos, es un orgullo muy grande", dijo Lasa a Referí.

Su padre Luis miraba con atención las notas que su hijo daba a diversos medios. "Mirá que es bravo sacarle palabras", bromeó mientras la madre del atleta, Verónica, acotó: "Pero ahora habla mucho más".

La gran duda de la jornada se despejó minutos antes cuando se otorgó la Llama Olímpica, premio al mejor joven deportista.

La distinción se la llevó la tenista Fernanda Secinaro que en 2016 ganó el Pascuas Bowl en Asunción y fue tercera en el Sudamericano sub 16 clasificándose al Mundial de Budapest –tras 15 años de ausencia de Uruguay– con muy buenas actuaciones.

Tiene 16 años y una proyección que el año que viene la hará intentar dar el salto al profesionalismo para empezar a jugar torneos Futures.

"Este premio me da una felicidad inmensa, me hace pensar en todo el esfuerzo que hice para estar acá, en muchas cosas", dijo Secinaro muy emocionada y también acompañada por sus padres.

Por último, el Olivo Olímpico –premio al mejor aporte técnico– fue para Luis Chiapparro, entrenador de Dolores "Lola" Moreira.

Ninguno de los dos estuvo presentes ya que el lunes se fueron a Japón para competir en la Enoshima Sailing Week, primera etapa de la Copa Mundial de yachting 2017-2018 que se celebrará en la misma cancha donde se realizarán las pruebas de vela durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

El premio lo recibió el comodoro del Yacht Club Uruguayo, Gustavo Coll.

Chiapparro, olímpico en Barcelona 1992, guió a Lola a la medalla de plata de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 en los que se clasificó a Río 2016.

"Es una lástima que Luis no pueda estar acá, pero el premio es totalmente justo", dijo Coll que rápidamente bajó del escenario para darle espacio a los deportistas para las fotos y las notas periodísticas.

En la ceremonia también participaron los deportistas que concurrieron a los Juegos de Río, incluida Mariana Foglia que cursa el octavo mes de embarazo junto a su esposo Pablo Defazio, también presente en la ceremonia luego de cerrar su gira por Europa con el nuevo barco Nacra 17.

"Esperemos que no se adelante", bromeó con Foglia el presidente de la Federación Uruguaya de Handball Eduardo Spangenberg quien contó a la pasada que su federación se sigue expandiendo por el interior y que se vienen dos nuevas ligas regionales como la que se hizo recientemente en el norte entre Tacuarembó, Rivera y Salto.

"Ya tenemos jugadores del interior convocados a las selecciones de formativas", informó con orgullo.

A su lado, Alejandro Velazco escuchaba con satisfacción hasta que tuvo que subir al estrado a retirar su premio como mejor jugador de handball del ciclo 2015-2016.

El premio de Velazco fue el que cada federación otorgó al mejor deportista, al mejor deportista joven mujer, al mejor deportista joven varón y al mejor entrenador.

Dichos galardones fueron presentados por cada federación con la aprobación del COU. El directorio de este ente fue el que eligió los principales premios de la ceremonia.

El más importante, el Altar Olímpico se lo quedó Lasa. Está en buenas manos. Lo dicen sus resultados pero también su calidad humana: humildad, superación, dedicación, entrega y valentía. Por eso, el Solís lo aplaudió a rabiar cuando su nombre resultó elegido como el mejor.